Varios años han pasado desde que descubrí a esta gran artista; fue curioseando sobre Charles Rennie Mackintosh, conocido mundialmente como el arquitecto más famoso de Escocia. Su esposa, la artista Margaret Macdonald, ocupa en cambio un lugar secundario, a pesar de la fama que tuvo en su tiempo. Entre 1895 y 1924, contribuyó a más de cuarenta exposiciones en toda Europa y América y obtuvo reconocimiento en las principales revistas de arte de la época.
Sin embargo, a su muerte en 1933, solo recibió una mínima mención en el Glasgow Herald. Los escritos posteriores sobre historia del arte tampoco le han hecho justicia, minimizando su importancia. Y eso que Margaret fue una de las más renombradas diseñadoras, arquitectas, decoradoras y artistas plásticas de su época, todo ello enmarcado en el contexto conservador de finales del siglo XIX y principios del XX.
Hacia el arte total
Nacida en Tipton, Inglaterra, en 1864, su padre era un ingeniero de minas escocés. A finales de 1880, la familia se mudó a Glasgow y Margaret y su hermana Frances se inscribieron en la Escuela de Artes, donde ambas brillaron por su talento. Terminada su formación, las hermanas abrieron un estudio de arte donde trabajaron juntas con tal nivel de cooperación que a veces no se sabía qué obra era de quién.

Sus carteles, anuncios y acuarelas y sus trabajos en metal y textiles tuvieron tal éxito que muchos fueron expuestos internacionalmente. El estilo Macdonald se caracterizaba por figuras femeninas sinuosas y alargadas y un fuerte simbolismo de influencias egipcias y celtas.
Su época de mayor impacto llegó con la formación de los ‘4 de Glasgow’. No hay información exacta de cómo las hermanas Macdonald conocieron a Charles Rennie Mackintosh y su colega Herbert MacNair, futuros maridos de ambas. Lo que sabemos es que en 1894 ya colaboraban todos creando el denominado ‘estilo Escuela de Spook’, caracterizado por el arts & crafts y el simbolismo, poco convencional en sus primeros años y que pasaría a llamarse con el tiempo Glasgow Style.

Esta ruptura con la tendencia anterior se basaba en la extensión del diseño a cada uno de los detalles que conformaban un proyecto, incorporando desde la arquitectura hasta la decoración con todos sus elementos (mobiliario, vidrieras, objetos, etc.). Se puede considerar, por tanto, que el equipo formado por el matrimonio fue pionero del diseño e interiorismo propios del art nouveau o modernismo.
Unos de sus proyectos más representativos es la Willow Tea Room. Margaret lideró el diseño de la decoración del interior, de estilo lírico y estilizado y con preferencia por las formas redondeadas y los elementos vegetales, y Mackintosh remodeló la estructura del edificio –anteriormente un almacén– convirtiéndolo en varios espacios diferenciados, cada uno con sus funciones y decoraciones. El diseño abarcó todos los detalles, incluida la cubertería. En una de las salas se puede observar una de las obras más famosas de Margaret: un panel de yeso inspirado en el soneto de Rossetti.

Otro gran ejemplo de su trabajo es House for an Art Lover, que presentaron a un concurso de diseño arquitectónico de la revista alemana de decoración de interiores Zeitschrift für Innendekoration en 1901, aunque la casa no sería construida hasta 88 años más tarde, utilizando el diseño original.

Tan importante fue Macdonald, que no solo se le atribuye el diseño de las rosas tan características del art nouveau, sino que su influencia cruzó fronteras y artistas tan icónicos como Klimt o Josef Hoffmann se inspiraron en sus diseños.
Cortesía de Muy Interesante
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