El rechazo de un guion no es sinónimo de fracaso instantáneo. El ejemplo más claro es Vince Gilligan, quien fue rechazado por múltiples cadenas de televisión antes de tener luz verde para llevar a cabo una de las mejores series de todos los tiempos, Breaking Bad.
Otro caso es el de aquella historia que se concibió originalmente como un capítulo para la serie Los Expedientes Secretos X, pero que al final se convirtió en una franquicia de las cinematográficas de terror más rentables de la historia. Hablamos de Destino Final.
Antes de ser un fenómeno mundial con casi 700 millones de dólares recaudados en taquilla, Destino Final se preconcibió como un capítulo de televisión. Fue en 1994 cuando el entonces guionista emergente Jeffrey Reddick realizó un guion previo.
Inspirado por un artículo que leyó sobre una mujer que, a causa de una premonición, se bajó de un avión y luego descubrió que éste se estrelló, Reddick dio origen a esta enigmática historia de muertes en cadena. El título provisional: Vuelo 180.
La sinopsis del episodio presenta al hermano menor de Dana Scully, Charles, quien sufre una intensa premonición al abordar un vuelo. Preso del pánico, es desalojado junto a otros pasajeros. Minutos después, el avión estalla. Es entonces que el dúo de agentes comienza a investigar.
Mientras Mulder y Scully se proponen a descubrir la verdad, los sobrevivientes comienzan a morir en extraños accidentes. El episodio hubiera explorado las capacidades especiales de Charles, pero aquí la verdadera amenaza era un sheriff poseído por una entidad.
Sin embargo, unos compañeros de Reddick lo convencieron para reescribir la historia en formato de película. New Line Cinema adquirió los derechos y, paradójicamente, trajeron consigo a los guionistas del programa James Wong y Glen Morgan para pulir el escrito.

Dado el éxito de Scream, la trama se modificó para centrarse en un grupo de adolescentes. De hecho, el propio Reddick platicó para Blooding Disgusting cómo fue que evolucionó el concepto a partir de la pregunta sustancial: “¿cómo sería si la muerte decidiera perseguir”.
“Decidí usar el concepto básico de gente engañando a la Muerte como catalizador. Pero cuando escribes un guion para una serie, quieres seguir el marco de la serie y profundizar. Pero cuando decidí escribirlo como largometraje, centré toda la historia en el concepto. Y lo modifiqué”.
A pesar de que ambos guiones comienzan de forma similar, Destino Final encontró su propia identidad tan característica. De hecho, Reddick explicó cómo tuvo que modificarse a la Muerte, puesto que en la serie tenía que adaptarse al formato y dinámica de los personajes.
“La muerte funcionaba de forma diferente en esta versión. Dado que Mulder y Scully mantenían una relación de creyente/escéptico, tuve que mantener la muerte lo suficientemente vaga, pero clara, como para que el concepto y la investigación encajaran en una serie de una hora. Es interesante ver cómo esta esencia evolucionó hasta el borrador original de Vuelo 180 en 1997, y finalmente la versión final de Destino Final del 2000“.

Claro está que persisten paralelismos entre la película de terror y la serie de ciencia ficción, sin embargo el resultado fue un éxito instantáneo. Si bien la cinta del 2000 no fue bien recibida por la crítica, ganó tanta popularidad que 25 años después ha lanzado otra entrega.
De esta manera, lo que todo comenzó como un guion rechazado, y con una prometedora trama para los fans de la serie, terminó en una de las sagas de terror más emblemáticas de los años 2000 y del mismo género. Sin duda, un giro tan inesperado como la misma premonición.
Si gustas disfrutar de la saga Destino Final, puedes encontrarla completa en HBO Max. Por su parte Los Expedientes Secretos X está disponible a través de Disney+.
Cortesía de Xataka
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