Minnie West se sincera sobre cómo es la vida sin su mamá, a 3 años de su partida

Minnie West narra cómo es su vida sin mamá

“Es despertarte y acordarte otra vez que, como todos los días, de que ya no está, es tomarte tus pastillas como si fuera tu desayuno, es literalmente arrastrarte de tu cama, vestirte aunque no quieras existir. Es fingir que todo está bien cuando por dentro te estás pudriendo vivo”, escribió.

Con imágenes que revelan cómo es su día a día, Minnie West narra que celebrar sus cumpleaños ha sido de lo más retador que ha tenido que enfrentar estos tres años:

“Es cumplir 32 y saber que ella siempre va a tener 56, es tener conversaciones con ella en tu cabeza, sentir que el mundo está avanzando mientras tú estás atorada en el día en que se murió, es darte cuenta que las fotos y videos ya no son recuerdos, son pruebas, pruebas de que sí existió, pruebas de que sí te abrazó, pruebas de que sí estuvo aquí, pruebas de que sí fue real”.

Finalmente reconoció que no ha logrado superar ese dolor y que su vida desde que su mamá falleció no es la misma. “Es estar consciente de que dos cosas se murieron ese día con ella: ella y mis ganas de estar aquí. Es tener mil cosas qué decirle, pero saber que adiós nunca será una de ellas… Al final vivir con un duelo es entender que el dolor no se supera, solo se administra y que la vida no sigue igual, al menos para mí, la vida sigue sin ella”.

El dolor que le provocó la muerte de su mamá a Minnie West

En la descripción de su video, Minnie West agregó un mensaje en el que le expresa a su mamá lo mucho que la extraña: “Desde que te fuiste vivo con el cuerpo a la mitad, como si me hubieran cortado con cuchillo y me hubieran dejado aquí, desangrándome en cámara lenta. Y lo más triste de todo es esta verdad que nadie dice en voz alta: Voy a pasar más años extrañándote que los que tuve para conocerte”, escribió.

Incluso, Minnie reconoció que no está bien y que mientras más pasa el tiempo, su dolor aumenta.

“Desde que te fuiste, no estoy viviendo. Estoy sobreviviendo. Pero cada vez me cuesta más. Cada vez siento que me estoy apagando un poco más. Y sí lo admito: no estoy pudiendo. No me estoy acostumbrando. No estoy sanando. Estoy partiéndome todos los días un poco más, sonriendo, cuando por dentro estoy hecha pedazos. A veces nadie lo ve, porque ya aprendí a disimular. Pero yo no estoy bien, porque tú no vas a regresar. Y eso no lo puedo aceptar. Porque no sé vivir sin ti ma. Te amo y te extraño con todo mi ser Fletzo”, finalizó.