Hoy 20 de junio hay muchos aniversarios, y uno de ellos es el del estreno de Tiburón, que cumple 50 años. La película de Steven Spielberg cambiaría para siempre el cine como lo conocemos hoy. O al menos, al negocio del cine.
Tiburón se estrenó el 20 de junio de 1975, cuando estaba previsto para la Navidad de 1974, pero debido a que el rodaje se prolongó considerablemente -de 52 días previsto pasó a 155-, se retrasó hasta el verano del hemisferio norte del año siguiente. Por aquella época tradicionalmente el verano era el momento en que las peores películas se proyectaban en los cines, ya que los estadounidenses preferían salir a disfrutar del aire libre.
Pero la película resultó un exitazo, y los bañistas acudieron en masa a verla, convirtiéndola en la más taquillera de todos los tiempos hasta ese momento. Tiburón fue la primera película en recaudar más de 100 millones de dólares en salas (la cifra que el estudio que la produce obtiene de la taquilla norteamericana después de que las salas de cine se lleven su parte; aproximadamente la mitad de la recaudación total) y así nació lo que pasó a denominarse el éxito de taquilla del verano. El blockbuster.
Desde entonces, la temporada alta de estrenos arranca en mayo y termina a comienzos de agosto.
Más de 67 millones de personas en los Estados Unidos fueron a verla cuando se estrenó en 1975 (poco menos de un tercio de la población total del país en ese momento).
A estas alturas no es spoiler, pero uno de los motivos del éxito del filme es que cuando ni la ciencia (el ictiólogo Hooper, interpretado por Richard Dreyfuss) ni el pescador (Quint, encarnado por Robert Shaw) logran cazar al tiburón, es el hombre común (el jefe de policía Brody, o sea Roy Scheider) el que logra vencerlo.
Cuando Universal vio la película terminada quedó tan satisfecha con el resultado, que lanzó una campaña publicitaria en televisión que costó la cifra sin precedentes de 700.000 dólares.

El (tardío) estreno de “Tiburón” en la Argentina
Pocos saben por qué en la Argentina tardó más de un año y medio en estrenarse. Fue, junto con Uganda, el último país donde se conoció. ¿El motivo? La distribuidora de la película (United International Pictures) decidió esperar a que la entrada costara al menos un dólar para estrenarla…
Con un calendario ampliado de 52 a 155 días, el director Steven Spielberg tuvo que lidiar con los plazos imposibles de Universal, un guion inacabado, las condiciones caóticas en Martha’s Vineyard, un tiburón (o mejor dicho, tres) que no funcionaban y un protagonista alcohólico.
Según Richard Dreyfuss “empezamos a rodar sin guion, sin reparto y sin tiburón”. Es que a nueve días del inicio de la producción ni el pescador Quint ni el personaje de Dreyfuss habían sido elegidos.

Anécdotas de un rodaje imprevisible y caótico
Vamos a repasar anécdotas, desde las peleas entre los protagonistas, un barco -y un tiburón- que se hunde, un Charlton Heston furioso por quedar afuera del proyecto y un filme que, como dijimos, cambiaría para siempre al cine de masas.
En la primera escena, la del ataque del tiburón a la bañista desnuda que se lanza al mar, de noche, había dos pesas de 136 kg atadas a la actriz Susan Backlinie, que eran remolcadas por dos grupos de tripulantes en la orilla. Un grupo tiraba hacia la derecha y el otro hacia la izquierda. Filmar esa secuencia tomó tres días.
Y para crear el sonido de la mujer ahogándose, durante la postproducción Susan Backlinie se colocó con la cabeza hacia arriba frente a un micrófono, mientras le tiraban agua desde arriba en la garganta.

Ballena por tiburón
Originalmente, Steven Spielberg no era el director de Tiburón, sino Dick Richards, que fue despedido tras una reunión con productores y ejecutivos del estudio Universal. En la reunión, dijo que en su toma inicial, la cámara saldría del agua para mostrar el pueblo, y luego la ballena (en lugar del tiburón) saldría del agua. Los productores dijeron que no iban a hacer Moby Dick y que no trabajarían con alguien que no supiera la diferencia entre una ballena y un tiburón.
Los actores elegidos por Peter Benchley – el autor de la novela al que Spielberg le rechazó tres guiones sobre su propio libro- para los papeles protagónicos eran Robert Redford, Paul Newman y Steve McQueen.
Spielberg bautizó al tiburón “Bruce” en honor a su abogado. El tiburón de Buscando a Nemo se llamaba Bruce, supuestamente en homenaje al apodo del tiburón mecánico.

