Brasil se ha convertido en el nuevo campo de batalla de la industria automotriz global. El país sudamericano recibe una gran cantidad de autos eléctricos provenientes de China y no todos están contentos con eso. Según un reporte de Reuters, el barco BYD Shenzhen, el mayor buque transportador de vehículos del mundo con capacidad para 20 campos de fútbol, realizó su viaje inaugural a Brasil a finales de mayo y desembarcó con miles de autos eléctricos en el puerto de Itajaí, en el estado de Santa Catarina.
Ese mismo barco también representa una ofensiva comercial sin precedentes por parte de BYD, el principal fabricante chino de vehículos eléctricos e híbridos enchufables. De acuerdo a Reuters, ese fue el cuarto envío del año desde China a Brasil con aproximadamente 22,000 vehículos solo en los primeros meses de 2025.
Precios bajos y aranceles suaves
BYD y otros fabricantes chinos ahora aprovechan una ventana legal. Brasil actualmente aplica un arancel del 10% a los vehículos eléctricos importados, muy por debajo del 45.3% de Europa o el 100% que impone Estados Unidos. Eso genera un “efecto imán” que convirtió al país en un objetivo prioritario para el crecimiento chino.
Según EVXL, el arribo masivo de vehículos BYD también provocó reacciones en la industria automotriz local, que teme una “inundación” de modelos baratos que podrían desplazar la producción nacional.
La asociación automotriz brasileña ANFAVEA y sindicatos como IndustriALL presionan al gobierno de Lula da Silva para adelantar un plan ya existente que elevaría los aranceles al 35%, pero hasta 2026.
“China aprovechó”: sindicatos acusan al país asiático de explotar el sistema brasileño
“Países de todo el mundo empezaron a cerrarle las puertas a los chinos, pero Brasil no“, declaró a Reuters Aroaldo da Silva, presidente de IndustriALL Brasil. Para él y otros líderes sindicales, el problema no es solo la cantidad de autos, sino la falta de inversión real. Aunque BYD ha prometido construir una planta en el estado de Bahía, la producción no comenzará hasta diciembre de 2026 debido a retrasos asociados a investigaciones por abusos laborales en el sitio.
Mientras tanto, otras marcas como GWM (Great Wall Motor) también han postergado el inicio de sus operaciones locales, pese a haber adquirido plantas de Mercedes-Benz. La preocupación es que hay muchas promesas y pocos empleos locales.
El 80% del mercado eléctrico brasileño ya es chino
La magnitud del fenómeno es alarmante para algunos, pues tres fabricantes chinos ya controlan más del 80% del mercado de vehículos eléctricos en Brasil, según datos de la Asociación Brasileña de Vehículos Eléctricos (ABVE). Este dominio no se limita a ventas, se ha visto incentivado por una política que permite importaciones sin peaje por cientos de millones de dólares, lo que llevó a las automotrices chinas a concentrar sus envíos antes del vencimiento de esos beneficios en julio de 2025.
Reuters detalla que solo este año se espera que las importaciones de vehículos eléctricos fabricados en China crezcan casi 40% y alcancen 200,000 unidades. Esto equivaldría al 8% de todas las matriculaciones de vehículos ligeros en Brasil.
El gobierno de Lula da Silva por un lado quiere atraer inversiones chinas para impulsar la transición energética, pero también necesita proteger la industria local y el empleo. En 2015, Brasil eliminó los aranceles a autos eléctricos para fomentar su adopción. En 2023, los reintrodujo lentamente. Ahora muchos en el sector exigen pisar el acelerador con urgencia.
“Apoyamos la llegada de nuevas marcas… pero desde el momento en que un exceso de importaciones provoca una menor inversión, eso nos preocupa“, señaló Igor Calvet, presidente de ANFAVEA, a Reuters.
A pesar de los compromisos públicos, los sindicatos temen que las futuras plantas chinas en Brasil no generen valor real. “Aunque la fábrica esté aquí, ¿qué valor aporta realmente si los componentes, el desarrollo y la tecnología vienen todos del extranjero?”, cuestiona Da Silva. Hasta ahora, no hay contratos firmados con proveedores locales por parte de BYD, según Reuters.
Cortesía de Xataka
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