Los grandes laboratorios presionan a Claudia con las patentes para forzar otros desabasto de medicinas

Independientemente que el subsecretario Eduardo Clark aseguró en diversas reuniones que no asignaría con base en el estudio de mercado de patentes, parece ser que en el afán de ahorrar y comprar medicamentos a precios del 2020 -incluso 2019- sí lo está haciendo.

Después del anuncio del evento en Compranet para cubrir el abasto de 2025/2026 se han registrado más de tres mil preguntas. El problema se desbordó y ayer mismo se suspendió la junta de aclaraciones hasta nuevo aviso. Y para sorpresa del sector de esa publicación desaparecieron más de veinticinco claves de alto consumo, según esto por instrucciones del subsecretario Clark García Dobarganes, quien estaría intentando orillar a amigos o fabricantes a surtirlas en tiempo récord con precios que no consideran ni siquiera la inflación.

A todo eso hay que sumar la presión de la industria farmacéutica, esos paladines al servicio de la salud que con engaños le han hecho creer que muchas de esas claves aún cuentan con patentes, presionando al subsecretario a que les asignen a los de siempre.

Después del decreto que fue publicado en el Diario Oficial, la posibilidad de importar productos de patente vencida, está abierta y ello podría traer una competencia significativa a ese grupo de privilegiados de siempre (Amarox, Psicofarma, Buffington) por mencionar a algunos.

La AMELAF negocia en lo obscuro y hace pensar al subsecretario Clark que existen patentes y que no han vencido. La razón, apoderarse como siempre de las claves en el contrato central, no surtir, generar desabasto y provocar las compras emergentes a precios inflados, ese ha sido el negocio de esos laboratorios, que culpan a los distribuidores pero en realidad son ellos y sus aliados del IMSS.

El subsecretario de Salud, Eduardo Clark.

El subsecretario debería en este esfuerzo incluirlas en la compra consolidada, fomentar la libre competencia y de paso cumplir con su palabra, algo de poca valía en la cuarta transformación.

Esta compra apresurada, con precios imposibles, con entregas de punta a punta parecen estar destinadas a un fracaso ya visto con el modelo de la ONOPS y del INSABI.

Nadie cuestiona el comprar a los mejores precios y las mejores condiciones para los derechohabientes. Pero debería de haber observancia dentro de los que participan para ver si cumplen con sus evaluaciones técnicas (cuestionadas en BIRMEX), si poseen el producto y si pueden cumplir con los tiempos de entrega.

Existen sin número de contratos centralizados que no tienen órdenes de reposición y que están vigentes y podrían medianamente abatir el desbasto del primer trimestre.

En Salud no hay medicina más cara que la que no hay; tampoco se debe de descubrir el hilo negro y debe regir las transparencias y la planeación adecuada.

Cortesía de La Política Online



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