México también mandará agua a EUA: Texas los acusa de incumplir el Tratado de Aguas que beneficia a sus agricultores

Tras los recientes problemas de agua que tuvo Tijuana con San Diego, ahora llega otro pero esta vez con Texas. Recientemente el gobierno mexicano se comprometió a aumentar los envíos de agua a Texas con el fin de reducir un déficit acumulado bajo el Tratado de Aguas, en medio de una sequía que afecta a ambos lados de la frontera. La medida fue confirmada este lunes por la secretaria de Agricultura de Estados Unidos, Brooke Rollins, y celebrada por el Departamento de Estado y el USDA como un “avance significativo”.

Según un reporte de Reuters, México transferirá agua de reservorios internacionales y aumentará la participación estadounidense del flujo en seis de los afluentes del Río Grande de México hasta el final del actual ciclo hídrico de cinco años, que culmina en octubre. Esta acción busca atender las crecientes quejas de agricultores texanos que acusan a México de incumplir con sus entregas de agua.

Un tratado puesto a prueba por la crisis climática

Según el Tratado de Aguas, México debe enviar cada cinco años un volumen de 1.75 millones de acres-pies de agua desde el río Bravo a Estados Unidos, una obligación que se distribuye desde seis afluentes principales: el Conchos, San Diego, San Rodrigo, Escondido, Salado y el arroyo de Las Vacas. A cambio, Estados Unidos otorga a México una cantidad fija de agua proveniente del río Colorado.

Sin embargo, según otro reporte de Reuters, México entregó apenas el 30% de su compromiso actual, lo que representa la cifra más baja registrada en un cuarto año de ciclo desde 1992, según datos de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), organismo binacional encargado de supervisar la implementación del tratado.

Manuel Morales, secretario de la sección mexicana de la CILA, justificó el retraso debido al cambio climático y las condiciones de sequía extraordinarias, un escenario que el tratado contempla como causa válida para demoras temporales.

Presión desde Texas: agricultores afectados, empleos perdidos y temores comerciales

La escasez de agua no solo ha generado preocupaciones ambientales, sino que también impacta en la economía agrícola del sur de Texas. Según el reporte, la industria citrícola del estado, valorada en 500 millones de dólares, enfrenta una temporada reseca que podría ser devastadora. En paralelo, la planta de azúcar de Santa Rosa cerró sus puertas en febrero después de 51 años de operación, dejando a cientos sin empleo.

“Esta agua está afectando no solo a los agricultores, sino también al empleo de los ciudadanos de nuestra comunidad”

Fue lo que afirmó la representante texana Mónica De La Cruz. Frente a esta crisis, cuatro miembros del Congreso de Texas se reunieron el 11 de abril con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, para solicitar medidas más firmes. Según Reuters, Blinken se comprometió a dialogar directamente con funcionarios mexicanos, mientras que el vocero del Departamento de Estado confirmó que están “siguiendo de cerca la escasez” y piden un acuerdo revisado.

México asegura que cumplirá, pero priorizará el acceso humano al agua

En respuesta a la presión estadounidense, el gobierno de México emitió una declaración en la que afirma que aplicará “una serie de medidas destinadas a mitigar posibles déficits en el suministro de agua”, tanto con entregas inmediatas como en la próxima temporada de lluvias:

“Todas estas acciones tienen como premisa fundamental asegurar el abastecimiento de agua para consumo humano a las poblaciones mexicanas que dependen de las aguas del Río Bravo”

Según Reuters, la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, agradeció personalmente a la presidenta Claudia Sheinbaum por su participación directa en facilitar la cooperación entre los distintos niveles del gobierno mexicano.

El agua, nuevo frente de batalla en las relaciones comerciales México-EE.UU.

De acuerdo a reportes anteriores de Reuters, la disputa por el agua comenzó a mezclarse con otros temas delicados en la agenda bilateral, como el comercio de maíz transgénico o los flujos migratorios. México enfrenta resistencias internas por parte de gobiernos estatales al intentar desviar agua hacia el norte, mientras que en Estados Unidos, gente cercana al presidente Donald Trump insinúan que podrían usarse represalias comerciales si no se cumple el tratado.

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A esto se suma la escasez de agua en Ciudad de México, donde algunos residentes han salido a protestar por la falta de suministro constante. Según la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el país enfrenta las peores condiciones de sequía desde 2011. Por ahora, Estados Unidos ha reconocido la voluntad de México de cooperar.

“Celebramos la continua cooperación de México para apoyar el futuro de la agricultura estadounidense”

Cabe recordar que este no es el único conflicto que México tiene con respecto al agua en la frontera norte, pues recientemente la contaminación transfronteriza por aguas negras provenientes de Tijuana causó una crisis sanitaria en California.

Como reportamos anteriormente en Xataka México, a pesar del acuerdo firmado en 2023 para iniciar el tratamiento conjunto de estas aguas, su implementación se pospuso hasta 2026. Así, el vertido de más de 1,500 millones de litros de aguas residuales se convierte en otra tensión diplomática entre ambos países.

Cortesía de Xataka



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