
Esta es la última parte de los diez principios del inversionista inteligente.
8. Conoce y controla los costos de tus inversiones.
Todos los productos financieros tienen costos. Los ETFs, los fondos de inversión, los “seguros” de inversión tienen siempre una comisión periódica (por lo general anual, aunque se cobra de manera mensual o trimestral) por administración o manejo del producto.
Mucha gente los desconoce o los descuida y eso es un grave error porque puede tener un gran impacto en nuestros rendimientos.
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Este es un tema del que he escrito mucho. He demostrado cómo una comisión por gestión de tan sólo el 1% anual, cobrada a lo largo de muchos años, puede significar una diferencia de más del 20% de nuestro patrimonio final.
Por eso es tan importante comprender bien este impacto y minimizarlo.
En ocasiones, los costos son directos y fáciles detectar. Un ejemplo es la comisión de intermediación que cobra una casa de bolsa o bróker en línea.
Pero hay otros indirectos y que no vemos, aunque por lo general se pueden conocer si uno sabe dónde buscar. Un gran ejemplo son las comisiones que cobran las operadoras a los fondos de inversión que administran. Otro es el costo de gestión de los ETFs.
Mientras más alta sea la comisión, menor es el rendimiento neto que recibe el inversionista.
9. Nunca inviertas en algo que no entiendes.
Este principio también es sumamente importante, sobre todo en un mundo en donde cada vez es más común que las personas sigan recomendaciones de “expertos” o “influencers” completamente a ciegas.
Hay muchas personas que tienen acciones de empresas sin saber, ni siquiera, qué hacen o a qué se dedican. Por lo tanto, tampoco tienen idea de cuál es su situación financiera ni cuál es su potencial.
Pero eso no es lo peor. Hay gente que por no entender, compra productos malos y caros o cae directo en esquemas fraudulentos.
Hace poco, una persona me pidió ayuda porque metió su dinero en una empresa de inversiones novedosa que hacía trading automático basado en inteligencia artificial. Se encontró con ella mediante un anuncio en redes sociales y le pareció interesante. Publicaban estadísticas – claramente falseadas – con rendimientos espectaculares. Así lo sedujeron.
Al principio todo iba bien. Cuando entraba a su cuenta, veía que su dinero estaba creciendo rápidamente. El problema se dio cuando quiso retirar parte de sus ganancias. Al hacerlo, la página le generó un error y le pidieron ponerse en contacto con soporte técnico vía el chat.
Con varios pretextos, le pidieron depositar más dinero para poder retirar… y esta persona increíblemente se los dio. Eventualmente le dejaron de contestar.
Se trata de tu dinero. No lo inviertas si no sabes en qué te estás metiendo o qué puedes esperar. Siempre toma decisiones informadas.
10. Cortar pérdidas no es lo que crees.
Un consejo muy común en inversiones es: hay que saber cortar las pérdidas. Pero mucha gente lo interpreta mal. No se trata de vender durante periodos de crisis y caídas pronunciadas, que son parte natural de los mercados financieros.
Por el contrario, esos son momentos de gran oportunidad para comprar buenas empresas a precios bajos (por una fracción de lo que realmente valen). Como dice Warren Buffett: “Sé temeroso cuando los demás son codiciosos y codicioso cuando los demás tienen miedo”.
El concepto de cortar pérdidas tiene que ver con malas decisiones. Significa reconocer, de manera temprana, que uno se equivocó y debe desprenderse de esa inversión. Es tan sencillo como eso, pero tan complejo llevar en la práctica.
Por ejemplo, si uno hace “trading” y una operación no va en el sentido que se esperaba, deshacerse de esa posición cuanto antes es esencial. En este contexto, cortar pérdidas es una medida de control de riesgos. Aunque incluso para ellos, mantener la disciplina no es tan fácil.
Las emociones humanas son complicadas y la psicología de las inversiones es fascinante. Así como hay personas que se asustan y lo venden todo, hay otros que se aferran a posiciones perdedoras con la esperanza de que se recuperarán (a pesar de que todas las señales indiquen lo contrario).
Una de las ventajas de construir un portafolio de inversión diversificado de acuerdo con nuestra tolerancia al riesgo, con instrumentos indexados de bajo costo, es que es mucho más fácil mantener la disciplina. No necesitamos vender, a menos que sea durante un rebalanceo o cuando decidimos modificar su composición. En ambos casos, vender también es una medida de control de riesgo y es consistente con estos principios. Siempre tenlos en cuenta en tu proceso de toma de decisiones de inversión.
Cortesía de El Economista
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