Los desafíos de Lula  

Desde Río de Janeiro

La reelección de Lula es importante, en primer lugar, para evitar la posibilidad de que la derecha regrese a la presidencia de Brasil. Según las encuestas, Lula derrotaría a todos los posibles oponentes, aunque no está claro quién será el candidato de la derecha.

Lula se enfrentó, por primera vez, a la circunstancia de tener que gobernar sin mayoría en el Congreso. Tener que negociar cada iniciativa, tener que formar una alianza con sectores de centro, incluso la incorporación de miembros de ese sector al gobierno.

Se logró crear un gobierno totalmente antineoliberal, centrado en priorizar las políticas sociales y fortalecer el Estado. Se ha avanzado en una reforma fiscal en la que quienes ganan más pagan más y un gran segmento de la población ya no paga impuesto sobre la renta.

Otras iniciativas quedan pendientes, dependiendo de las negociaciones con el Congreso. Al mismo tiempo, el gobierno se enfrentó, como siempre, a los medios de comunicación, como principal partido de oposición.

Uno de los mayores desafíos para un nuevo gobierno de Lula es elegir un Congreso con mayoría, un desafío muy difícil. Tal vez se elija un Legislativo menos malo que el actual, pero es poco probable que Lula pueda volver a gobernar con mayoría parlamentaria.

Otro desafío está en el ámbito económico. A pesar del conjunto de políticas sociales implementadas por el gobierno, que lograron reducir las desigualdades sociales y regionales y los procesos de exclusión social, logrando el pleno empleo, no fue suficiente para desplazar al capital especulativo como eje de la economía.

Éste es el principal desafío que debemos afrontar. ¿Cómo pasar del antineoliberalismo al posneoliberalismo, es decir, de una estructura económica que todavía tiene su centro en el capital especulativo a otra centrada en el desarrollo económico?

La inflación, como fenómeno real, pero también como fenómeno psicológico, generador de inseguridad en la población, cuyos aspectos son muy explorados por los medios de comunicación, es un desafío complejo. El aumento de las tasas de interés –expresado por un presidente del Banco Central que se aleja de las directrices generales del Ejecutivo– protege al gobierno del espectro de la inflación. Pero, al mismo tiempo, representa un obstáculo para la reanudación sostenible del crecimiento económico.

Un cuarto mandato de Lula tendría entonces que derrotar al capital especulativo, promoviendo la transición de la economía hacia una etapa de desarrollo industrial sustentable. Tendría que superar este dilema entre estabilidad y crecimiento económico.

Además de estas cuestiones, Lula debería finalmente afrontar el desafío de acabar con el analfabetismo en Brasil de una vez por todas. Analfabetismo tanto real como funcional, en el que las personas pueden leer y escribir, pero tienen dificultades para aplicar estos conocimientos en situaciones cotidianas. La tasa de analfabetismo en el país ronda el 7%, alrededor de 11,4 millones de personas. El analfabetismo funcional es mucho mayor y ronda el 29% de la población.

La mayor dificultad para acabar con el analfabetismo es que la mayor parte de este sector de la población son personas mayores, con las consiguientes dificultades para convencerlas y lograr efectivamente la alfabetización. En cuanto a los analfabetos funcionales, depende de la capacidad de los programas que promuevan actividades de lectura y comprensión por parte de este amplio sector de la población. En resumen, el éxito de Lula 4 no depende sólo de políticas económicas y sociales, sino del énfasis en cuestiones como hacer de Brasil un territorio libre de analfabetismo.

Cortesía de Página 12



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