Maduro denuncia que EU está “inventando una guerra” con Venezuela, tras despliegue militar

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, dijo el viernes que Estados Unidos se está “inventando una guerra” con Venezuela, en medio de un despliegue militar estadounidense en el Caribe al que ahora se sumará un portaviones.

Estados Unidos envió buques de guerra, aviones caza y soldados a esta región para operaciones contra el narcotráfico, aunque Venezuela insiste en que el objetivo es derrocar a Maduro.

Han bombardeado 10 presuntas narcolanchas desde el 2 de septiembre con saldo de al menos 43 muertos.

“Se están inventando una nueva guerra eterna, prometieron que más nunca se metían en una guerra y se están inventando una guerra que nosotros vamos a evitar”, dijo Maduro en una cadena obligatoria de radio y televisión.

Estados Unidos “se inventa un relato extravagante, vulgar, criminal y totalmente falso, ya demostradamente falso”, siguió Maduro. “Venezuela es un país libre de producción de hoja de coca, libre de producción de cocaína, y vamos a lograr el 100% libre de paso de un minúsculo 5% del narcotráfico que viene de Colombia”.

Washington anunció más temprano que sumará a su operación en el Caribe al portaviones USS Gerald R. Ford.

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El presidente Donald Trump ha dicho que estudia ataques estadounidenses en tierra en Venezuela.

El ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, dijo que el despliegue de Estados Unidos representa “una amenaza militar ahí en el Caribe contra Venezuela, contra la región, contra Latinoamérica, contra el Caribe”.

El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos estima que las fuerzas armadas de Venezuela cuentan con 123,000 efectivos, además de 220,000 miembros de milicias voluntarias conformadas por simpatizantes de Maduro, aunque algunos expertos creen que esas cifras son mucho menores.

Maduro, quien a comienzos de esta semana afirmó que Venezuela posee 5,000 misiles tierra-aire rusos para contrarrestar a las fuerzas estadounidenses, ordenó ejercicios militares a nivel nacional y desplegó soldados en sus fronteras ante el aumento de las tensiones.

Miles de venezolanos también se han unido a una milicia civil en respuesta al llamado de Maduro para reforzar la defensa del país, que atraviesa dificultades económicas. Muchos han participado en entrenamientos con armas realizados en cuarteles militares y en vecindarios.

Ataques contra embarcaciones

Por orden de Trump, las fuerzas estadounidenses comenzaron a realizar en septiembre ataques contra embarcaciones sospechosas de contrabando de drogas, una campaña que hasta ahora ha resultado en la destrucción de al menos 10 embarcaciones: nueve botes y un semisumergible.

Los ataques dejan al menos 43 muertes, según un recuento de la AFP basado en cifras estadounidenses, pero Washington aún no ha presentado pruebas de que los objetivos estuvieran traficando narcóticos.

Expertos afirman que las ejecuciones sumarias son ilegales, incluso si se dirigen contra traficantes confirmados.

El Pentágono informó al Congreso que Estados Unidos está en “conflicto armado” con los carteles de droga latinoamericanos, los designó como grupos terroristas y se refirió a los presuntos contrabandistas como “combatientes ilegales”.

Enfrentamientos verbales

Estados Unidos acusa a Maduro de liderar un cartel de drogas y ofrece una recompensa de 50 millones de dólares por su captura. Trump también dijo que autorizó acciones encubiertas contra la nación caribeña.

Entre tanto, Maduro ha pedido evitar un conflicto diciendo: “No crazy war, please (sic)”, mientras que su ministro de Defensa prometió que el país lucharía contra la instalación de un gobierno “arrodillado” a Estados Unidos.

Otros países de la región también han intervenido verbalmente.

El presidente colombiano, Gustavo Petro, un crítico de los ataques estadounidenses en el Caribe y el Pacífico, se ha enfrentado en una guerra de palabras con Trump.

Este viernes, Washington sancionó a Petro y dijo que el líder colombiano “permitió que los carteles de droga prosperaran” en la nación cafetera.

Petro se mostró desafiante y respondió en redes sociales: “Ni un paso atrás y jamás de rodillas”.

Mientras que el asesor especial del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, Celso Amorim, dijo en entrevista con AFP que su país no puede “aceptar una intervención extranjera” en Venezuela.

Cortesía de El Economista



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