Michoacán: ¿Cuál es el plan?


¿Qué es lo peor que puede pasar con un plan? Obvio, que no funcione.  ¿Por qué suelen fracasar los planes? Por estar mal concebidos, o por habiendo tenido un adecuado origen conceptual, falla su implementación. 

¿Cómo saber si un plan está bien concebido? ¿Cómo saber tras ponerlo en marcha que es adecuado o si necesita ajustes? 

¿Cuál es el objetivo del plan de Claudia Sheinbaum para Michoacán? Por lo visto el domingo en Palacio Nacional, no queda claro. 

El comunicado de la Presidencia sobre el plan que su gabinete no tardó ni ocho días en armar arranca así:

“En Palacio Nacional, la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo encabezó la presentación del Plan Michoacán por la paz y la justicia, que consiste en 100 acciones con inversión superior a 57 mil millones de pesos”.

“Se trata de una estrategia integral que parte de una convicción profunda: la seguridad se sostiene con estrategia, acciones, justicia; garantizando los derechos del pueblo de Michoacán y del pueblo de México a la educación, la salud, el acceso a la vivienda y el empleo digno, es decir, desarrollo con justicia y bienestar”.

Entonces el plan es, según fue bautizado oficialmente, por la paz y la justicia. 

No obsta, empero, recordar el origen de todo: la conmoción por el asesinato del alcalde Carlos Manzo, que había demandado apoyo a la presidenta Sheinbaum, provocó que ésta anunciara desde el martes que haría un plan.

El boletín del domingo, ya no digamos el desfile de funcionarios del gabinete federal y ampliado en Palacio presidido por Sheinbaum, genera una duda: 100 acciones, y presuntos 57 mil millones de pesos de un Gobierno famoso por el “no hay dinero”, son para… qué.

¿Para devolverle prontamente a la población de Uruapan la tranquilidad? Suena a demasiado y a poco. ¿Derramar todo ese dinero, si es que pasa, le hará justicia a Manzo y su familia, resignará a su viuda hoy alcaldesa y, sobre todo, prevendrá nueva violencia ahí?

Quizá lo que en realidad busca el plan es que el estado no se le salga (más) de las manos a Alfredo Ramírez Bedolla. 

O quizá, básicamente, taparle el ojo al macho de la opinión pública. 

No descartemos que básicamente pretenda desactivar la crisis mientras Omar García Harfuch gana tiempo para ver si se captura a los asesinos, los de verdad, no los sacrificables, del alcalde Manzo. 

El plan parece improvisado programa de desarrollo estatal (en el mejor de los casos) o un montaje de vean cómo reaccionamos. Esto último no es malo en términos políticos: tenían qué decir algo sin revelar lo crucial (el cómo van -esperamos- tras grandes los capos que asuelan Michoacán). 

Porque si como fue anunciado, el plan contempla más soldados, nadie mejor que el general Trevilla, titular de la Defensa y élite de la Sedena del mismísimo Felipe Calderón, para saber que eso, más tropa, ya ha fracasado, en Michoacán y en otros estados. 

Porque si el plan promete “equipamiento y capacitación” para la Guardia Civil de Michoacán, ¿es necesario reiterar que el alcalde asesinado no confiaba en ese cuerpo, y que esa policía no ha hecho diferencia en otras zonas? En una de esas equipan a gente que trabaja para el crimen. 

Porque si el plan promete el “fortalecimiento de la Estrategia Nacional contra la Extorsión en el estado” anunciada en julio y sacudida por el asesinato del limonero Bernardo Bravo de Apatzingán, ¿qué garantía hay de que ahora sí entienden qué no funciona de esa estrategia? 

Si la Secretaría de Gobernación tuvo que convocar a alcaldes para saber cómo está Michoacán a fin de hacer este plan, entonces qué bueno que intentarán algo distinto, porque de lo perdido lo que aparezca: Sheinbaum no quiere reconocer que su brazo derecho nunca recibió a Manzo, es decir, que Segob no midió los alcances de que le pasara algo a quien lo mismo se iba contra los criminales que contra la Federación, que nunca atendió un cabo suelto de la gobernabilidad.

¿Cuál es el objetivo del programa? ¿La paz en todo Michoacán? Es decir, ¿que los criminales no tengan bajo su dominio lo mismo las zonas colindantes con Jalisco que las cercanas al Edomex o Guerrero?

¿Con esas 100 acciones y esos 57 mil millones de pesos se va a lograr? Pongamos que sí visitan casa por casa, como dijo la secretaria de Gobernación, y sí hay más escuelas, y más consultorios, y hasta otro polo de desarrollo económico… ¿eso debilitará a los criminales?

Qué raro plan. Y sobre todo, qué gran error político y de seguridad si falla. Toda la fuerza burocrática del gabinete, con promesas y programas a los cuatro vientos, para que al final un alcalde no pueda confiar en el gobernador y éste no ayude a la Presidenta. Qué plan.

Cortesía de El Informador



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