El Gobierno de México fijó precios mínimos para exportar jitomate fresco con el objetivo de que Estados Unidos retire el arancel del 17% impuesto tras la cancelación del Acuerdo de Suspensión. Con esta medida, busca demostrar ante las autoridades estadounidenses que existe un “cambio de circunstancias” que justifique eliminar la tarifa y blindarse de una profundización en las acusaciones de dumping.
La medida de precios mínimos de exportación para el jitomate fresco se impone tras la terminación del Acuerdo de Suspensión con Estados Unidos. La medida entró en vigencia desde el 8 de agosto y según el gobierno busca “proteger a productores, evitar distorsiones y asegurar el abasto interno”, con revisión anual.
México apunta a demostrar que hay un “cambio de circunstancias” en el intercambio comercial ante las cortes de Estados Unidos, con el objetivo de que el país vecino decida eliminar los aranceles, explica Fernando Cruz, socio director de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas.
El experto advierte que para lograrlo, México debe demostrar que, con los precios mínimos, se cumple con tres condiciones:
Eliminación total del margen de dumping: demostrar, con estudios avalados por una institución internacionalmente reconocida, que el precio mínimo elimina cualquier subsidio o ventaja desleal.
Prevención de la supresión o depresión de precios en Estados Unidos: garantizar que el jitomate mexicano no provoque caídas de precios en el mercado estadounidense.
Cumplimiento con el “interés público” estadounidense: lograr que alguna autoridad en Estados Unidos considere que quitar el arancel beneficia a sus consumidores o su economía.
El problema es que, de este modo, México estaría aceptando de manera tácita que incurre en dumping. Algo en lo que el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas no está de acuerdo.
Según el especialista, la productividad superior de México en relación con el jitomate tiene que ver con su mayor competitividad, cuestiones de mano de obra y condiciones agroclimáticas favorables. Incluso hay empresas estadounidenses que ya producen en México por dichas ventajas que no implican ninguna clase de dumping.
Fijar unilateralmente un precio mínimo es aceptar de manera tácita que sí estábamos haciendo dumping
“Difícilmente México será lo suficientemente convincente para que Estados Unidos acepte quitar el arancel, sobre todo con la administración Trump favoreciendo a productores de Florida”, señala Cruz. Y considera que la estrategia de precios mínimos solo tendrá sentido en el largo plazo si se logra resolver el problema de fondo del arancel y las acusaciones antidumping.
En cuanto al beneficio para los productores, el especialista señala que el precio mínimo tendrá un impacto acotado, toda vez que el mercado estadounidense ya compra por encima del nivel fijado.
Busca evitar cuotas estacionales
Óscar Ocampo, director de Desarrollo Económico del IMCO, considera que la fijación de precios mínimos debe entenderse como parte de la estrategia de negociación con Estados Unidos, más que como un mecanismo técnico capaz, por sí solo, de revertir el arancel.
“Con estos precios mínimos, México se blinda ante la acusación de vender por debajo del costo, que es la esencia del dumping”. Otra cuestión es que esto sea suficiente en un entorno político donde pesan más los intereses de los productores de Florida, señaló.
Ocampo advirtió que el mercado estadounidense —valuado en unos 3,000 millones de dólares anuales para el jitomate mexicano— es difícil de sustituir, por lo que la prioridad debe ser defender la cuota en ese país, evitando concesiones como aranceles o cupos estacionales, una línea roja para México.
En su opinión, la medida actual podría ser una “señal de buena voluntad” dentro de una conversación más amplia con Washington para evitar escenarios más restrictivos. Ya que uno de los riesgos en la negociación con Washington es que Estados Unidos retome la propuesta de imponer aranceles o cupos de manera estacional, es decir, restringir las importaciones cuando los productores de Florida están en temporada de cosecha y abrirlas el resto del año.
Recordó que esta fue una demanda en la primera administración Trump y que para México debe ser una “línea roja”, ya que limitaría gravemente el acceso del jitomate fresco al principal mercado de exportación.
Aranceles sí afectarán la siembra
Paulina Aguilar, cofundadora y directora de ingresos de MUNDI, considera lógica la fijación de precios mínimos como respuesta inicial para proteger a los productores. Sin embargo, advierte que su efectividad dependerá de la elasticidad de la demanda y que el impacto real solo podrá medirse en los próximos meses.
“Esperamos una reducción de al menos 5% en la siembra, lo que significa cientos de millones de dólares menos en exportaciones”, señaló, y advirtió que las medidas proteccionistas de Estados Unidos se imponen muchas veces de forma unilateral y sin una lógica comercial clara, por lo cual es difícil prever e incidir en las decisiones políticas estadounidenses.
Aguilar propone redoblar esfuerzos en diversificar mercados, sobre todo hacia Europa y Asia, y en agregar valor al jitomate mexicano para llegar a destinos con mayor vida de anaquel y precios más atractivos.
Además, prevé que algunos productores opten por diversificar su producción a otras hortalizas para mitigar el impacto de los aranceles. Y destaca la importancia de agregar valor a los productos de jitomate exportados para llegar a otros mercados con vida de anaquel más larga.
Consejo Nacional Agropecuario aplaude la medida
El Consejo Nacional Agropecuario (CNA) respaldó el acuerdo, publicado el 8 de agosto en el Diario Oficial de la Federación, que fija precios mínimos de exportación para el tomate fresco mexicano, al considerar que la medida protege a productores y exportadores, preserva más de 400,000 empleos directos y garantiza estabilidad en el mercado estadounidense.
El organismo destacó que este nuevo esquema brinda mayor certidumbre comercial, fomenta la competencia leal y contribuye a un comercio equilibrado y sostenible.
Cortesía de Expansión
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