
Irma Calvo y Daniel SanMateo presentan una historia donde la música popular es escenario de conflictos familiares, amistad y búsqueda de identidad. La cumbia se convierte en banda sonora de la adolescencia en la novela “La cumbia de los corazones rotos”, obra conjunta de Irma Calvo y Daniel SanMateo. Publicada por la editorial mexicana Amtalai Publishers, esta historia se enmarca en la narrativa infantil-juvenil con un tono fresco, emocional y lleno de identidad cultural.
La trama sigue a Gustavo, un niño de diez años fanático del grupo “Los Cumbiancheros Enmascarados”. Vive con su madre y su hermana Nayeli, una adolescente que enfrenta las turbulencias propias de la edad y una relación conflictiva con un joven del pueblo apodado “El Cuchillo”. Entre discusiones familiares y el deseo de cambiar su entorno, Gustavo y su mejor amigo Leo elaboran un plan que promete transformar la vida de todos a su alrededor. La historia está contada con humor, ternura y un pulso narrativo que mezcla lo cotidiano con la esperanza de renovación.
La historia detrás de “La cumbia de los corazones rotos” también tiene su propio ritmo. En entrevista con EL INFORMADOR, el escritor Daniel SanMateo recuerda el origen del proyecto: “Irma y yo nos conocimos hace tiempo en la Escuela de Escritores del Estado de México. Éramos compañeros en la asignatura de narrativa. En alguna ocasión, no recuerdo si fue dentro del taller o fuera de él, surgió una idea lanzada al aire, sin mucha forma, sobre hacer alguna colaboración. Tiempo después logramos concretar esa charla, ya más en serio, y empezamos a reunirnos en un café en Metepec. De ahí comenzó a surgir la idea. Se lanzaron muchas propuestas sobre temáticas de interés común”.
Ese punto de encuentro fue el germen de una historia compartida, alimentada por preocupaciones y pasiones coincidentes. “A Irma, desde que la conozco, siempre le han importado mucho las cuestiones medioambientales. A mí me preocupan los temas de justicia, sobre todo la justicia vista desde el aspecto de cuál es el mundo que queremos dejarle a la niñez y a la juventud. Ambos somos apasionados de la literatura infantil y juvenil. Ese punto fue el enlace que permitió conjugar nuestras visiones y comenzar a planificar una historia”.
Lo atractivo de la novela radica en el contraste entre lo ligero -la música, la amistad, los planes infantiles- y lo profundo: los lazos familiares, el crecimiento personal y la búsqueda de armonía en medio del caos. Los autores logran una historia que combina color, ritmo y una reflexión sobre el afecto, el perdón y la convivencia.
“Cada caso es diferente, pero en nuestro caso la comunicación es indispensable, y también el respeto”, cuenta la escritora Irma Calvo. “Lo más padre de escribir en conjunto es que entre dos cabezas podemos detectar cosas: ‘Aquí se atora la acción’, ‘esto no está funcionando’, ‘este personaje se puede enriquecer’, o ‘el villano podría ser así’. Al estar rebotando ideas y, sobre todo, al haber invertido los géneros, pudimos hacer personajes más redondos”.
“Fue muy padre y siempre con respeto total. Daniel tiene un estilo más fino, y yo soy más de ocurrencias, de la parte chusca o aventurera. Creo que logramos balancearlo muy bien. A mí, Gus Leo, su mejor amigo, y los ‘Cumbiancheros Enmascarados’ me encantan; son como mis hijitos, la parte que yo aporté, pero bien equilibrada con la problemática que Daniel mencionaba: alumnas que todavía crecen en contextos donde los roles están marcados, pero que buscan algo distinto. Siempre buscamos que no sonara aleccionador, sino que el lector se enganchara, que quisiera saber qué pasa, quién es ‘El Cuchillo’ y qué ocurre, y que, si de ahí se abre la puerta a la reflexión, bienvenido”.
Una obra con ritmo propio
“La cumbia de los corazones rotos” se inscribe en una tendencia de la literatura juvenil mexicana que apuesta por historias con identidad local y musicalidad narrativa. La cumbia, más que un simple fondo sonoro, se convierte en metáfora de los vínculos humanos: una danza entre el amor, el dolor y la esperanza.
La unión creativa entre Calvo y SanMateo genera una novela equilibrada: accesible y divertida para los lectores más jóvenes, pero con capas de profundidad emocional que resonarán también en adultos. Con su estilo ágil y su lenguaje lleno de color, la obra propone que los corazones rotos -como en la cumbia- también pueden volver a bailar.
“No queríamos una novela moralista ni una fábula, sino una historia que contara algo genuino. Si logra interpelar a los lectores, maravilloso; y si no, el simple hecho de contar algo que refleje nuestro tiempo ya es valioso”, finalizó Irma Calvo.
Creatividad y sensibilidad
Irma Calvo, originaria de Huixquilucan, Estado de México, es comunicóloga, docente y traductora. Ha trabajado en gestión cultural y educación, lo que le ha permitido desarrollar una escritura cercana al público joven. Entre sus obras anteriores destacan “De gatos y de magia” y “Octavio, ¿un pug chiflado?”, donde combina el humor, la imaginación y la empatía como ejes narrativos. Su literatura se caracteriza por un lenguaje claro, emotivo y con sensibilidad hacia las experiencias de la niñez contemporánea.
Daniel SanMateo es narrador y ensayista. Ha publicado títulos como “Luciérnagas en el desierto” y “Los ángeles es una escena del crimen”. Con formación en letras, matemáticas y filosofía, combina la observación aguda de la vida cotidiana con un estilo poético y preciso. Su trabajo se ha centrado en explorar las emociones humanas, la memoria y los dilemas morales de los personajes. Además, ha colaborado como profesor y promotor de lectura.
CT
Cortesía de El Informador
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