Las obras de infraestructura ejecutadas en el sureste del país durante el sexenio pasado dejaron una huella profunda en el ecosistema. La región, que alberga la selva más importante de México y el segundo sistema de manglares más grande del continente, fue escenario de megaproyectos como el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, el aeropuerto de Tulum y, recientemente, las residencias de descanso del Ejército en Bacalar. Aunque estas iniciativas buscan impulsar el desarrollo regional, los daños ambientales asociados encendieron alertas entre autoridades, especialistas y organizaciones civiles.
Cortesía de Unomásuno.
Dejanos un comentario: