Ministros arman el rompecabezas mundial de cultura y economía

¿Cómo pueden las políticas públicas, las inversiones y la financiación innovadora impulsar el potencial económico y social de los sectores culturales creativos? ¿Cuáles son las experiencias y prácticas a destacar alrededor de una saludable economía cultural en todo el mundo? ¿Qué políticas públicas integrales significan mayor inversión y apoyo para los profesionales de la cultura?

Éstos fueron algunos de los planteamientos realizados durante las varias mesas organizadas en torno al tema “Economía de la cultura”, uno de los ocho ejes rectores de la Conferencia Mundial de la UNESCO sobre Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible, Mondiacult 2025, que se lleva a cabo en Barcelona, España, hasta este miércoles 1 de octubre, con la presencia de ministros y representantes de cultura de casi 200 países miembros de la UNESCO.

De esta serie de mesas enfocadas en la economía han participado ministros y representantes culturales de la India, Japón, Australia, Angola, Cabo Verde, Chipre, Esuatini, Jordania, Mongolia, Suiza, México, Costa de Marfil, Egipto, Bulgaria, China, Perú y Macedonia del Norte, entre otros.

El tema sobre la cultura y la economía se da además en el contexto donde distintas organizaciones globales han emitido recomendaciones para destinar una mayor inversión del gasto público sobre el sector cultural, como lo ha hecho la UNESCO o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en repetidas ocasiones, así como han instado a la puesta en marcha de medidas fiscales que faciliten el involucramiento de la inversión privada en la economía cultural de los países.

Lo propio han hecho organizaciones civiles como Culture Action Europe, la cual solicitó en enero de este año una asignación de al menos 2% del Marco Financiero Plurianual (MFP) de la Unión Europea para cultura.

Otro caso, desde este extremo del Atlántico, es la asociación civil Interactividad Cultural y Desarrollo, desde México, la cual en vísperas de la concreción de Mondiacult 2025, emitió un exhorto a los Estados miembros de la UNESCO “para garantizar la asignación mínima del 1% del gasto público en cultura”.

A partir de este planteamiento, resultará interesante hacer una revisión exhaustiva de varios de los discursos, experiencias y comentarios que han vertido los ministros y representantes culturales reunidos en Barcelona sobre la economía cultural y si han decidido o no abordar sectores como la inversión del PIB de cada nación para el sector.

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Mesa de Derechos Culturles y Economía de la Cultura. Foto: Cortesía Ministerio de Perú

Cultura y economía, un binomio

La consejera y jefa del Departamento Federal del Interior de Suiza, Élisabeth Baume-Schneider, declaró que “cabría señalar que la frontera entre cultura y economía es porosa y, sin embargo, a veces lo olvidamos. La cultura pone de relieve el conocimiento y las competencias; la cultura no es sólo un factor de costes en el presupuesto ni mucho menos, sino que es un elemento de cohesión social y reconocimiento de la identidad desde otros países. Cuando hablamos de economía cultural es importante entender que esa inversión es transversal y, por eso, hay que reconocer las condiciones laborales de los artistas”.

En este sentido el tema del mecenazgo para el ejercicio cultural desde la inversión privada y los beneficios e incluso exenciones fiscales para empresas que invierten en el rubro también fueron casos recurrentes entre varias de las exposiciones de los ministros participantes de estas mesas.

“La colaboración con la inversión privada y las universidades es muy importante”, dijo, por ejemplo, Augusto Jorge de Albuquerque Veiga, ministro correspondiente de Cabo Verde. “Todo lo que pueda aportar el sector privado es bienvenido y debemos trabajar para plasmarlo en la ley, que el apoyo a la economía de la cultura sea mucho más interesante para ellos”, dijo para el caso de su nación.

No obstante, la ministra cultural de Chipre, Vasiliki Kassianidou, mencionó que es relevante lograr que los profesionales del arte “puedan ser autónomos, porque hoy dependen mucho de la financiación estatal, lo cual no es lo ideal”.

Mesa de Derechos Culturles y Economía de la Cultura. Foto: Ministerio de Cultura de España

“La cultura representa en América Latina el 6.2% del empleo, y supone por encima del 3% en promedio de la economía del PIB, mucho más que la economía agraria de muchos países. Tenemos que pisar el acelerador”.

