Fuente de la imagen, Meiying Wu/BBC
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- Autor, Ana Faguy
- Título del autor, BBC News
Al cruzar el condado de Loudoun, Virginia, una de las primeras cosas que se percibe es un zumbido: el sonido de fondo de 199 centros de datos.
Pocas personas han oído hablar de esta discreta zona del norte de Virginia, que además es el condado más rico de Estados Unidos.
Pero Loudoun estuvo en el punto de mira de todos en octubre, cuando una interrupción masiva del servicio global de la nube de Amazon puso todo en pausa, desde servicios bancarios cruciales hasta divertidas sesiones de Snapchat, para millones de personas.
Esto se debe a que el condado alberga la mayor cantidad de instalaciones de almacenamiento y procesamiento de datos del mundo, superando incluso a China.
Los centros de datos (espacios dedicados a los sistemas informáticos que impulsan internet y la inteligencia artificial) son esenciales para nuestra conectividad global.
Pero si bien han demostrado ser un negocio lucrativo, aportando miles de millones a la economía local, a algunos residentes les preocupa que el costo sea demasiado alto.
El “callejón de los centros de datos”
Fuente de la imagen, Meiying Wu/BBC
En Loudoun, hay unas 200 instalaciones que ocupan unos 45 millones de metros cuadrados, lo que le ha dado al condado el apodo de “callejón de los centros de datos”.
Los centros de datos ocupan el 3% de la superficie total del condado y el 40% de su presupuesto.
Y ahora se están construyendo más instalaciones.
Emily Kasabian estaba paseando a su hijo recién nacido por la pintoresca calle de su barrio en Virginia a principios de este año, cuando vio algo que la detuvo en seco.
Un cartel anunciaba la construcción de un centro de datos al otro lado de la calle.
Hace dos años, cuando Kasabian compró su casa, dijo sentirse aliviada de estar lejos de los centros de datos que se han apoderado de otras partes del condado.
La falta de centros cerca fue la razón por la que muchos de sus vecinos decidieron vivir allí, comentó.
“Nunca pensé que construirían un centro de datos al otro lado de la calle”, dijo. “No habría comprado esta casa si hubiera sabido lo que estaba sucediendo enfrente”.
La razón por la que ella, y tantas otras, se oponen a estas grandes instalaciones no es solo su imponente apariencia (un centro de datos típico puede tener 9.300 metros cuadrados, convirtiendo calles enteras en grandes bloques industriales), sino también algunos de sus efectos secundarios.
Un enorme centro de datos de hormigón y cristal azul brillante se encuentra a pocos pasos de la puerta principal de Greg Pirio en el condado de Loudoun.
Hace 13 años, cuando compró su casa, ese terreno estaba lleno de árboles verdes y pájaros cantores.
Hoy, lidia con los impactos del centro en tiempo real; el que más le molesta es la contaminación acústica.
“Ya no hay pájaros por aquí”, contó, y señaló que el zumbido que emite el centro ahuyenta a mucha fauna de su zona.
Dilema energético
Fuente de la imagen, Getty Images
Además de la preocupación por el ruido, los residentes de la zona expresaron su frustración por el aumento en las facturas de electricidad.
En los últimos cinco años, los costos mayoristas de la electricidad han aumentado hasta un 267% en las zonas cercanas a los centros de datos, según una investigación de Bloomberg News.
Sin embargo, aunque la mayoría de los residentes locales con los que habló la BBC se opusieron a los centros de datos, la industria cuenta con muchos defensores influyentes, incluido el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Los centros de datos son esenciales para impulsar el crecimiento de la floreciente industria de la IA, un campo en el que Trump ha afirmado que quiere que Estados Unidos sea líder.
Su administración ha anunciado que “acelerará la concesión de permisos federales para la infraestructura de centros de datos” para conjurar “una era dorada para la manufactura y la tecnología en Estados Unidos”.
Los centros también pueden tener un gran impacto en las economías locales y estatales.
Anualmente, la industria de los centros de datos crea alrededor de 74.000 empleos, lo que representa un total de US$5.500 millones en ingresos laborales para la economía de Virginia, según una auditoría estatal.
El lugar ideal

Los promotores se dieron cuenta de que la zona era el lugar perfecto para centros de datos: estaba llena de terrenos planos y económicos.
Las autoridades locales pronto se sumaron y comenzaron a dar luz verde a corporaciones como Amazon y Google para que comenzaran a construir sus instalaciones.
Y la zona contaba con una ventaja adicional en su búsqueda de crear una sede para una nueva industria floreciente: el talento adecuado.
“El norte de Virginia fue realmente el epicentro del crecimiento de internet, [era] donde AOL tenía su sede, así que, naturalmente, contaban con el talento y el personal necesarios; simplemente fue más fácil construir [los centros de datos] allí”, afirmó el experto en ciberseguridad Thomas Hyslip.
Desde que la industria comenzó a prosperar rápidamente a principios de este siglo, las regulaciones sobre los centros han sido limitadas.
El gobernador de Virginia, el republicano Glenn Youngkin, vetó la legislación estatal que habría regulado los centros a principios de este año.
Dan Diori, vicepresidente de políticas estatales de la Coalición de Centros de Datos, un grupo industrial, afirmó que el sector necesita mejorar la comunicación de las ventajas de estos centros y escuchar las preocupaciones de la gente. Sin embargo, no cree que sea necesaria una mayor regulación.
Los centros de datos no van a desaparecer, afirmó. Son y seguirán siendo la columna vertebral de la economía del siglo XXI.
Pero algunos residentes, como Barbara Day, afirman que la gente no debería tener que elegir entre la economía y la calidad de vida.
“Estos centros de datos se están construyendo más rápido de lo que imaginamos y luego estamos dando marcha atrás para solucionarlo”, afirmó.
Los informes de mercado muestran que, en agosto de 2025, había más de 1.100 centros de datos en todo Estados Unidos, con casi 400 nuevos centros en construcción.
Activistas como Kasabian esperan reducir esas cifras presionando a las legislaturas estatales y locales para que retrasen o suspendan los proyectos.
“Este es un lugar hermoso y excelente para vivir, pero si este tipo de desarrollo continúa y permiten que se expanda, están erosionando lo que lo hace un excelente lugar para vivir, y pronto empezaremos a ver las consecuencias a menos que empecemos a corregir el rumbo de forma drástica”, opinó.
Esta madre de dos hijos sabe que podría no ganar esta batalla y que los centros de datos podrían aparecer pronto frente a su idílico barrio suburbano, lo que obligaría a su familia a tomar la difícil decisión de mudarse.
“La pregunta es, bueno, ¿queremos quedarnos en el condado? ¿Cómo sabemos a dónde nos mudamos la próxima vez para que no nos suceda lo mismo?”.

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Cortesía de BBC Noticias
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