Este lunes fue un día muy complejo para México en el marco de la relación bilateral que vendrá cuando Donald Trump regrese a la Casa Blanca. Durante la tarde fue confirmado el congresista Mike Walts como próximo consejero de Seguridad Nacional, se conoció que Stephen Miller tendrá responsabilidades en el manejo de la frontera y The New York Times reveló que el senador Marco Rubio es el candidato principal para el Departamento de Estado. Todos cuadros con un marcado discurso anti-México.
Waltz se ha pronunciado en favor de que las fuerzas armadas de su país operen en México pero esta no sería la idea más compleja del congresista de Florida. El próximo consejero de Seguridad es muy amigo del congresista de Texas Dan Crenshaw, con quien han patrocinado diversas iniciativas legislativas
Crenshaw ha dicho públicamente que el expresidente Andrés Manuel López Obrador está vinculado al narcotráfico. Un tema que tanto Crenshaw como Waltz han desarrollado en privado en reuniones en Washington con políticos de la oposición en México. Esta asociación de Morena con el crimen organizado, en la que Waltz cree, es compleja porque cimenta el camino para la unilateralidad al entender que el Gobierno mexicano no es confiable.
Waltz y Crenshaw suscriben las ideas además de William Barr, exfiscal general de Trump y que entiende que los cárteles de las drogas deben ser considerados grupos terroristas, lo cual le permite a Estados Unidos operar en terceros países.
Otra designación compleja es la de Miller a cargo de asuntos fronterizos. Miller tiene un discurso duro para con México y apoya fervientemente la idea de las deportaciones masivas, algo que, además, promueve que se ordene desde el primer día de Trump en el Salón Oval.
La posible llegada de Rubio al Departamento de Estado es otro flanco sensible, especialmente si se considera que Claudia Sheinbaum viene de ratificar su apoyo al gobierno cubano en un momento de crisis en la isla. Rubio, senador por Florida, es la punta de lanza de su partido contra las izquierdas de América Latina.
En Palacio Nacional ya comienza a instalarse la teoría de que el plan de deportaciones de Trump no es un horizonte lejano. Esta semana Sheinbaum pedirá que se refuerce toda la estrategia legal de defensa de migrantes en los consulados de EU y ha comenzado a interiorizarse en dos asuntos cruciales: hasta donde los planes de Trump golpearán la llegada de remesas (algo vital para la economía) y si el sistema productivo mexicano puede ser receptor en términos de empleo de los millones de personas que el republicano busca expulsar.
Un primer número que considerar: en EU habría en este momento algo más de 4 millones de mexicanos de forma irregular.
Cortesía de La Política Online
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