¿Saben cuánto tiempo aparece el tiburón? Bruce tiene solamente 4 minutos en pantalla.
Se crearon tres “Bruces” mecánicos, cada uno con funciones especializadas. Un tiburón estaba abierto por el lado derecho, otro por el izquierdo y el tercero estaba completamente desollado. Cada tiburón costó aproximadamente 250.000 dólares.
Durante la preproducción, Spielberg llevó a sus amigos Martin Scorsese, George Lucas y John Milius al taller de efectos especiales donde se construía el tiburón “Bruce” de 7,6 metros de largo. Lucas dijo: “Si logran filmar la mitad de esto, tendrán el mayor éxito de todos los tiempos”. El futuro director de La guerra de las galaxias metió la cabeza en la boca del tiburón para ver cómo funcionaba y, a modo de broma, Milius y Spielberg se acercaron sigilosamente a los controles y cerraron la mandíbula sobre la cabeza de Lucas.

Un tiburón con dificultades
Desafortunadamente, y de forma bastante profética, considerando las dificultades técnicas que sufriría posteriormente la producción, el tiburón falló y Lucas se quedó atrapado en su boca. Cuando Spielberg y Milius finalmente lograron liberarlo, los tres salieron corriendo del taller porque, como Milius diría más tarde: “Sabíamos que habíamos roto algo muy caro”.
A pesar de los informes que indicaban lo contrario, “Bruce” fue probado en agua antes de llegar a Martha’s Vineyard (la localidad costera donde se filmó) y funcionó a la perfección. Sin embargo, las pruebas se realizaron en el tanque de agua sin sal de Universal Studios. Una vez colocado en agua de mar, la sal causó estragos en los controles del tiburón.
El primer día que se usó el tiburón modelo, se hundió hasta el fondo del océano. Necesitaba mucho mantenimiento y no parecía muy aterrador. Spielberg recordó: “No tuve más remedio que encontrar la manera de contar la historia sin el tiburón”, y razonó: “Lo que no vemos es lo que realmente da miedo”.

Cuando el compositor John Williams tocó los acordes de la banda sonora para Spielberg, éste se rió y le dijo: “Qué gracioso, John, de verdad; pero ¿qué tenías en mente para el tema de Tiburón?”. Spielberg declaró más tarde que sin la banda sonora de Williams, la película solo habría sido la mitad de impresionante.
Un accidente durante el rodaje provocó que el Orca, la embarcación en la que salen a cazar al tiburón, comenzara a hundirse. Spielberg empezó a gritar por un megáfono a las embarcaciones cercanas para que rescataran a los actores. John R. Carter, que ganaría el Oscar al mejor sonido, uno de los tres premios de Tiburón, ya con el agua hasta las rodillas en el Orca que se hundía, levantó su grabadora Nagra por sobre su cabeza y gritó: “¡Que se jodan los actores, salven al departamento de sonido!”.
Durante el accidente, la cámara quedó sumergida en el agua de mar, por lo que se asumió que la película estaba arruinada. Sin embargo, al descubrirse que la solución de revelado era salina, la película fue trasladada por avión a un laboratorio cinematográfico de Nueva York: no se perdió nada.
Según el guionista Carl Gottlieb, Roy Scheider improvisó la famosa frase “Vas a necesitar un barco más grande”. Scheider se interesó en el proyecto tras escuchar a Spielberg en una fiesta hablar con un guionista sobre la posibilidad de que el tiburón saltara sobre un barco.
La mayor parte de la película se rodó cámara en mano para contrarrestar mejor el oleaje del océano.
Efectos especiales: una gaseosa
El efecto de sonido que se usa cuando el tiburón aparece por primera vez, mientras Brody (Roy Scheider) lanza la carnada, es en realidad una botella de gaseosa que se abre sobre el hormigón tras ser agitada.

