
— ¡Al fin te veo! Ya me tenías con pendiente, te busqué la semana pasada. Me comentaron que fuiste a Jerusalén a conocer los santos lugares y pensé: “¿qué anda haciendo por allá este hombre? ¿Qué no sabe la bronca que hay en el Medio Oriente?” —dice Juan preocupado.
—¿Qué te digo? Hace algún tiempo le prometí a mi señora acompañarla y, coincidentemente, nos tocó viajar en estas fechas —ilustra Memo.
Juan, entre risas, bromea —Memo, hay formas más económicas y menos riesgosas para mandar al cielo a la doña.
—No seas gacho —responde Memo—, con eso no bromees por favor.
—Olvídalo —dice Juan —, pero, de casualidad ¿sabes cuántos muertos ha dejado el conflicto entre judíos y palestinos, tan solo en los últimos diez años? —pregunta Juan.
—No— dice Memo.
—Aproximadamente 60,000 —ilustra Juan.
—¿Y sabes cuántas víctimas, entre muertes violentas y desaparecidos, ha habido en México, durante el mismo lapso? —replica Memo desafiante.
—Ni idea —contesta Juan.
—Diez veces más; más de medio millón de personas —responde Memo—. Entonces, ¿qué estás insinuando? ¿Que no hay que moverse, ni viajar, ni hacer nada? Donde estés, ¡cuando toca, toca! —agrega Memo un poco irritado.
—No te calientes —comenta Juan—. Es cierto que en muchos lugares del mundo está complicada la cosa, y México no es una excepción, por lo que es importante es tener conciencia de lo que sucede.
—¿Y para qué quieres que tenga conciencia? —reprocha Memo.
—¿Cómo que para qué? —cuestiona Juan— Para que nos protejamos y exijamos al Gobierno que ponga orden. Esa es su principal responsabilidad: dar seguridad a nuestras familias.
Una buena administración que no hubiese permitido el robo de gasolinas (huachicol), el despilfarro en el AIFA, el Tren Maya ni la refinería que no refina, habría impuesto el orden y no tendríamos el despapaye que arrastramos. Esa es la herencia del “abrazos y no balazos”. ¿Ya entendiste, o te lo vuelvo a explicar?
—¡Ah, caramba! —reconoce Memo rascándose la cabeza y agrega— Tienes razón, la seguridad, la salud y la educación son un desastre; ve cómo están Guerrero, Guanajuato, Michoacán, Tabasco y qué decir de Sinaloa: ¡la República entera está llena de desaparecidos y cementerios clandestinos! Y para no ir más lejos, allí tienes Teocaltiche, Teuchitlán, Ocotlán, Puerto Vallarta y no sé cuántas ciudades más en las que, presumiblemente, la maña manda.
Juan agrega —Si le sumamos los muertitos del tal Gatell, al que acaban de premiar por su manejo de la pandemia, te darás cuenta del desastre que fue la administración de López Obrador, y siguen bastos.
—Parte del problema es que nos hemos acostumbrado a vivir en este entorno de violencia y, puesto que es obligación del gobierno hacer frente al crimen organizado, no queremos reconocer la responsabilidad que nos toca —dice Memo.
—¿Y qué podemos hacer? ¿Conseguir una pistola y ponernos a disparar? ¡Ni locos que estuviéramos! —exclama Juan con cara seria.
—La respuesta no es tan fácil. La próxima vez que nos veamos, podemos rebotar algunas ideas —agrega Memo despidiéndose.
Cortesía de El Informador
Dejanos un comentario: