Cuando pensabas que ya lo habías visto todo en el mundo del tequila, aparece Maestro Dobel a cambiarlo todo. La magia está en la colaboración con Onora, un estudio mexicano que rescata artesanías, y con Hernesto Jiménez, un maestro del barro negro de Tonalá, Jalisco.
Hernesto desde chiquito aprendió de su mamá a moldear y bruñir piezas, y hoy convierte cada tapa de esta edición en algo irrepetible. Son moldes precisos, secados al sol, brochas de pelo de camello para los acabados y un toque final donde el fuego y la hojarasca pintan de negro cada pieza. No hay dos iguales.
(Cortesía)
Por fuera ya es un lujo, pero por dentro es una joya. Maestro Dobel 50 Cristalino se hace con tequilas madurados al menos tres años en barricas de roble americano y europeo. Es un líquido elegante que huele a frutos secos, especias y un poquito de miel, y sabe a vainilla, roble tostado y chocolate de leche, con un final largo y sedoso. El maridaje perfecto para acompañar postres con chocolate, vainilla o tartas de frutas.
(Cortesía)
Lo más cool de todo es que Onora Serie III no es solo para tomar, es para coleccionar. Cada tapa cuenta una historia de tradición y maestría, mientras el tequila reafirma por qué Dobel fue pionero en el mundo del cristalino. Es lujo, cultura y sabor en una misma experiencia.
(Cortesía)
Así que sí, esta edición limitada es básicamente la definición de sofisticación mexicana, un objeto para presumir, guardar y, claro, disfrutar con estilo.
Cortesía de "quien.com"
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