Los juguetes pueden ser mucho más que simples herramientas de entretenimiento: pueden ser ventanas al fascinante mundo de la ciencia. Regalar juguetes científicos no solo fomenta la curiosidad natural de los niños, sino que también les ayuda a comprender de manera práctica conceptos fundamentales de física, matemáticas, biología y otras disciplinas. Estos objetos combinan diversión y aprendizaje, permitiendo que los pequeños se acerquen a la ciencia desde una perspectiva lúdica y experimental. En la época que vivimos, las habilidades STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) son cada vez más importantes, por lo que este tipo de regalos puede despertar vocaciones y afianzar conocimientos básicos desde edades tempranas.
En esta selección, encontrarás juguetes que explican principios científicos complejos de forma accesible. Desde el movimiento y las fuerzas hasta conceptos matemáticos abstractos, cada objeto tiene un enfoque práctico y atractivo. Ya sea para entender cómo funcionan la acción-reacción, el momento angular o la aerodinámica, estas ideas están diseñadas para inspirar, sorprender y educar. A continuación, te presentamos algunos de los mejores juguetes científicos para regalar estas fiestas.
El 5 de mayo del 2018, un joven australiano llamado Feliks Zemdegs rompía el récord del mundo de cubo de Rubik consiguiendo resolver el famoso rompecabezas de colores en tan solo 4.22 segundos. A sus 22 años, Zemdegs se convirtió en el rey de este popular puzzle siendo superado solamente por las máquinas diseñadas especialmente para ello y que, hasta ahora, han sido capaces de hacerlo en 0.38 segundos. Pero no ha sido el más rápido. En junio de 2023, el estadounidense Max Park batió el récord mundial del cubo de Rubik en 3,13 segundos, superando con creces la anterior cifra marcada hace cinco años.
Al igual que el invento del húngaro Erno Rubik, existe una extensa lista de inventos que fueron diseñados con un origen y propósito científico y acabaron convirtiéndose en los juguetes más populares de sus respectivas décadas. Ya sea porque aprovechaban los principios físicos en los que se basan o porque conseguían acercar y hacer accesible la ciencia a un grueso de la población que suele permanecer ajena a ella, estos tipos de ingenios se popularizaron rápidamente una vez hicieron su entrada en las tiendas.
Cubo de Rubik
Es quizá el juguete científico más conocido y de mayor éxito. El cubo de Rubik, un rompecabezas mecánico tridimensional, ideado en 1974 por el escultor y arquitecto Ernö Rubik, fue concebido inicialmente para ayudar a los alumnos de arquitectura a obtener una mejor perspectiva visual de las tres dimensiones. En los 80, la popularidad de este juguete alcanzó cotas increíbles – tanto entre el público más joven como el más adulto – convirtiéndolo en el juguete más vendido del mundo (con más de 350 millones de unidades). Este juego de rompecabezas (que podemos encontrar en versiones de cubo de bolsillo, estándar o versión profesor, por ejemplo) permite 43.252.003.274.489.856.000 permutaciones; y gracias a un algoritmo más moderno es posible resolverlo en tan solo 20 movimientos.
Péndulo de Newton
La cuna de Newton es un objeto fascinante que ilustra de manera simple y visual dos principios fundamentales de la física: la conservación del momento lineal y de la energía. Está formado por un conjunto de péndulos exactamente iguales, alineados horizontalmente y en sutil contacto con los péndulos adyacentes cuando están en reposo. Como juguete fue producido en 1967 por el actor inglés Simon Prebble. El péndulo de Newton más grande del mundo se encuentra en Kalamazoo, Michigan (EE.UU.) y se utiliza para demostraciones tecnológicas y científicas. Cuenta con 20 esferas con un peso de 6,8 kilogramos cada una, suspendidas desde el techo con unos cables de 6,1 metros.
Caleidoscopio
El caleidoscopio es un dispositivo óptico que utiliza espejos y fragmentos de materiales reflectantes o translúcidos para crear patrones simétricos fascinantes. Este juguete explora las leyes de la reflexión de la luz, mostrando cómo los ángulos y las superficies crean imágenes repetitivas y perfectas. Es una forma práctica de comprender la geometría y los principios básicos de la óptica. Al girarlo, se generan patrones que cambian constantemente, evidenciando cómo pequeñas variaciones en el sistema producen grandes efectos visuales.
Slinky
Este juguete científico fue creado casi por casualidad por el ingeniero mecánico Richard James en 1943. Su intención era perfeccionar una nueva gama de resortes para los buques y tras caerse uno de ellos sobre un escalón se dio cuenta del movimiento que este realizó en vez de llegar al suelo: había surgido un muelle espiral que permite la realización de experimentos sobre propagación de ondas longitudinales y transversales. En la navidad de 1945 se vendieron 400 slinkys en 20 minutos. Los modelos básicos son en acero (como el de la foto) o en colores, como un arco iris. Se hizo tan popular que forma parte de la lista del National Toy Hall of Fame.
Al extender y comprimir el muelle, se pueden observar ondas longitudinales y transversales en acción. Cuando se deja caer, el slinky parece desafiar la gravedad por unos instantes debido a la tensión acumulada. Además, su movimiento continuo es una forma simple de explorar conceptos como la elasticidad, la energía potencial y cinética, y la propagación de fuerzas en un sistema.
