El huracán Trump ya ha llegado al espacio. La intensa campaña de recortes impulsada por la nueva administración estadounidense está poniendo patas arriba todas las grandes instituciones científicas del país y ahora, tras semanas de rumores, todo apunta a que está a punto de llegar hasta la NASA. Según ha adelantado ‘The Washington Post’, Trump amenaza con recortar de forma drástica los fondos de la agencia, lo que podría traducirse en despidos masivos y cancelaciones de misiones científicas clave para estudiar el cosmos. El porqué de esta decisión es un secreto a voces. Se dice que Trump quiere recortar en ciencia básica y apostar por proyectos mediáticos como la utopía de llevar humanos a Marte, algo que prometió durante su investidura y que, además, es el gran sueño de su cómplice Elon Musk.
Casi todo lo que ha trascendido hasta ahora han sido filtraciones y rumores pero, aun así, son muchas las voces del sector que afirman que la situación es cada vez más tensa y que, a diferencia de otras ocasiones, en este caso se teme una escabechina presupuestaria. Según avanza la revista ‘Ars Technica’, el primer borrador de presupuestos de la agencia espacial estadounidense durante la era Trump recoge recortes de hasta el 50% en misiones de ciencia planetaria, estudio de la Tierra y astrofísica. En esta categoría se engloban desde misiones para buscar vida en otros planetas hasta proyectos satelitales para estudiar el impacto del cambio climático en la Tierra. En los documentos filtrados también se recoge la cancelación total para el telescopio espacial Nancy Grace Roman, un proyecto ya ensamblado y que debía despegar en los próximos dos años.
El primer borrador de presupuestos de la NASA en la era Trump incluye recortes drásticos en astrofísica y estudios del cambio climático desde el espacio
También hay rumores sobre un posible desmantelamiento prematuro de la Estación Espacial Internacional, un proyecto que debía llegar a su fin a partir de 2030 pero que, según ha defendido el propio Musk, “se debería desmantelar cuanto antes para centrar los esfuerzos en otras misiones”. Uno de los grandes proyectos de la NASA para los próximos años era justamente el regreso a la Luna con el programa Artemis. Pero desde la llegada de Trump al poder, el peso de esta iniciativa se ha ido diluyendo y, entre otros, se ha eliminado cualquier mención a que esta debía ser la primera misión en llevar a una mujer y a una persona de color a la Luna. Ahora, bajo la sombra de Musk, parece que el nuevo objetivo es enviar la primera misión tripulada a Marte. Algo que, según advierten los expertos, aún no es viable ni técnica ni humanamente ya que no hay ningún vehículo espacial capaz de realizar un viaje tan largo y mucho menos hay garantías de que un astronauta pueda resistir tanto tiempo expuesto a la radiación extrema.
Las filtraciones apuntan a que la nueva administración quiere enfocar sus esfuerzos en enviar humanos a Marte, algo que los expertos afirman que aún no es viable
Clima de incertidumbre
“Más allá de los rumores, lo que más preocupa ahora es la incertidumbre. Sobre todo porque cuando hablamos de misiones espaciales se trata de proyectos científicos de largo alcance que requieren tiempo y estabilidad presupuestaria para salir adelante”, explica Jesús Martínez-Frías, experto en geociencias planetarias del CSIC y presidente de la Red Española de Planetología y Astrobiología (REDESPA), quien recientemente se ha adherido a un manifiesto internacional para reclamar que se protejan las misiones científicas enfocadas a la búsqueda de vida en otros planetas. “Me preocupa que los recortes se enfoquen justo en esas misiones de ciencia básica que, aunque sean menos espectaculares que las protagonizadas por astronautas, podrían ayudarnos a responder preguntas tan trascendentales como si estamos solos en el cosmos”, comenta este especialista, quien lleva más de dos décadas trabajando en colaboración con la NASA.
“Me preocupa que los recortes se enfoquen justo en esas misiones de ciencia básica que podrían ayudarnos saber si estamos solos en el cosmos”
La amenaza de recortes en materia espacial inquieta cada vez más a la comunidad científica. La Sociedad Astronómica de Estados Unidos, por ejemplo, ha emitido un comunicado alertando de lo “catastrófica” que podría ser esta medida para la ciencia espacial y para los científicos que se dedican a esta área del conocimiento. “Estados Unidos perderá toda una generación de talento que se marchará a otros países que están aumentando su inversión en el espacio”, comenta la presidenta de la entidad, Dara Norman. La revista ‘Scientific American’ va un paso más allá y afirma que Trump podría “destruir por completo el legado espacial de Estados Unidos” y, de esta forma, relegar las misiones estadounidenses a “la mediocridad o el olvido” y dejar que potencias como China se adelanten en la carrera espacial y geopolítica que supone “conquistar” el espacio.
Entidades científicas alertan sobre cómo, de seguir así, las misiones estadounidenses quedarán relegadas a “la mediocridad o el olvido”
También coincide en esta premisa el investigador Josep Maria Trigo, quien sostiene que los recortes de la administración Trump podrían “desmantelar el liderazgo científico de Estados Unidos“. “El impacto de estos recortes sobre equipos científicos que fomentan los avances tecnológicos y la innovación podría causar los efectos contrarios a los buscados, debilitando aún más la economía estadounidense“, comenta este especialista, afiliado al Institut d’Estudis Espacials de Catalunya (CSIC-IEEC), quien se muestra muy preocupado por el eventual impacto de estos recortes no solo en la ciencia estadounidense sino, en general, en todos los proyectos internacionales tanto públicos como privados que penden de la NASA.
Más allá de la cuestión estrictamente científica, son muchas las voces que alertan de las divergencias ideológicas que podrían crear un abismo entre los proyectos espaciales estadounidenses y los del resto del mundo. De hecho, mientras la administración Trump ha iniciado una verdadera caza de brujas contra los proyectos relacionados con el cambio climático, la perspectiva de género y la inclusión, en las instituciones espaciales europeas se están fomentando cada vez más este tipo de iniciativas. En este contexto, según explican varias entidades del sector privado a este diario, son muchos los socios externos que dudan sobre cómo enfocar su trabajo por miedo a ser excluidos de un lado o del otro. También son muchas las empresas espaciales que, pese a estar muy preocupadas por la situación, afirman que por ahora prefieren mantener su opinión en el anonimato por miedo a posibles represalias.
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Cortesía de El Periodico
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