En Polymarket y Kalshi, las principales plataformas estadounidenses de apuestas financieras y mercados de predicción, los inversionistas reducen con fuerza las probabilidades de que Donald Trump gane en la Corte la disputa por los aranceles impuestos bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA) a México, China y Canadá.
De acuerdo con Polymarket, las opciones de victoria del republicano se ubican en 23%; en septiembre alcanzaron 52%.
En Kalshi, otra plataforma supervisada por la Commodity Futures Trading Commission (CFTC), las probabilidades rondan 22%, después de estar en 58% hace apenas dos meses.
La caída refleja el efecto de las audiencias recientes, donde los jueces cuestionaron la amplitud legal con la que el expresidente invocó la IEEPA para justificar sus medidas comerciales. También influyó la admisión del propio Trump de que su equipo evalúa un plan alternativo ante un posible fallo adverso.
Expertos legales y analistas apuntan que la Corte puede limitar la aplicación de la IEEPA en materia comercial, lo que cerraría la puerta a nuevos aranceles unilaterales sin aprobación del Congreso.
La lectura en los mercados de predicción sugiere que los inversionistas ven cada vez menos margen para que Trump mantenga su estrategia arancelaria intacta.
Los jueces del Tribunal de Comercio Internacional dejaron ver una inquietud creciente sobre la arquitectura legal que sostiene la estrategia arancelaria de Donald Trump.
Durante la audiencia del 5 de noviembre, el panel examinó la legalidad de los aranceles impuestos a México, China y Canadá bajo la IEEPA, y lo hizo con un escepticismo poco común hacia un presidente que suele invocar facultades amplias.
Desde el inicio, los magistrados pidieron explicaciones puntuales. Preguntaron por qué una ley creada para amenazas extraordinarias permitiría imponer aranceles permanentes con fines estrictamente comerciales.
También cuestionaron la decisión de declarar una “emergencia nacional” sin pruebas de un riesgo inmediato para la seguridad del país y pidieron aclarar si la IEEPA puede alterar compromisos comerciales avalados por el Congreso.
Uno de los jueces solicitó que el gobierno definiera con exactitud la amenaza que justificaría tarifas de hasta 25%. Otro advirtió que una interpretación expansiva de la ley convertiría cualquier desacuerdo comercial en una emergencia, lo que desplazaría la autoridad legislativa y rompería el equilibrio institucional.
El equipo legal de Trump defendió la amplitud presidencial y afirmó que la IEEPA da margen para responder a riesgos cambiantes. Los jueces replicaron que ese margen no implica una discrecionalidad sin límites.
Donald Trump admitió que su apuesta arancelaria puede enfrentar un revés mayor. Desde la Casa Blanca, el presidente reconoció que necesitaría un “plan B” si la Corte Suprema decide anular una parte sustancial de los aranceles que impuso bajo la IEEPA.
“Sería catastrófico para nuestro país, aunque también creo que debemos preparar un plan B. La mayoría de las personas me ha dicho que actuamos de manera correcta”.
Trump sostuvo que el gobierno aún cuenta con instrumentos legales para mantener presión arancelaria.
Las otras opciones
Un análisis del Atlantic Council expone que incluso si la Suprema Corte limita el uso de la IEEPA como herramienta para imponer aranceles amplios, Donald Trump conserva rutas alternas para aplicar presión comercial.
Cada una ofrece un alcance distinto, pero todas mantienen la capacidad de alterar el comercio exterior de Estados Unidos.
La primera vía es la Sección 301 de la Trade Act de 1974, que autoriza represalias contra prácticas consideradas injustas.
Permite aranceles focalizados y revisiones amplias de cadenas de suministro, aunque exige investigaciones formales de la Oficina del Representante Comercial.
Esta ruta sostendría presiones sobre China y abriría espacio para cuestionar subsidios o políticas industriales de otros países.
La segunda opción es la Sección 232 de la Trade Expansion Act de 1962, que permite imponer aranceles por motivos de seguridad nacional.
Su uso requiere una investigación del Departamento de Comercio que declare que un producto amenaza capacidades estratégicas. Trump la utilizó para acero y aluminio.
El Atlantic Council señala que podría intentar ampliarla a sectores como maquinaria o equipos electrónicos.
Una tercera posibilidad es la Sección 201 de la Trade Act de 1974, que autoriza salvaguardas temporales para proteger industrias afectadas por importaciones crecientes.
Esta herramienta permite aranceles de emergencia, aunque con límites estrictos y supervisión de la Comisión de Comercio Internacional.
El análisis apunta que un revés en la Corte frenaría la vía más rápida y expansiva, pero no impediría un retorno a la política arancelaria. Solo la haría más lenta, más regulada y más litigiosa.
Cortesía de Expansión
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