Trompo
El trompo es un juguete clásico que ilustra conceptos como el momento angular y la conservación de este. Al hacer girar el trompo, su estabilidad se debe a la inercia rotacional, que mantiene su eje de rotación hasta que fuerzas externas, como la fricción, lo detienen. Este simple objeto mecánico es una forma práctica de comprender cómo los sistemas giratorios responden a las fuerzas externas y cómo la energía cinética se disipa con el tiempo.
Carro impulsado por globo
El carro impulsado por globo es un experimento simple y divertido que enseña el principio de acción-reacción, tal como lo establece la tercera ley de Newton. El diseño consiste en un pequeño vehículo con ruedas al que se le conecta un globo inflado. Al liberar el aire, este sale a gran velocidad por la boquilla del globo, generando una fuerza de reacción que impulsa el carro en dirección opuesta. Este juguete permite explorar conceptos de dinámica como la fuerza, la fricción y la aceleración, y cómo se puede transformar la energía almacenada en el globo en movimiento. Es ideal para experimentar con diferentes diseños y observar cómo variables como el tamaño del globo o la superficie del suelo afectan el movimiento.
Lámpara de lava
El primer modelo de la lámpara de lava fue creado en 1963 por Edward Craven-Walker. La que en un principio se llamó ‘Astrolámpara’ fue presentada en una feria de muestras de Hamburgo en 1965. Un empresario se interesó por ella y, tras comprar los derechos, la vendieron como “Lava Lite” o lámpara de lava, extendiéndose su popularidad en los 70. Su mecanismo se basa en una bombilla de iluminación, una botella de cristal que contiene agua (transparente o coloreada), cera translúcida, un rollo metálico de cable y un pequeño cono de metal que se coloca en la parte superior. Al ser la cera fundida y el agua dos líquidos immiscibles, se mantienen separados. La diferencia de calor entre la parte superior e inferior provoca el singular efecto visual que ha hecho que este dispositivo se encuentre desde hace mucho en casi cualquier tienda de regalos.
Meccano
Patentado en 1901 por Frank Hornby, el Meccano fue un juguete muy popular entre jóvenes y no tan jóvenes. Se basaba en un sistema de construcción de objetos formados por piezas de diversos tamaños, forma y color fabricadas en metal y con filas de agujeros para sujetarlas a otras piezas por medio de tornillos. En la actualidad, muchos profesores utilizan el Meccano para instruir a sus alumnos en las clases de Física, construyendo aparatos que ayuden a explicar principios físicos como la ley de la palanca, la ley del péndulo o la ley de la polea.
Termómetro de Galileo
Nombrado en honor a Galileo Galilei, se trata de un termómetro formado por un tubo de vidrio que contiene un líquido transparente con un coeficiente de dilatación mayor que el del agua y un conjunto de ampollas de vidrio soplado sumergidas en él. Cuando aumenta la temperatura, la densidad del líquido cambia pero no la de las ampollas, por lo que la flotabilidad de las ampollas se ve afectada. La ampolla con flotabilidad neutra indica la temperatura. Para obtener una temperatura más o menos exacta, el dispositivo debe contener cinco ampollas como mínimo.
Disco de Euler
Este juguete de física fue ideado por Joe Bendik en los años 80 y fue comercializado inicialmente por la Tangent Toy Company. Este dispositivo funciona de la misma forma en la que hacemos girar una moneda encima de una superficie plana. Iniciamos el movimiento con un disco sobre una plataforma y, a pesar de la disipación de energía, la rotación se prolonga durante varios minutos; la desaceleración produce un sonido cada vez más agudo, que finaliza de forma ruda.
Lámpara de plasma
Creada por Nikola Tesla para investigar corrientes de alto voltaje en tubos de cristal vacío y comercializada por el estudiante del MIT Bill Parker durante la década de 1980. Se trata de una esfera de cristal transparente llena de varios gases de baja presión y conducida por corriente alterna de alta frecuencia y alto voltaje generado por una bobina Tesla en miniatura. En el centro, una segunda esfera sirve como electrodo. El contacto de una mano con el cristal altera el campo eléctrico y hace que surja un rayo de mayor grosor. Los patrones y colores que se consiguen en la lámpara dependen de los gases que contiene.Creada por Nikola Tesla para investigar con corrientes de alto voltaje en tubos de cristal vacío y comercializada por el estudiante del MIT Bill Parker durante la década de 1980. Se trata de una esfera de cristal transparente, llena de varios gases de baja presión, y conducida por corriente alterna de alta frecuencia y alto voltaje generado por una bobina Tesla en miniatura. En el centro, una segunda esfera sirve como electrodo. El contacto de una mano con el cristal altera el campo eléctrico y hace que surja un rayo de mayor grosor. Los patrones y colores que se consiguen en la lámpara dependen de los gases que contiene.
Robótica
Aunque las creaciones autómatas llevan más tiempo del que podría parecer con el ser humano, fue a partir de la década de 1990 cuando la robótica consiguió grandes avances y se normalizó su uso, permitiendo introducirla en nuevos sectores como el de los juguetes. Desde el dinosaurio Pleo, una robo-mascota interactiva, hasta Zowi, el robot creado por BQ para enseñar programación a niños, existen numerosas opciones para poder hacer robots sencillos y fáciles de programar con soportes como Arduino o BITBLOQ.
Cortesía de Muy Interesante
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