El gobierno de México inició este martes el despliegue de 10.000 tropas de la Guardia Nacional en la frontera con Estados Unidos, como muestra de cooperación en la lucha contra el narcotráfico. La medida responde al acuerdo alcanzado el lunes entre la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, con el fin de evitar la imposición de aranceles del 25% con las que amenazó tanto a México como a Canadá.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum detalló que, siguiendo el plan diseñado por su secretario de Defensa Nacional, Ricardo Trevilla, los militares trasladados a la frontera norte provienen de estados que “no tienen tantos problemas de seguridad”, por lo que no supondría un riesgo para el país, aunque no precisó de qué regiones provendrían.
Desde temprano se registró el desplazamiento del personal de seguridad desde distintas ciudades del interior a localidades fronterizas, como Tijuana y Matamoros.
Por su parte, Canadá se comprometió a cooperar en la frontera estadounidense y a instaurar un “zar del fentanilo”, pero respondió a los aranceles con medidas económicas propias.
Despliegue
Cerca de las 4.00 del horario local, más de 800 miembros de las Fuerzas Armadas se partieron desde la Ciudad Militar de Isla Mujeres, en Quintana Roo, hacia el Aeropuerto Internacional de Cancún, donde abordaron un avión de la Guardia Nacional rumbo a San Luis Río Colorado, Sonora, en la frontera con Arizona.
A su vez, se observaron cerca de 300 militares en el aeropuerto de Mérida, Yucatán, quienes fueron enviados para ser emplazados en Mexicali, Baja California.
“Este despliegue no compromete la seguridad en el resto del país“, aseguró Sheinbaum durante su conferencia, antes de explicar que los refuerzos también fortalecerán la seguridad en la frontera norte, una región afectada por la violencia del crimen organizado.
Para compensar la salida de estos agentes, las autoridades informaron que se intensificarán las labores de vigilancia en todo México, con especial atención en zonas de alta incidencia delictiva como Cancún, Playa del Carmen y Tulum, para evitar que el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera afecte la seguridad del territorio.
Negociación
El acuerdo entre Sheinbaum y Trump se produjo una vez superadas las tensiones diplomáticas tras una serie de declaraciones cruzadas del fin de semana, cuando ella tachó de “calumnias” las acusaciones de colusión con el narcotráfico de la Casa Blanca, que calificó de “terriblemente irresponsables”.
El sábado, el republicano firmó una serie de órdenes ejecutivas que disponían la implementación de aranceles a las importaciones de México, China y Canadá, que entrarían en vigor el martes. Trump justificó estas tarifas como un mecanismo de presión para forzar la cooperación de los países en la lucha contra el tráfico de drogas y la inmigración irregular.
En particular, apuntó que “los cárteles tienen una alianza con el Gobierno de México que pone en peligro la seguridad nacional” de Estados Unidos. A pesar de su rechazo inicial, Sheinbaum accedió a conversar con el magnate el lunes, dado que la aplicación de estos aranceles habría significado un duro golpe económico para México, donde el 80% de las exportaciones tiene destino en Estados Unidos.
Tras la conversación, la mandataria publicó un mensaje en su perfil de X, en el que confirmó que “México reforzará inmediatamente la frontera norte con 10.000 elementos de la Guardia Nacional para evitar el tráfico de drogas“, haciendo especial énfasis en el combate contra el fentanilo, el opioide sintético responsable de al menos 75.000 muertes anuales en Estados Unidos, según cifras oficiales.
Por su parte, Washington se comprometió a “frenar el tráfico de armas”, una exigencia que México ha planteado reiteradamente y que lo llevó a demandar a fabricantes de armamento estadounidenses.
Después de conversar con Sheinbaum, y sostener otras dos reuniones con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, Trump logró ganar tiempo para negociar una solución diplomática con sus vecinos tras sus amenazas de guerra comercial.
Cooperación
Canadá, país que Trump ha insinuado integrar como el estado número 51, anunció el lunes un plan de 1.300 millones de dólares que incluye el refuerzo de la frontera con helicópteros, tecnología avanzada y personal adicional, mediante un mensaje publicado por Trudeau en la red social X. “Casi 10.000 efectivos trabajan y seguirán trabajando en la protección fronteriza”, aseguró el primer ministro.
Al mismo tiempo, Canadá también se comprometió a designar un “zar del fentanilo”, incluir a los cárteles en su lista de organizaciones terroristas (siguiendo el ejemplo de Trump) y establecer un operativo permanente de vigilancia fronteriza. Además, pondrá en marcha una fuerza de acción conjunta con Estados Unidos para combatir el crimen organizado y el lavado de dinero.
Sin embargo, Canadá aplicó represalias económicas que ya se reflejan en la provincia de Ontario, donde se prohibió la participación de empresas estadounidenses en contratos públicos. El mismo lunes, Doug Ford, primer ministro de Ontario, canceló un contrato por 68,7 millones de dólares con Starlink, empresa de Elon Musk, aliado y asesor de Trump.
Cortesía de Página 12
Dejanos un comentario: