Mazda no se va de México pese a las amenazas de Trump: Sheinbaum asegura continuidad en la planta de Salamanca

Mazda no levanta el campamento. La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que la marca japonesa continuará operaciones en México, aun con el vaivén que provocan los cambios en la política arancelaria de Estados Unidos, impulsadas por el presidente Donald Trump. 

El dato nace de una reunión en Palacio Nacional. Sheinbaum dialogó con Masahiro Moro, director ejecutivo global de Mazda. La conversación incluyó inversiones, el rumbo de la planta de Salamanca y el estado de las conversaciones del T-MEC. La señal para el mercado parece ser clara. La operación se mantiene.

El contexto importa. En diciembre de 2024, Miguel Barbeyto, cabeza de Mazda en México, advirtió que la firma evaluaría alternativas si el escenario arancelario no daba certeza. Incluso habló de un “Plan B”. Hoy, tras el encuentro con el corporativo, ese fantasma pierde fuerza. La planta sigue. La apuesta por México también.

La reunión no se quedó en cortesía diplomática. En la conferencia del 22 de octubre de 2025, Sheinbaum adelantó que se analizó un incremento de producción con enfoque en tecnologías limpias. La conclusión inmediata favorece a los autos híbridos. El mercado local pide autonomía sin depender de tomas de carga. Mazda lo sabe.

La planta de Salamanca late con nombres propios. Mazda 2 sedán y hatchback. Mazda 3 sedán. CX-3 y CX-30. Modelos con diseño Kodo, cabinas de ensamble fino y una firma de manejo que el público mexicano reconoce. Las líneas salen para México, Estados Unidos y Canadá. La continuidad evitaría un efecto dominó en empleo, proveedores y logística.

Mazda CX-30 fabricada en México.

El valor de mantener una planta automotriz viva en México

Mantener la planta automotriz activa sostiene cadenas locales. Además evita paros y traslados forzados de producción. También permite reaccionar si Washington ajusta tarifas de nuevo. De alguna manera México conserva flexibilidad y Mazda cercanía con uno de sus mercados más grande.

La confirmación de Sheinbaum y Moro baja la tensión y sube la apuesta por un puente tecnológico realista: híbridos hoy, electrificación gradual mañana. El consumidor obtiene certidumbre. La industria gana tiempo para adaptar costos sin sacrificar desempeño ni diseño. En apariecia México se mantiene en la ruta correcta. Mazda también.

Cortesía de Xataka



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