León XIV y su compromiso con el pueblo frente a los gobiernos de Perú

Cuando Robert Prevost llegó a Chiclayo en 2014, Perú atravesaba uno de esos ciclos de desconfianza crónica hacia sus autoridades. Lo habían enviado desde Roma como administrador apostólico, pero el entonces obispo se quedó más tiempo del previsto. No era casualidad: Prevost se nacionalizó peruano y, mientras se ganaba el afecto del pueblo, trazó una línea clara frente a los abusos de poder. Hoy, convertido en papa León XIV, mantiene ese vínculo con la tierra donde, según sus propias palabras, encontró “un pueblo que sufre, pero no se resigna”.

Su postura frente a los gobiernos peruanos marcó un contraste visible. Cuando en 2017 Alberto Fujimori recibió un polémico indulto, Prevost –por entonces obispo de Chiclayo– no esquivó el tema. 

Fue directo: “El expresidente pidió perdón en términos demasiado generales. Sería más eficaz reconocer con claridad las grandes injusticias que cometió”, declaró, y agregó que el dolor de muchas familias seguía vivo y sin respuesta.

Un respaldo a las protestas contra Dina Boluarte

La historia se repitió en 2023, tras la destitución de Pedro Castillo y la asunción de Dina Boluarte. Mientras la represión policial se cobraba decenas de muertos en las calles, Prevost pidió respeto por el derecho a manifestarse y advirtió sobre el abandono histórico de regiones enteras. “Hay sectores de la población que se sienten olvidados y tienen reclamos legítimos”, sostuvo. Lejos de la diplomacia eclesiástica habitual, su voz se sumó a las de miles que exigían justicia.

Ese año, con las calles enardecidas y un país partido por la crisis, Prevost tomó una decisión que pocos esperaban. Le ofrecieron volver a Roma, pero eligió quedarse. “No es el mejor momento para irme”, sostuvo con la serenidad de quien sabe dónde está su lugar. Prefirió caminar al lado de su gente, escuchar sus angustias y sostener su fe, antes que aceptar una promoción en la cúpula vaticana.

Boluarte intenta subirse a la foto

La elección de Prevost como León XIV sacudió la política limeña. Dina Boluarte, que hace meses evita conferencias de prensa y responde con silencios oficiales, se apresuró a saludar al nuevo papa. 

El papa es peruano, Dios ama al Perú”, declaró, como si la devoción popular pudiera disolver el recuerdo de las protestas de 2023. Entonces, el flamante pontífice no dudó en ponerse del lado de los que reclamaban en las calles.

El excardenal de Chiclayo en su habitual misa.

Desde el Vaticano, León XIV recordó a su “querida Chiclayo” en su primer discurso. En Perú lo entienden, y él también: más allá de los gobiernos y las circunstancias, hay lazos que permanecen.

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Cortesía de Página 12



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