México, “capital del imperio hispano”

Pedro Baños, quizá, es el autor de habla española con el mayor número de libros dedicados a la geopolítica. Estuvo en México recientemente para presentar Geohispanidad, publicado por Ariel (Planeta). Uno de los vectores del libro es la posibilidad de que México se convierta en la capital del nuevo imperio hispano.

A la presidenta Claudia Sheinbaum le gustaría su libro. ¿Por qué México sería la capital de lo que usted llama “nuevo imperio hispano”?

Le corresponde por todo: por territorio, por población, por recursos naturales, por tecnología. México tiene casi dos millones de kilómetros cuadrados; es cuatro veces España, que no es un país pequeño. Si hablamos de población, casi 140 millones de habitantes. Si hablamos de recursos, los tiene todos. Tiene hidrocarburos, minerales estratégicos, y los tradicionales: plata, oro, cobre, y ahora litio. Y probablemente tenga muchos minerales que se desconozcan. Tiene el Tecnológico de Monterrey que es un ejemplo mundial. Somos una civilización, solo necesitamos convencernos a nosotros mismos de lo que significamos. A México le corresponde ser la capital de este nuevo imperio hispano.

Suena a provocación si tomamos en cuenta que en los últimos siete años la política exterior de AMLO y Sheinbaum ha sido dogmática y etnocentrista. ¿Cómo pasar a un escenario donde México decida ejercer de líder de Hispanoamérica?

Simplemente con educación. Y es educación conocer la historia de verdad. No se trata de falsear nada ni de pasar de una leyenda negra a una leyenda rosa. Todo tuvo sus luces y sombras, pero siendo conscientes que hubo más luces que sombras. Hay mucha ignorancia.

AMLO quería que España pidiera perdón a los pueblos originarios.

A España nos tendrían que pedir perdón los romanos, los godos, los visigodos, los alanos o la señora (Giorgia) Meloni, (primera ministra) italiana. Las solicitudes de perdón muchas veces es populismo de cara a la política interior. Ahora nos enteramos que familiares (de AMLO) están solicitando la nacionalidad española. Incluso algunos de los hermanos de López Obrador, por lo que me he enterado. No tiene sentido. El hermanamiento está ahí.

La mayoría de los países latinoamericanos nos damos la espalda; están desunidos. ¿Cómo pensar en la integración?

Vamos a poner el ejemplo de Europa. No tiene nada que ver la Italia de la señora Meloni con la España de Pedro Sánchez o la Hungría de Viktor Orbán o con la Eslovaquia de Robert Fico o la Polonia de Donald Tusk. No tienen nada que ver, pero estamos en una Unión Europea. Son pocos los nexos que nos unen. Aquí tenemos el idioma y la historia compartida. Lo que pretendo (con la tesis del libro) es que exista la unidad, pero respetando las particularidades de cada país que deben definir sus propios ciudadanos.

¿Qué lectura geopolítica hace al envío de barcos de guerra estadounidenses al caribe venezolano?

Esto va dirigido contra China y en menor medida contra Rusia. China está entrando a toda fuerza en América, desde México hasta Argentina.

¿Lo de Venezuela podría considerarse como un laboratorio de Donald Trump?

Absolutamente.

¿Cree que la estrategia de Trump contra Venezuela tenga vuelta en U, es decir, que la desarticule?

Creo que no va a ceder porque haría un ridículo espantoso. Sería una derrota como la de Afganistán, pero si triunfa, mañana podría ser México. Al día siguiente, Cuba. A cualquiera (Trump) podría declararlo narcoestado.

¿Pocas veces hemos visto cambios radicales en la geopolítica?

Estamos viviendo un choque de trenes geopolíticos. Estados Unidos se siente amenazado por otras potencias (China) que claramente lo han superado en temas como el de tecnología. Estados Unidos no sabe qué hacer para revertir tal situación. Trump está dando palos de ciego y no está funcionando porque los aranceles están perjudicando a los ciudadanos y empresas estadounidenses.

¿La mejor política exterior es la doméstica?

Decir que la mejor política exterior es la nacional es un error absoluto porque vivimos en un mundo que está conectado. Por eso es necesario conocer las claves geopolíticas porque no se puede hacer una política nacional sin ellas. La política internacional es más importante que nunca. Tener una buena diplomacia es clave. Hoy no se puede hacer buena política nacional, desde la administración pública y en las empresas, sin entender las claves geopolíticas.

Cortesía de El Economista



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