Los mexicanos en las calles

El pasado sábado 15 de noviembre se llevó a cabo la primera marcha nacional en contra del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum. Sí bien las consignas y protestas de las miles de personas en todo el país abarcaban diversos temas, fundamentalmente se pueden encasillar perfectamente al reclamo de las acciones de la cuatroté básicamente en el tema de la inseguridad y los señalamientos de la vinculación del narcotráfico en campañas políticas del partido Morena incluidas las de Andrés Manuel López Obrador. La chispa que detonó la salida a las calles fue el asesinato del edil de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo quien durante meses hizo público sus llamados al gobernador de la entidad y a la propia presidenta para que lo cuidaran y apoyaran en el combate al crimen organizado que, se ha apoderado del estado como ocurren en varias partes del país. Algunos gobiernos tienden a descalificar las movilizaciones sociales o bien a minimizar su importancia, es el caso de nuestro gobierno, lo que es el resultado de su incapacidad de darle la lectura correcta al apasionante movimiento Generación Z, presente en la mayor parte del mundo, en particular, en dónde aprecian se limitan las liberadas y los derechos humanos. Es de esperarse que en el devenir de las semanas y meses, más ciudadanos mexicanos de diversos estratos sociales y edades se vayan sumando a este movimiento, lo que es, muestra inequívoca de que la sociedad mantiene más vivo que nunca a México. Por supuesto que a ningún gobierno le es cómodo tener a la gente en la calle recién comenzando su gestión máxime cuando la mayoría de los aspectos discordantes, son herencia del gobierno anterior.

Los reclamos que se percibieron en nuestro país y el resto del mundo son: la constante fabricación de carpetas de investigación para inculpar a las personas, la falta de medicamentos, la inseguridad, la deuda tan grande que el gobierno ha adquirido, tratamientos médicos que tardan años, gente de la tercera edad con una beca Bienestar pero sin seguridad y medicamentos para ellos y sus seres queridos sobre todo los menores, el bajo nivel educativo en las escuelas públicas, el dispendio presupuestal, la desaparición de organismos autónomos de gobernabilidad social y económica, el estado de las calles, el despido de cientos de jueces para ser sustituidos por personas sin la preparación adecuada, la caída en los servicios públicos de transporte y trámites en general, la manipulación al INE y, el más escuchado, las mentiras diarias. La ventaja es, que, el actual gobierno, nos dice constantemente que gobierna con y para el pueblo; lo que el mundo entero precioso el sábado es, precisamente al pueblo en las calles con demandas contundentes por lo que ha pasado en los últimos 6 años.

Cortesía de El Economista



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