Más de 160 ONG piden poner fin al “mortífero plan de distribución israelí” en Gaza

Más de 160 organizaciones humanitarias de todo el mundo emitieron este martes un comunicado en el que reclaman el fin del sistema de reparto de ayuda humanitaria vigente en la Franja de Gaza, respaldado por Israel y Estados Unidos, al que acusan de haber provocado la muerte de cientos de palestinos. Según las autoridades de salud, al menos 500 personas murieron y unas 4 mil resultaron heridas al intentar acceder a los puntos de ayuda gestionados por la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF) en las cinco semanas desde que asumió el control de los suministros destinados a la población gazatí. Mientras tanto el presidente estadounidense, Donald Trump, aseguró que Israel acordó ultimar los términos de un alto el fuego de 60 días con Hamas, y expresó su esperanza de que la organización islamista también acepte el acuerdo.

“Morir de hambre o arriesgarse a ser abatidos”

En un comunicado conjunto, 169 organizaciones (entre ellas Amnistía Internacional, Médicos Sin Fronteras, Save the Children y Oxfam) denunciaron que las fuerzas israelíes y grupos armados “rutinariamente” abren fuego contra civiles que se acercan en busca de alimentos. Las ONG sostienen que, desde finales de mayo, las masacres en las zonas de distribución se han multiplicado. “Exigimos acción inmediata para poner fin al mortífero programa israelí de distribución de ayuda en Gaza, que ya dejó cientos de muertos”, afirmaron.

Mientras tanto, los ataques israelíes sobre el enclave continúan. Este martes fuentes hospitalarias informaron que al menos 98 palestinos murieron en Gaza. Al menos 16 palestinos murieron por disparos del ejército israelí mientras intentaban acercarse a un convoy de ayuda en Deir al Balah, según reportes de la cadena Al Jazeera. Por su parte, el complejo médico Nasser reportó que al menos 15 gazatíes resultaron heridos en la cercanía del punto al este de Jan Yunis.

Estas zonas se han convertido en lugares de repetidas masacres en flagrante desprecio del derecho internacional humanitario”, dicen las organizaciones firmantes del comunicado, que exigen restablecer el sistema anterior, vigente hasta marzo, que permitía una distribución descentralizada a través de agencias de la ONU (como la Unrwa) y organizaciones locales. La GHF respondió acusando a las ONG de “lanzar insultos desde la barrera” en lugar de sumarse al proyecto liderado por el líder evangelista Johnnie Moore Jr., aliado del presidente estadounidense, Donald Trump.

Según las organizaciones, el nuevo mecanismo obliga a los 2,2 millones de gazatíes a acudir a cuatro zonas militarizadas y superpobladas, donde la asistencia humanitaria se distribuye bajo vigilancia armada y en medio de tiroteos. “Los palestinos enfrentan una elección imposible: morir de hambre o arriesgarse a ser abatidos mientras intentan conseguir comida para sus familias”, denuncia el texto.

Las organizaciones denuncian que el reemplazo del sistema gestionado por la ONU, que operaba unos 400 puntos activos durante la tregua temporal, busca forzar a la población a recorrer largas distancias a pie, a través de zonas de combate, hasta puntos militarizados para sobrevivir y restringir la llegada de ayuda al enclave. Desde que el sistema de GHF comenzó a operar, más de 67 personas murieron específicamente por hambre. 

A su vez, el Ejército de Israel reconoció haber disparado contra civiles cerca de puntos de distribución, argumentando que representaban una “amenaza”. Este lunes, el diario israelí Haaretz reveló que el ejército israelí admitió haber ordenado disparos contra civiles desarmados cerca de centros de distribución, y que entre 30 y 40 personas fueron alcanzadas por fuego de artillería “inexacto y no calculado”.

Los cuatro centros actuales (tres en el sur y uno en el centro) están bajo control militar israelí, lo que ha generado una migración forzada hacia la zona costera de Al Mawasi, en el sur. En el punto de Netzarim, en el centro de Gaza, la agencia EFE confirmó que la distribución comienza de madrugada, obligando a miles de personas a caminar durante la noche en busca de alimentos. La mayoría de quienes llegan son hombres jóvenes, algunos armados con cuchillos para proteger lo poco que consiguen. “Obligar a morir de hambre o por disparos no es una respuesta humanitaria”, denuncian las organizaciones.  

El financiamiento de la violencia

Las 169 asociaciones reclaman el fin del programa actual y el retorno al sistema de distribución coordinado por Naciones Unidas, para evitar los ataques sobre quienes buscan ayuda, y reclaman no financiar modelos militarizados.  El secretario general de la ONU, António Guterres, lo calificó la semana pasada como “inherentemente inseguro”, mientras que Aitor Zabalgogeazkoa, coordinador de emergencias de Médicos Sin Fronteras en Gaza, fue contundente: “Cuatro centros para dos millones de personas sería un chiste si no fuera una tragedia”.

Busha Khalidi, responsable de políticas de Oxfam en los territorios ocupados, denunció que este modelo se suma al bloqueo israelí que impide la entrada de combustible y suministros médicos, niega visados a personal humanitario extranjero y ha provocado la muerte de trabajadores de ONG y médicos. “El apoyo o financiación a estas trampas mortales, conociendo sus consecuencias, es una forma de complicidad”, afirmó Khalid, apuntando al gobierno de Estados Unidos, que destinó al menos 30 millones de dólares al sistema.

Incluso quienes logran obtener alimentos vuelven apenas con algunos productos básicos imposibles de cocinar sin agua ni combustible, recursos prácticamente agotados en Gaza debido al bloqueo. “Con el hambre extrema y la desnutrición generalizada, muchas familias nos dicen que ya no tienen fuerzas para competir por las raciones”, explicaron las ONG.

Durante la tregua interrumpida por Israel en marzo, las autoridades israelíes denunciaron que la Unrwa facilitaba los suministros al bando enemigo, pero las organizaciones señalan que la “alternativa letal” impuesta por el gobierno de Benjamin Netanyahu, con respaldo estadounidense, “no protege a la población civil ni garantiza sus necesidades mínimas”. 

El mensaje de las organizaciones incluye también un llamado “urgente” a restablecer un alto el fuego “inmediato y sostenido” que permita el ingreso masivo de ayuda humanitaria y habilite mecanismos de rendición de cuentas ante las “atrocidades” cometidas y la “impunidad sistemática”. A su vez exige la liberación de todos los rehenes retenidos por Hamas y la excarcelación de las personas detenidas “de forma arbitraria” por las autoridades israelíes.

¿Tregua en el horizonte?

Las denuncias coinciden con la visita de altos funcionarios israelíes a Washington, entre ellos el ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, para reactivar las conversaciones sobre un posible alto el fuego. Qatar, que cumple un rol clave como mediador, reconoció avances limitados. “El cese de hostilidades entre Irán e Israel generó cierto impulso pero el principal obstáculo es que aún no se retomó el diálogo directo entre las partes”, afirmó el portavoz de la Cancillería qatarí, Majed al-Ansari. 

Donald Trump dijo más tarde que Israel había aceptado “las condiciones necesarias” para acordar un alto el fuego de 60 días en Gaza “durante el cual trabajaremos con todas las partes para poner fin a la guerra”. “Los qataríes y los egipcios, que han trabajado arduamente para lograr la paz, presentarán esta propuesta final. Espero, por el bien de Medio Oriente, que Hamas acepte este acuerdo, porque no mejorará, sino que empeorará la situación”, aseguró el mandatario estadounidense en la red Truth Social.

El jefe de Estado Mayor israelí, Eyal Zamir, aseguró que la ofensiva terrestre está cerca de cumplir sus objetivos, mientras que Netanyahu afirmó que, tras el “fin de la guerra” en Irán, se abren nuevas oportunidades para recuperar a los rehenes. En tanto Osama Hamdan, dirigente de Hamas, declaró que no recibieron nuevas comunicaciones por parte de Israel. “Estamos comprometidos con alcanzar una tregua que salve a nuestro pueblo. Continuamos dialogando con los mediadores para abrir los pasos fronterizos”, aseguró Hamdan el lunes en una publicación de Telegram.

Cortesía de Página 12



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