El barco de Quint se llama Orca, porque, como cazador de tiburones de profesión, Quint sabe que las orcas (tradicionalmente conocidas como “ballenas asesinas”) son el único depredador conocido del tiburón blanco.
A medida que el rodaje se disparó, el presupuesto también fue en aumento, y la película se ganó el apodo de “Flaws” (Defectos) en vez de “Jaws” entre el equipo técnico. Steven Spielberg recordaría: “Pensé que mi carrera como cineasta había terminado. Oí rumores… de que nunca volvería a trabajar porque nadie había llevado una película 100 días más allá del plazo previsto”.
Charlton Heston: que sí, que no
Aunque Spielberg consideró a Charlton Heston para el papel de Brody (tanto Heston como Universal Studios mostraron gran interés), la principal razón por la que el director decidió no contratarlo fue por sus papeles heroicos en sus películas del momento, en concreto Terremoto (1974), cuyo rodaje se acercaba al final durante el casting. Con Heston también siendo considerado para el papel protagonista en Aeropuerto 1975, como un heroico piloto que aterriza un Boeing 747 averiado, Spielberg razonó que si Heston hubiera sido elegido, significaría para el público que el tiburón prácticamente no tenía ninguna posibilidad de victoria.

Charlton Heston estaba tan molesto por haber sido rechazado para el papel de Brody que posteriormente hizo comentarios despectivos sobre Steven Spielberg y juró no volver a trabajar con él. Posteriormente, rechazó la oferta de Spielberg para el papel del General Stilwell en 1941 (1979). Esto le salió bien, ya que 1941 fue un fracaso en todos los aspectos.
En el guion original, Quint moría ahogado. La cuerda del arpón que dispara al tiburón se enrolla alrededor de su pie y el tiburón lo arrastra hacia abajo, y Quint le pedía a Brody que le dé el cuchillo. Así también moría en el libro y, según una entrevista con Steven Spielberg sobre esta escena, es similar a la muerte de Ahab en Moby Dick. Sin embargo, se decidió que Quint debía ser devorado, ya que esto sería lo más trágico para el personaje, basándose en sus experiencias en el USS Indianapolis.
El perro de Brody en la película era el perro real de Steven Spielberg, Elmer.

Spielberg contó que el brazo de utilería parecía demasiado falso en la escena donde se descubren los restos de Chrissie, así que enterraron a una miembro del equipo técnico en la arena, dejando solo el brazo al descubierto.
Martha’s Vineyard, Massachusetts, se usó como Isla Amity principalmente porque, incluso a 20 kilómetros mar adentro, el fondo arenoso estaba a solo nueve metros de profundidad, lo que permitía que el tiburón mecánico funcionara. Y a los habitantes se les pagaba 64 dólares por gritar y correr por la playa como extras.
La población turística promedio de Martha’s Vineyard en verano antes del estreno de la película era de aproximadamente 5.000 personas. Tras su estreno, se disparó a 15.000.

El mayor temor de Spielberg, además de la apariencia/actuación del tiburón mecánico, era que las cámaras mostraran tierra en las escenas del barco. Spielberg no quería que se viera tierra porque creía que el público podía imaginar a los personajes con la opción de simplemente correr de vuelta a la orilla en caso de peligro. Quería aislar tanto al público como a los personajes.
Robert Shaw, alcohólico y molesto
Aunque era un actor respetado, los problemas de Robert Shaw con el alcohol fueron una fuente frecuente de tensión durante el rodaje. En entrevistas posteriores, Roy Scheider describió a su coprotagonista como “un caballero perfecto cuando estaba sobrio. Solo necesitaba una copa y se convertía en un hijo de puta”. Según el libro de Carl Gottlieb, The Jaws Log, Shaw estaba tomando una copa entre tomas y dijo: “Ojalá pudiera dejar de beber”. Para sorpresa y horror del equipo, Richard Dreyfuss le sacó el vaso a Shaw y lo arrojó al océano.
Para qué.

Shaw lo tomó de punto a Dreyfuss durante el resto del rodaje, ofreciéndole 1.000 dólares por subir al mástil de 20 metros del Orca y saltar al océano, llamándolo cobarde cada vez que se negaba (el precio aumentaba con cada provocación). Steven Spielberg finalmente intervino diciéndole a Dreyfuss: “No me importa cuánto dinero te ofrezca, no te vas a tirar del mástil, no en mi película”.
Un día, Shaw lo mojó con una manguera contra incendios, lo que provocó que Dreyfuss, enfurecido, se marchara furioso, diciendo: “Ya está. No quiero trabajar más con vos. Andate a la mierda”. Cuando llegó el momento de rodar la famosa escena del USS Indianapolis, Shaw intentó grabar el monólogo en estado de ebriedad, ya que exigía que los hombres bebieran a altas horas de la noche. No se pudo usar nada de la toma. Shaw, arrepentido, llamó a Steven Spielberg esa misma noche y le preguntó si podía intentarlo de nuevo. Al día siguiente de rodaje, la electrizante actuación de Shaw se grabó en una sola toma.
Robert Shaw también tuvo problemas con la Agencia de Hacienda y tuvo que huir del país una vez terminadas sus escenas. Si pasaba más de cierto tiempo en EE.UU., tendría que pagar impuestos. Para evitarlo, Shaw volaba a Canadá en sus días libres.

