
“No estamos cansados ni fracasados, estamos pausados”. Esa es la nueva consigna con la que da a su fin la huelga de los docentes y el plantón en el Zócalo en el que han vivido los maestros 24 días bajo las inclemencias meteorológicas. Demasiado tiempo sin conseguir el objetivo último por el que se movilizaban, la abrogación de la Ley del ISSSTE de Calderón, que dejó las pensiones de jubilación en unos umbrales lejos de la dignidad laboral. Los maestros regresan a sus Estados con la advertencia de que se organizarán con unidad en nuevas formas de lucha, entre las que han citado un seguimiento continuo a Claudia Sheinbaum allá donde se mueva, lo que ha tenido su primera consecuencia: la presidenta ha suspendido su viaje a Guerrero para evitar las “provocaciones”. Los manifestantes han evidenciado su decepción con la 4T, movimiento con el que tradicionalmente venían caminando, al que han acusado de tener ”continuidad, sí, pero con el neoliberalismo”, han dicho algunos de los representantes sindicales. “Regresaremos con mayor fuerza”.
El paro nacional iniciado por la CNTE el 15 de mayo trataba de echar abajo la Ley del ISSSTE con la que el presidente Calderón rompió los cálculos de las pensiones para los docentes y otros trabajadores del Estado, dejándolas en apenas 4.000 pesos en algunos casos. Las protestas que han tenido colapsada la capital por varias semanas lograron algunas negociaciones con el Gobierno y arrancaron cesiones, entre ellas la congelación de la edad de jubilación y un incremento en los salarios del 10%. Se ha ofrecido también un complemento mediante las pensiones del Bienestar que aumentan el retiro en 17.000 pesos. Pero la CNTE no ha querido cejar en sus presiones hasta ver abolida la ley entera y una vuelta a sus pensiones solidarias. La presidenta ha repetido en ocasiones que están a favor de los reclamos de los maestros, aliados tradicionales de la 4T, pero que la falta de presupuesto impide revertir todo un sistema que ahora depende de las Afores, los fondos privados que gestionan los ahorros de los trabajadores del Estado.
“Las pensiones son el negocio de los banqueros”, han repetido los manifestantes en la mañana de este sábado para cerrar el paro y retomar las clases, cuando se acerca el final del curso, una reclamación de las familias que ya se estaba haciendo notar con fuerza en los últimos días. Niegan el cansancio, pero las condiciones de los maestros acampados en el Zócalo han pasado por días intensos bajo la lluvia, a lo que hay que añadir la economía precaria en la que viven muchos de ellos, acrecentada al estar tan lejos de sus hogares. Ahora anuncian una reorganización y nuevas formas de lucha.
A mitad de la larga protesta y con las elecciones judiciales previstas para el 1 de junio, la pelea se recrudeció. A la amenaza de un posible boicot a las urnas, la presidenta Sheinbaum les respondió acusándoles de ponerse del lado de la derecha, un golpe que los docentes acusaron. Finalmente, no hubo bloqueo electoral, pero en contrapartida, los maestros arreciaron sus críticas contra la 4T, un movimiento que les es connatural, pero con el que se han enfadado, acusando a López Obrador y la actual Administración de mentir. “Los maestros no olvidamos, la cuenta está pendiente, regresaremos fortalecidos, porque iremos escuela por escuela y comunidad por comunidad para fortalecernos. Hasta la victoria, CNTE”, han dicho, antes de poner unas grabaciones de campaña en las que Sheinbaum prometía pensiones dignas para los maestros.
Los días de paro han evidenciado también la mayor quiebra entre la CNTE y el SNTE, el gran sindicato docente de México, tradicionalmente relacionado con el PRI y sus prácticas políticas, que ahora preside el senador Alfonso Cepeda, senador de Morena. El SNTE ha celebrado la subida salarial del gobierno y se ha mantenido a su lado todo este tiempo. Los alborotadores de la CNTE quemaron algunas oficinas del SNTE en estos días. También han protagonizado algunos actos vandálicos frente a Gobernación y otras oficinas federales, que han sido muy criticados por la presidenta, dado que siempre han mantenido el diálogo, ha repetido, en una mesa de negociaciones en la que se sentaba el secretario de Educación, Mario Delgado, la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, el responsable del ISSSTE, Martí Batres, y personal de Hacienda.
Andado el tiempo, las grietas entre unas secciones sindicales y otras se hicieron notar en la CNTE. Desde Oaxaca y Chiapas empujaban por replegarse mientras que sus compañeros de Guerrero, Zacatecas y Yucatán se decantaban por lo contrario, aunque han sabido conservar la unidad, clave del éxito. “Nos retiramos, pero con la frente muy alta”, ha dicho la representante de Oaxaca, Yenny Pérez, y no ha ahorrado críticas al “sindicato charro” que no ha estado al lado de las bases, declaró en la mañana de este sábado.
Desde el viernes en la noche ya había movimientos de recogida en el Zócalo capitalino, a la espera de que la asamblea del sábado finalizara oficialmente la huelga. “Nos vamos con dignidad”, ha dicho la oaxaqueña. Todos los representantes de las distintas secciones y de otros sindicatos aliados, han ido tomando el micrófono esta mañana para reprochar al Gobierno su “neoliberalismo” y para convocarse a seguir luchando por la derogación de la ley que ha estrangulado sus pensiones.
Cortesía de El País
Dejanos un comentario: