Marco Rubio, el futuro secretario de Estado de EE. UU., comenzó a tirar línea con polémicas declaraciones sobre Venezuela, Ucrania y Cuba

La audiencia de confirmación de Marco Rubio para posesionarse como secretario de Estado, ha dado mucho de qué hablar por algunas de sus afirmaciones, pues entre los anuncios se anticipan algunas de las líneas que tomará el Gobierno Trump.

Ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Rubio debió presentarse para asumir el importante cargo que le designó el presidente electo Donald Trump. El evento fue un espacio para develar su enfoque hacia algunos de los temas más espinosos de la política exterior de Estados Unidos.

El pronunciamiento de rubio estuvo rodeado de cuestionamientos de senadores y críticas de manifestantes, pero este evidenció su clara habilidad para hablar sobre temas de política internacional.

Rubio, quien es un buen hispanohablante y un firme opositor al dictador venezolano Nicolás Maduro, se pronunció al respecto y aseguró que Venezuela “no está gobernada por un gobierno, está gobernada por una organización de narcotráfico que se ha empoderado como un estado-nación”, dijo, dejando clara su posición frente al régimen. Además, acusó al Gobierno de Biden de dejarse engañar por Maduro, “que aceptó celebrar elecciones” pero “fueron completamente falsas”.

Para Rubio, América Latina es uno de los principales temas en su agenda, otro de los puntos centrales de su intervención fue el reciente acuerdo entre la administración saliente de Joe Biden y el Gobierno cubano, donde se incluyó la retirada de Cuba de la lista de países que patrocinan el terrorismo. Ante lo que Rubio dejó claro que esta decisión no será vinculante para la próxima administración, dejando muy clara su posición hacia cualquier acercamiento con el régimen cubano.

“Creo que la gente conoce mis sentimientos y los del presidente Trump respecto a Cuba”, dijo, recordando que la designación de la isla como patrocinador del terrorismo fue uno de los últimos actos de la administración Trump en 2020. Por lo que se esperaría una probable continuación de la política de presión hacia La Habana, que durante el primer mandato de Trump se vio reflejada en sanciones más estrictas y un endurecimiento del embargo.

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Rubio también abordó la propuesta de designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras. Aunque señaló que la propuesta que viene liderada por Donald Trump aún tiene mucho por ajustar, no descartó que esta herramienta puede ser útil para combatir a estas redes criminales que afectan directamente su seguridad en el sur del país.

Agregó, además, que consideraba importante trabajar de manera cooperativa con la presidenta de México, y aseguró que es una situación que ambos gobiernos “La fuerza militar es una opción, pero mi preferencia sería una cooperación más estrecha con las autoridades mexicanas”, dejando abierta la puerta a un enfoque mixto que combine presión y colaboración de la mano de Claudia Sheinbaum.

La OTAN y la guerra en Ucrania: ajustes en el rol de EE. UU.

En cuanto al espinoso tema de la relación de Estados Unidos con la OTAN, Rubio reafirmó su apoyo a la alianza, pero planteó preguntas sobre el papel que debería desempeñar el país en el futuro. Argumentó que los países miembros deben asumir mayores responsabilidades financieras y operativas, especialmente en medio de las tensiones crecientes como la guerra en Ucrania.

Específicamente sobre este conflicto, Rubio presentó una perspectiva más pragmática que ideológica. Reconoció la necesidad de que la guerra termine, planteando que Ucrania tendría que hacer concesiones a Rusia en las negociaciones. Posición que difiere de la administración saliente de Biden, que ha insistido en que cualquier acuerdo debe ser decidido únicamente por los ucranianos.

“No es realista pensar que Ucrania puede hacer retroceder completamente a las fuerzas rusas”, afirmó, subrayando que el desgaste humano y económico limita las opciones de Kiev, lo que podría marcar un cambio en la política estadounidense y el apoyo a Europa.

Otro de los puntos controverciales durante la audiencia fue la crítica de Rubio a la Corte Penal Internacional (CPI) por su investigación contra funcionarios israelíes, especialmente las hechas contra el primer ministro Benjamin Netanyahu, en relación con la guerra en Gaza. Rubio señaló estas investigaciones como peligrosas, especialmente si quieren sentar un precedente contra Estados Unidos. “Este es un ensayo para ver si pueden perseguir a un jefe de Estado de un país no miembro. Si pueden hacerlo con Israel, lo aplicarán a Estados Unidos en algún momento”, advirtió.

Rubio, quien también respondió a los comentarios y críticas con el mismo tono picarezco de Donald Trump, dejó claro que es un hombre de acero y que con su visión de la política exterior busca combinar elementos tradicionales del enfoque republicano con un enfoque pragmático hacia los conflictos actuales.

Si bien su confirmación aún no es un hecho, esta audiencia es un paso importante en la que además deja entrever lo que podría ser su gestión como secretario de Estado bajo la presidencia de Trump.

Cortesía de El Colombiano



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