
El banco HSBC -acrónimo de The Hongkong and Shanghai Banking Corporation- a lo largo de su historia ha estado envuelto en constantes polémicas a nivel internacional y nacional por sus laxos controles contra el blaqueo de fondos provenientes de actividades ilícitas, por cambiar cláusulas contractuales de manera unilateral y arbitraria, y por aplicar a sus clientes cargos “no reconocidos” o cobros dobles, entre otras anomalías.
En 2012 este polémico banco estuvo en el “ojo del huracán” cuando la DEA (Drug Enforcement Administration) y el Departamento de Justicia de Estados Unidos de América revelaron que al menos 881 millones de dólares de los cárteles de Sinaloa y Del Norte del Valle de Colombia fueron “blanqueados” a través del HSBC Bank USA.
Para evitar que la clausura de HSBC provocara un boquete financiero internacional, la justicia estadounidense y el banco de origen inglés llegaron a un acuerdo económico: La institución financiera se vio obligada a pagar una multa de 1,920 millones de dólares, cerrar todas las sucursales en el estado de Sinaloa, México, así como despedir a sus colaboradores que no tomaron medidas para evitar el “lavado” de dinero.
HSBC fue fundado en 1865 por el banquero escocés Thomas Sutherland con la intención de financiar el comercio en Europa, India y China. Con el paso del tiempo, este banco creó una nueva sociedad matriz, convirtiéndose en 1991 en HSBC Holdings plc, estableciendo su sede central en Londres, Inglaterra, tras la adquisición total del Midland Bank.
Todas las subsidiarias, incluyendo México están completamente controladas por HSBC Holdings plc, que a su vez es sostenida por varios accionistas en su mayoría de Inglaterra y Estados Unidos de América.
El origen de HSBC en México fue el Banco Internacional que en 1992 se transformó en Bital debido a un proceso de reprivatización. Posteriormente, Bital fue comprado en 2002 por HSBC Holdings, lo que marcó la integración de sus operaciones bajo el modelo de banca universal de HSBC.
En 2024, HSBC fue demandado por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) por incurrir en irregularidades y prácticas que afectaron los intereses económicos de la institución educativa. La acción legal surgió por el incumplimiento del banco en la entrega de 437 millones de pesos de intereses generados por una inversión de 3,000 millones de pesos del Fondo de pensiones de los trabajadores académicos y admnistrativos de la UAEH.
Después de casi un año de proceso judicial, el juez octavo civil del Tribunal de Justicia de la Ciudad de México emitió un fallo definitivo a favor de la UAEH, que obligaba al banco HSBC a saldar los 437 millones de pesos, sin embargo, la institución financiera no cumplió con la orden del juez, por lo que la universidad solicitó a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) intervenir y obligar a HSBC a pagar lo adeudado.
Al banco HSBC se le acabaron las “cichanas” legales y no tiene ninguna posibilidad legal para retrasar o no cumplir la resolución de la sentencia del Tribunal Colegiado, derivada del juicio 262/2024, que obliga a restituir esos fondos a la UAEH, lo que permitirá a la institución educativa extender la vida financiera de los fideicomisos y garantizar seguridad y estabilidad a futuro para trabajadores jubilados y sindicalizados.
Este histórico triunfo legal para la UAEH debiera abrir un debate nacional sobre la necesidad de impulsar cambios normativos que garanticen una regulación más estricta que impida a los bancos que operan en México, modificar unilateral y arbitrariamente convenios pactados, que pongan en riesgo el patrimonio de ahorradores o de cualquier organización, ya sea pública o privada.
Con el fallo definitivo en contra de HSBC, la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo demostró que siempre tuvo la razón en la defensa legal de los 437 millones de pesos retenidos ilegalmente durante tres años por el citado banco, el cual está obligado, sin dilación, a devolverlos a la universidad.
Cortesía de El Economista
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