El 28 de agosto de 2025, la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, firmó un decreto histórico junto con el Secretario de Economía, Marcelo Ebrard Casaubón. La medida, publicada en el Diario Oficial de la Federación, prohíbe la importación temporal de neumáticos usados, un esquema que durante años permitió la entrada de llantas en condiciones cuestionables bajo el argumento de ser renovadas y posteriormente exportadas. En la práctica, miles de esos neumáticos terminaban en calles y carreteras del país sin cumplir estándares mínimos de seguridad o calidad.
La Cámara Nacional de la Industria Hulera (CNIH) llevaba años presionando para frenar esta práctica. Argumentaba que la venta de los llamados “gallitos” no solo representaba un riesgo para la vida de los conductores y peatones, sino que también dañaba al sector formal de la renovación de neumáticos. Además, distorsionaba el propósito del régimen de importación temporal, diseñado originalmente para impulsar la industria manufacturera y no para abrir la puerta a una competencia desleal con productos que, en muchos casos, ya habían superado su vida útil.
La decisión federal también toca un punto crítico: el impacto ambiental. Las llantas usadas desechadas de manera inadecuada terminaban en tiraderos clandestinos o quemadas a cielo abierto, con consecuencias graves para la salud y el medio ambiente. Prohibir su importación busca cerrar una vía que mantenía abierto un ciclo nocivo para todos. La medida no solo pretende proteger al consumidor y a la industria nacional, también responde a una creciente demanda por regulaciones más estrictas que favorezcan la sustentabilidad.
Detrás de esta acción hay una lectura política y económica clara. La administración federal envía un mensaje directo a quienes encontraron en el régimen de importación temporal un resquicio para comercializar productos inseguros. La presión de la CNIH encontró eco en el gobierno y logró transformar una queja de años en un decreto con fuerza legal. Para el sector hulero formal, la noticia marca un antes y un después: la posibilidad de competir en condiciones más justas y con reglas que protejan tanto al consumidor como a la industria.
Las llantas usadas también eran un problema para el medio ambiente.
Aunque algunos importadores alegan que la medida afectará empleos y encarecerá el acceso a llantas económicas, la realidad es que los “gallitos” nunca representaron una solución segura ni sustentable. El decreto cierra la puerta a una práctica que mezclaba vacíos legales con riesgos mortales en carretera. Desde ahora, quienes intenten introducir neumáticos usados deberán cumplir normas estrictas o quedarse fuera del mercado mexicano.
Con esta prohibición temporal, México buscará trazar una ruta hacia una movilidad más segura y una industria más limpia, donde la competencia no dependa de atajos peligrosos sino de innovación, calidad y responsabilidad ambiental.
Imagen de portada | Michelin (YouTube)
Cortesía de Xataka
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