Líderes europeos, con Starmer a la cabeza, confrontan a Musk

Elon Musk comenzó el 2025 igual que acabó el 2024. Convertido en virtual número dos de Donald Trump, impulsando no solo su agenda de desregulación sino una política externa paralela a la del nominado secretario de estado Marco Rubio, Musk ha apoyado abiertamente a la ultraderecha alemana para las elecciones del 23 de febrero y está intensificando su ofensiva sobre el primer ministro británico, Sir Keir Starmer. Europa está en la mira de la dupla imperial Trump-Musk.

Starmer le contestó este lunes en un discurso en Surrey, sur de Londres, denunciando al multimillonario más grande del planeta por diseminar mentiras. “Los que están diseminando mentiras y desinformación no están interesados en las víctimas sino en sí mismos”, dijo Starmer quien reivindicó un debate público basado en “hechos y verdades”.

En un mensaje en X posteado el jueves Musk acusó a las autoridades británicas de inacción en casos de explotación sexual de más de 1500 menores entre 2008 y 2013. “En el Reino Unido, delitos graves como la violación requieren la aprobación de la fiscalía antes de que la policía pueda acusar a los sospechosos ante la justicia. ¿Quién estaba a cargo de la fiscalía general del Estado cuando a las bandas de violadores se les permitía explotar sexualmente a niñas sin que la justicia interviniera? Keir Starmer”, escribió el magnate de origen sudafricano.

No contento con Starmer, a quien calificó de “despreciable”, Musk señaló que otro primer ministro laborista, Gordon Brown, era cómplice de estos delitos sexuales y había vendido a “las menores a cambio de votos”. El disparate es marca registrada de la ultraderecha (¡¡¡menores por votos!!!), pero poco importa en el universo virtual que habitan: lo único que interesa es el impacto. El objetivo político es claro. No solo Starmer sino el laborismo en su totalidad. El gran aliado de Musk en su batalla es el amigo de Trump, artífice del Brexit, Nigel Farage.

El líder del UK Reform, tercero en el conteo de votos en las elecciones de julio, tiene una promesa de Musk de más de 100 millones de libras para las próximas elecciones en 2029. Con la paciencia de un bebé hambriento, hace meses que Musk viene haciendo campaña para que las elecciones se hagan de inmediato por una supuesta situación de emergencia nacional a pesar de que Starmer fue electo hace solo medio año.

Violaciones y Modus Operandi

El Modus Operandi de Musk es similar en todas partes. Apocalipsis social y triunfalismo, catastróficas hipérboles, demonización de enemigos y culpables. El ataque se concentra en la ineficacia o complicidad del gobierno-estado y en el peligro y la disolución nacional encarnada por los inmigrantes (preferentemente islámicos) junto al feminismo, el antirracismo, el progresismo, el lenguaje inclusivo y otras variantes de la batalla cultural. Con ese cocktail Musk lanza sus bombas inverosímiles que activan a amplios grupos sociales listos a descargar su frustración, bronca y odio en los presuntos culpables.

En esta estrategia siempre hay un hecho más o menos real que actúa como disparador. En los últimos 15 años comenzaron a emerger en el Reino Unido los casos de bandas dedicadas al “grooming” (captación de menores para abuso sexual) y las violaciones o asesinatos de chicas consideradas “ligeras”, “amorales” o pasibles de venganzas familiares. En su inmensa mayoría estas bandas eran de origen musulmán, muchos paquistaníes. Este hecho chocaba de lleno con el llamado “multiculturalismo” que promovía que la mejor manera de integrar una comunidad inmigrante era respetando sus tradiciones. Lo que planteaba algunas preguntas incómodas una vez que ciertos fenómenos tomaron estado público. ¿Qué hacer si estas tradiciones incluían, por ejemplo, los crímenes de honor que en Occidente eran simplemente asesinatos?

La pregunta, debatida a nivel mediático y social, resulta excesivamente conceptual para el estilo de Musk. El magnate de Tesla y X prefiere un lenguaje vitriólico. A una funcionaria de Starmer con responsabilidad en el tema, Jess Phillips, la acusó de “apologista de la violación genocida” y exigió que la encarcelaran. Starmer por su parte era “cómplice de la violación” del Reino Unido y, al igual que Gordon Brown, “cómplice en la violación masiva de menores para conseguir votos”.

Pescadores de río revuelto, los conservadores se pusieron del lado de Musk y exigieron una investigación pública de estos hechos. La líder conservadora Kemi Badenoch acusó a Starmer de calumniar a gente que estaba preocupada por el accionar de bandas criminales. “Que ocurra un escándalo de esta naturaleza debería provocar una autocrítica y no el rechazo de los que ser preocupan como ultraderechistas”, dijo.

El argumento de Badenoch tiene unos cuantos agujeros. La mayoría de los casos de “grooming” invocados ocurrieron durante un período de ininterrumpido gobierno conservador: 2010 a 2024. En contraposición, Sir Keir Starmer llevó adelante como fiscal general el primer juicio por “grooming” contra una banda en Rochdale, localidad del Gran Manchester. “Cuando dejé mi puesto habíamos alcanzado un record de juicios a responsables de abuso sexual de menores”, dijo Starmer.

La reacción europea

Con la artillería pesada de X, Musk está desembarcando en la política interna de los países europeos, a partir de sus alianzas con los capítulos locales de la creciente ola ultraderechista de la Unión Europea (UE). En Italia tiene una primera ministra enamorada de su “genio”, en España está reivindicado por uno de los principales partidos de oposición, Vox, en Francia cuenta con Marine Le Pen, factible mandataria de la enredada crisis francesa. Si se le suma su alianza y apoyo explícito a Alternative for Germany (AfD)(“son la salvación de Alemania), es notable la presencia de Musk en los principales bastiones de la UE .

Con preocupante lentitud, la Unión Europea comienza a reaccionar el fenómeno. El presidente de Francia Emmanuel Macron y el canciller alemán Olaf Scholz se solidarizaron con Starmer y condenaron la interferencia de Musk en las políticas internas de los países. La misma UE lanzó una investigación de la plataforma X en diciembre de 2023 respecto a su política frente a la difusión de contenido ilegal y manipulación informativa.

En España, el presidente del gobierno, Pedro Sanchez, ha aprobado un plan para que los ‘influencers’ con miles de seguidores en las redes sociales deban rectificarse públicamente, al igual que los medios de comunicación, cuando difundan informaciones falsas o inexactas que perjudiquen a ciudadanos particulares. El 24 de este mes hay una cumbre europea que incluye a los países y las plataformas para analizar estos problemas. Imposible saber cuánto se puede esperar de la UE dada la hegemonía conservadora en el bloque y la tendencia de estos sectores a aliarse con la ultraderecha.

Fuera la de Unión Europea por el bendito Brexit, Starmer es un flanco más débil. Desde que ganó las elecciones con una aplastante mayoría, Musk se ha dedicado a atacarlo. Los incidentes en el verano por el asesinato de tres niños, falsamente atribuidos a un inmigrante musulmán, comenzaron en X con posteos de presuntos disturbios que se convirtieron en convocatorias en decenas de ciudades para atacar centros de inmigrantes.

No eran todos ultraderechistas. Había muchos ciudadanos comunes indignados por la muerte de las niñas y por los supuestos abusos y privilegios de los inmigrantes en términos de vivienda, ayuda estatal y acceso a servicios básicos. Como suele suceder los incidentes terminaron en Hoooliganismo y provocaron una respuesta unificada del sistema judicial, policial y político con cientos de arrestos y decenas de condenas por los desmanes. Musk puso su grano de arena a la situación posteando que el gobierno planeaba enviar a todos los arrestados a campos de concentración en las islas Malvinas.

          Esto fue en agosto. Desde entonces no ha parado. La popularidad del gobierno laborista ha caído en picada más por sus propios errores que por Musk, pero el favorito del magnate y el de Trump, Farage, ya está cabeza a cabeza en las encuestas con los laboristas y conservadores.

Cortesía de Página 12



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