El inicio del Gran Premio de Bélgica ha sido suspendido temporalmente debido a la intensa lluvia que azota la región de Spa-Francorchamps, dejando en pausa la emoción de la Fórmula 1 y con la expectativa en el aire.
Luego de que los autos salieran a pista para realizar la vuelta de formación, las condiciones se tornaron demasiado peligrosas por el nivel de agua acumulado sobre el asfalto. La visibilidad reducida y el riesgo de aquaplaning obligaron a los comisarios a actuar con cautela y desplegar la bandera roja, enviando a todos los monoplazas de regreso al pitlane.
Desde entonces ha pasado más de una hora sin que haya señales claras de reinicio. Los equipos, pilotos y aficionados permanecen a la espera de una mejora en las condiciones meteorológicas, mientras la dirección de carrera monitorea de cerca los radares y el estado de la pista.
Este tipo de situaciones no son extrañas en Spa, uno de los circuitos más emblemáticos, pero también más impredecibles del calendario, donde la lluvia puede cambiar por completo el rumbo de un Gran Premio. A lo largo de los años, la climatología ha jugado un papel protagónico en Bélgica, y esta edición no es la excepción.
La información continúa en desarrollo, y se espera una decisión oficial en minutos dependiendo de la evolución del clima. Mientras tanto, la Fórmula 1 se mantiene en pausa bajo el cielo gris de las Ardenas.
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MB
Cortesía de El Informador
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