El compositor John Williams dirigió la orquesta durante la entrega del Oscar en 1976, así que cuando se anunció que había ganado el Oscar a la Mejor Banda Sonora, tuvo que subir corriendo al podio para aceptar la estatuilla y luego volver corriendo para seguir dirigiendo la orquesta.
Durante la escena en la que Quint, Hooper y Brody cargan la Orca, se puede ver una pequeña choza gris con una puerta roja a la izquierda de la casa de Quint. Pertenecía a un habitante real, que al principio se molestó con la producción porque el vapor de la pintura en aerosol usada en la fachada de Quint terminó flotando sobre sus barcos. Cuando descubrió lo que realmente estaba sucediendo y lo ingenuo que era el equipo en cuanto a pesca y navegación, se ofreció a ayudarlos en la producción.
Su equipo y experiencia les resultaron tan útiles que sin él la película podría no haberse terminado. Incluso se convirtió en el modelo a seguir que Robert Shaw eligió para su personaje del pescador. Y aunque recibió una buena remuneración por sus servicios, Lynn Murphy nunca recibió reconocimiento, ni dentro ni fuera de la pantalla, por el papel esencial que desempeñó en la creación de un clásico.
La idea de Spielberg que no prosperó
Según se ve en el documental “making of” en DVD, la idea original de Spielberg para presentar a Quint era que estuviera en el cine local viendo Moby Dick (1956), protagonizada por Gregory Peck. Quint estaría sentado al fondo de la sala, riéndose a carcajadas por los absurdos efectos especiales de la ballena, que haría que los demás espectadores abandonaran la sala. Finalmente, Quint sería descubierto sentado solo. Spielberg afirma que lo único que le impidió hacer esa escena fue Gregory Peck, quien poseía parte de los derechos de la película.
Cuando Spielberg le pidió permiso para usar fragmentos del filme, Peck lo rechazó, no porque le pareciera mala idea usar la película de esa manera, sino porque no le gustó su actuación en Moby Dick y no quería que se volviera a ver.
Cuando Roy Scheider quedó atrapado en el Orca que se hundía, se necesitaron 75 tomas para lograr la toma perfecta. Scheider no confiaba en que el equipo de efectos especiales lo rescatara en caso de emergencia, así que escondió hachas y hachuelas por la cabina por si acaso.

Durante la exhibición en la que Richard Dreyfuss y Robert Shaw comparan cicatrices de batalla, Roy Scheider se levanta la camisa para revelar una incisión en el apéndice. No se trataba de una prótesis, sino de la propia cicatriz de Scheider.
Aunque su romance con la esposa de Brody que estaba en el libro no se incluyó en la película, sí figuraba la muerte de Hooper en el guion. El plan era colocar un muñeco que representara a Hooper en una jaula bajo el agua, y los cineastas australianos Rod y Valerie Taylor, quienes filmaban las escenas submarinas con tiburones en Australia, incitarían a un tiburón real a atacar la jaula y destrozar al muñeco.
Nunca lograron provocar al tiburón como era debido. Finalmente, el tiburón atacó y destruyó la jaula, pero había un problema: el muñeco de Hooper no estaba dentro en ese momento. Como era la mejor grabación que tenían, Steven Spielberg decidió usarla y permitir que Hooper escapara del tiburón.
Spielberg observó en la primera proyección de testeo con público que la primera aparición sorpresa del tiburón provocó el grito más fuerte. Sin embargo, tras refilmar la escena en el barco de Ben Gardner, la aparición sorpresa de la cabeza de Ben Gardner provocó la mayor expectación, mientras que la aparición del tiburón generó la mitad de la reacción habitual. Spielberg dijo que esto le enseñó que una película solo puede tener un momento de susto importante, porque después el público estará en guardia toda la película.
Cortesía de Clarín
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