Al menos 50 personas murieron este viernes en operaciones militares israelíes en la Franja de Gaza, informó la Defensa Civil del castigado enclave palestino. En la misma jornada, el ejército de Israel anunció que estaba intensificando su ofensiva para tomar el control de Ciudad de Gaza, la urbe más poblada del enclave. “La situación en la Franja de Gaza continúa siendo crítica. A ese panorama se suman la hambruna, el colapso de la atención sanitaria y asistencial”, advirtió Christopher Lockyear, secretario general de Médicos Sin Fronteras (MSF).
“Para muchos, escapar es imposible: los ancianos, los enfermos graves, las mujeres embarazadas o los heridos. A los que se quedan atrás se les ha condenado a muerte. Las personas que intenten huir lo harán bajo intensos bombardeos. Las que sobrevivan al viaje llegarán a zonas superpobladas del centro y el sur de Gaza, donde no encontrarán ni seguridad ni lo básico para sobrevivir”, expresó Lockyear en una carta, en la que planteó que “lo que está ocurriendo en Gaza no es solo una catástrofe humanitaria, es la destrucción sistemática de un pueblo”.
12 trabajadores sanitarios de MSF fueron asesinados y el cirujano ortopédico de MSF, el Dr. Mohammed Obeid, permanece detenido por Israel desde octubre de 2024. En total, más de 1.500 trabajadores de la Salud fueron asesinados en Gaza. “Una encuesta reciente realizada en nuestras clínicas de Gaza reveló que el 25 por ciento de las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia estaban desnutridas, lo que puede aumentar el riesgo de muertes fetales, abortos espontáneos y partos prematuros”, advirtió el funcionario de MSF.
“Los gobiernos de todo el mundo, ya sea mediante el apoyo político, militar o material a Israel, o mediante su silencio, son cómplices del genocidio. Tienen la obligación moral y legal de responder. Esto significa ejercer una presión política real, no palabras vacías, utilizando todas las medidas políticas, diplomáticas y económicas disponibles para detener estas atrocidades”, expuso Lockyear en la misiva.
Desde MSF enfatizaron que los países que expresaron su indignación y solidaridad con los palestinos “pueden y deben hacer más para aumentar la presión política sobre otros para que actúen”. Esto, según Lockyear incluye “garantizar que todos los países detengan las transferencias de armas utilizadas para matar y herir a personas y destruir la infraestructura civil en Gaza”.
Cortesía de Página 12
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