De acuerdo con un estudio publicado en Science Direct, caminar se posiciona como la actividad física más popular entre adultos en al menos cuatro de las seis regiones mundiales evaluadas. América, el Mediterráneo oriental, el sudeste asiático y el Pacífico occidental mostraron una clara inclinación hacia esta práctica. En el sudeste asiático, por ejemplo, el 39.3% de los adultos reportaron caminar como su actividad física principal. En el Pacífico occidental, esta cifra sube hasta el 41.8%.
Este metaanálisis global revisó más de 73 mil artículos y tras un proceso riguroso de selección, integró datos de 64 estudios representativos de 47 países. El resultado fue una radiografía mundial de cómo se mueve la gente. Caminar no requiere equipo, instalaciones, ni suscripciones y puede realizarse en casi cualquier entorno, lo que lo convierte en una de las opciones más accesibles, sostenibles y efectivas para mantenerse activo.
Niños prefieren el fútbol, adolescentes diversifican y adultos se inclinan por lo práctico
Aunque caminar lidera entre los adultos, las elecciones físicas varían bastante con la edad. De acuerdo con el estudio, los niños prefieren correr y jugar al fútbol, mientras que los adolescentes optan por una combinación que incluye fútbol, atletismo y de nuevo, caminar. En regiones como Europa, el fútbol destaca como la actividad más popular entre todas las edades.
Estas diferencias, según los autores del estudio, tienen una relación directa con las motivaciones propias de cada etapa de vida. Los niños buscan “diversión“, los adolescentes quieren socializar o mejorar su condición física y los adultos suelen priorizar el tiempo y los beneficios para la salud. Por eso, no es casualidad que actividades como correr o caminar, que se pueden hacer solo, en horarios flexibles y sin gasto, ganen terreno en la adultez.
Caminar como respuesta a una “pandemia silenciosa”: la inactividad física
Según datos previos citados en el estudio, al menos el 31% de los adultos y el 80% de los adolescentes en el mundo son insuficientemente activos. Esta “pandemia silenciosa” de sedentarismo se asocia a un mayor riesgo de enfermedades como obesidad, diabetes tipo 2, cáncer y problemas cardiovasculares, además de efectos negativos en la salud mental.
Por eso, aunque caminar puede parecer una forma modesta de ejercicio, su impacto en la salud pública es clave. Estudios anteriores han demostrado que caminar regularmente reduce significativamente el riesgo de enfermedades crónicas, mejora la salud mental y puede alargar la esperanza de vida.
Además, es una herramienta democratizadora ya que permite acceso al ejercicio físico en contextos donde las limitaciones económicas, de seguridad o de infraestructura impiden la práctica de otros deportes.
¿Caminar desarrolla músculos, quema grasa, ambas cosas o ninguna?
Caminar puede tener beneficios importantes tanto para la síntesis muscular como para la pérdida de grasa. Como lo explicó a GQ el doctor Brian Carson, fisiólogo del ejercicio en la Universidad de Limerick:
“Caminar es una actividad que involucra a todo el cuerpo […] utilizamos nuestros músculos para impulsarnos, lo que aumenta nuestro gasto energético y las demandas metabólicas del cuerpo en general”
Este tipo de ejercicio no solo activa el sistema cardiovascular; también estimula a nivel neurológico, mejora el procesamiento sensorial y hasta favorece la creatividad, como demostró un estudio de la Universidad de Stanford.
El reporte de GQ muestra otras evidencias científicas más recientes: si bien caminar por sí solo no genera hipertrofia muscular, sí ayuda a preservar masa magra, especialmente en combinación con entrenamiento de resistencia. Y si se practica con una mochila o chaleco lastrado, puede incluso estimular más intensamente grupos musculares del torso y las piernas. En cuanto a la quema de grasa, caminar en zona de baja intensidad pero durante más tiempo (LISS, por sus siglas en inglés) puede ser muy efectivo para ese objetivo. Como bien señaló al mismo medio Abigail Ireland, estratega de alto rendimiento:
“Caminar es una excelente manera de cuidar el cuerpo y la mente, pero también necesitamos integrar las tres S: fuerza, resistencia y flexibilidad”
Cabe mencionar que en vista de su popularidad, accesibilidad y beneficios demostrados, los autores del estudio consideraron que promover caminar debería ser una prioridad en las estrategias de salud pública a nivel mundial. Invertir en espacios seguros, accesibles y atractivos para caminar; como parques, senderos y banquetas bien diseñadas, puede tener un impacto directo en la salud y bienestar de millones de personas.

Por otro lado, en México la situación de la actividad física también refleja desafíos. Según datos del INEGI y la CONADE, el 56.2% de la población de 18 años y más es inactiva físicamente, con una mayor proporción de mujeres (58%) que de hombres (42%) en esta categoría.
Además, el 58.3% de los mexicanos mayores de 18 años son sedentarios, lo que representa un riesgo para la salud pública. Aunque el 41.1% de la población es físicamente activa, persisten brechas de género y obstáculos como la falta de tiempo y el cansancio laboral.
Cortesía de Xataka
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