​Mariano Jabonero, secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

“Necesitamos más datos”

En esta serie de mesas y foros también hubo espacio para la participación de representantes de la sociedad civil. Fue el caso de Magdalena Moreno Mujica, directora ejecutiva de la Federación Internacional de Consejos de Cultura y Agencias Culturales (IFACCA), organismo que se dedica a la coordinación, actualmente en más de 90 gobiernos del mundo, para la aplicación de políticas culturales.

“Los ecosistemas culturales son dinámicos, evolutivos y, por lo tanto, no podemos definir la cultura de manera unívoca, hay que reconocer a la cultura a través de distintas dimensiones, entre ellas, los derechos culturales y la parte económica”, dijo y detalló otras dimensiones como el valor social, la de las industrias culturales y el sector no formal que también genera circulación económica.

Lo propio hizo Lorena Larios, secretaria de Cooperación de la Secretaría General Iberoamericana, quien fungió como observadora de una de las mesas, y fue tajante: “necesitamos más datos. Es increíble que se diga que la cultura repercute en nuestra región (América Latina) en menor proporción de lo que aporta al PIB regional. No lo estamos midiendo bien, porque la cultura y sus programas inciden en salud, en la prevención de la violencia de género, en ciencia y educación, por ejemplo. Y es tan relevante medir mejor el impacto cultural para jalar más financiamiento y con esto también tenemos que entregar mejores resultados”.

En este sentido, el secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Mariano Jabonero, también partícipe de esta serie de mesas, identificó que en los casos compartidos “hay una primer decisión política y jurídica, que las declaraciones internacionales se traduzcan en derecho positivo, que la legislación de los países desarrolle ese derecho común”.

Finalmente, Jabonero señaló que “la cultura representa en América Latina el 6.2% del empleo, y supone por encima del 3% en promedio de la economía del PIB, mucho más que la economía agraria de muchos países. Por esta razón, tenemos que pisar el acelerador”.

En un sentido similar, el ministro de Cultura de Bulgaria, Marian Bachev, dijo: “Hace falta trabajar mucho más a nivel internacional en el ámbito de las estadísticas sobre el terreno, es decir, datos cualitativos y cuantitativos fiables que permitan predecir la dinámica y el impacto de los sectores creativos y culturales sobre el desarrollo sostenible”.

Acto artístico en el marco de Mondiacult. Foto: Ministerio de Cultura de España

Desde el otro lado del mundo… y de la moneda

Al otro lado de la moneda, para el caso de Japón, una de las potencias culturales en el mundo, con una vasta proyección hacia el extranjero, su ministro de Cultura, Kazuhiko Yano, explicó una visión de crecimiento económico cultural desde el extranjero.

“Hemos posicionado la cultura y las industrias creativas como políticas clave para la economía del país. Actualmente, el gobierno se ha fijado un objetivo que es más que triplicar el consumo exterior de los productos culturales de Japón desde el nivel actual que tienen, de unos 40 mil millones de dólares (de captación por consumo de productos culturales japoneses en el extranjero) a 140 mil millones de dólares en los próximos ocho años”, dijo el funcionario japonés.

Muy pocos participantes de la cumbre hablaron directamente del porcentaje de inversión para la cultura dentro del Producto Interno Bruto (PIB). Uno de ellos fue el viceministro de Cultura de China, Sun Yeli, quien detalló:

“En 2023, el valor añadido del sector cultural chino fue de 4.59% del PIB del país. Hay más de tres millones de entidades o de empresas en el sector cultural que emplearon a 22.3 millones de personas”, señaló el funcionario representante de otra de las potencias culturales a nivel mundial y expuso:

“Hemos acelerado la implementación de la inteligencia artificial, además hemos utilizado un modelo de rendimiento artístico y cultural digitalizado para promover nuevos productos artísticos (…) en 2024, 16 subsectores de la industria cultural china, especialmente destacados de entre estos nuevos formatos digitales, lograron un incremento desde el 2019 del 197 por ciento. Estamos hablando de un crecimiento muy acelerado. Estos sectores (los de la cultura digital en China) supusieron un 41.8% de la facturación operativa desde las empresas culturales”.

Mesa de Derechos Culturles y Economía de la Cultura.Foto Ministerio de Cultura de España

“Es increíble que se diga que la cultura repercute en nuestra región (América Latina) en menor proporción de lo que aporta al PIB regional. No lo estamos midiendo bien, porque la cultura y sus programas inciden en salud, en la prevención de la violencia de género, en ciencia y educación”. 

​Lorena Larios, secretaria de Cooperación de la Secretaría General Iberoamericana

Cortesía de El Economista



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