La cuenta regresiva ha comenzado. El próximo 27 de junio entrará en vigor la nueva ley que regulará el empleo de repartidores y conductores de plataformas digitales como Uber, DiDi y Rappi. Aunque su objetivo es reconocer derechos laborales y garantizar acceso al seguro social, para miles de trabajadores esta reforma representa una gran incógnita que podría impactar directamente en sus ingresos.
Entre los puntos más polémicos está el cobro de un nuevo impuesto del 2% bajo el concepto de “aprovechamiento de infraestructura”. Aunque este monto está dirigido a las plataformas, los socios temen que la carga acabe recayendo sobre ellos. Así lo advierte Edgar Balderas, repartidor con más de cinco años de experiencia y miembro de Repartidores Unidos de México (RUM): “Después de pagar todo, ¿qué me va a quedar?”
Más gastos, mismas ganancias
Los repartidores ya absorben por completo los gastos operativos: gasolina, mantenimiento, refacciones y herramientas de trabajo. Ahora, además del 2.1% de ISR y el 8% de IVA que pagan actualmente, deberán contribuir al IMSS y, posiblemente, enfrentar el nuevo cargo del 2% por el uso de plataformas.
“El tema del seguro social suena muy bien, pero si eso significa que nuestras ganancias se reduzcan drásticamente, ya no gusta tanto”, lamenta Balderas, quien asegura que la carga fiscal y operativa crece mientras los márgenes se reducen.
Una ley sin letra pequeña
En 2024, RUM alcanzó un acuerdo verbal con las autoridades para que el esquema fiscal actual se mantuviera. Sin embargo, ese compromiso no fue formalizado. Hoy, con la reforma a días de entrar en vigor, las dudas persisten: ¿cómo se definirá el ingreso neto?, ¿quién absorberá los nuevos costos?, ¿cómo se aplicará el seguro social?
Según datos de Buendía & Márquez, el 76% de los repartidores se sienten satisfechos con sus ingresos actuales. De hecho, para muchos, el atractivo de este trabajo radica en su flexibilidad. Un 33% dijo que dejaría de usar la app si se convirtiera en empleado formal; otro 27% depende completamente de estas plataformas para vivir.
Temores fundados
Para quienes viven del día a día en las calles, como Balderas, la reforma podría ser tanto una oportunidad como un riesgo. “Podría ser un éxito a nivel mundial si protege nuestros derechos, pero también un fracaso si no toma en cuenta nuestra realidad”, comenta.
El temor compartido por muchos es que la nueva regulación, en lugar de ayudar, acabe por precarizar más su situación. Y es que aún no se conocen las reglas para afiliarse al IMSS, ni cómo se definirán los ingresos netos para aplicar los descuentos.
¿Qué sigue?
La Secretaría del Trabajo y el IMSS tendrán cinco días tras la entrada en vigor del decreto para emitir los lineamientos correspondientes. Mientras tanto, tanto repartidores como plataformas, y los más de 43 millones de usuarios que usan estos servicios, se mantienen en vilo.
“Queremos que nos escuchen. Que nuestras voces sean parte de la solución”, dice Balderas. Para él y muchos otros, esta ley no solo define un modelo laboral, sino también su sustento y dignidad.
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