Estamos en el microcentro porteño. La actriz Miranda de la Serna (hija de Rodrigo de la Serna y Erica Rivas) nos recibe en su casa para hablar de Verano Trippin, la película que coprotagoniza junto a Zoe Hochbaum, quien también es productora del filme del que además participan Lali Esposito y Ariel Staltieri, y estrena este jueves en cines.
Mientras llega Zoe, Miranda nos hace pasar a un living en el que reinan la calma, los libros, los discos y la luz natural. Casi como un oasis en medio del escenario porteño, la joven de 25 años parece haber construido un espacio a medida. “Es un refugio”, le dice a Clarín, al comienzo de la entrevista.
Explica que el silencio que hoy habita es circunstancial, por ser sábado a la tarde. “En la semana no es así, se suelen sentir las marchas que pasan por la 9 de Julio. A veces decís por desgracia, y otras por suerte. Una tampoco puede vivir ajena a lo que pasa afuera”, explica mientras llega su compañera y, desde hace dos años, íntima amiga.
La película que protagonizan significa la opera prima de la barilochense Morena Fernández Quinteros. Cuenta la historia de las amigas Lena (Zoe) y Toni (Miranda), quienes criadas en la calma de la Patagonia sueñan con viajar a Europa para darle un quiebre a sus vidas.
Las vicisitudes económicas las hacen encontrar un atajo en la venta de estupefacientes (primero drogas más blandas como la marihuana, pero poco a poco se va a ir complejizando) para lograr ese objetivo. En la trama aparece una dealer, mezcla de consejera, chamán, artesana y “capanarco”, en la piel de Lali Espósito, que les hace correr los límites de lo posible y lo correcto de forma constante. En el medio crecer, los miedos, el amor, el desamor y la amistad como eje central una historia tan ancestral y moderna a la vez como es la rebeldía adolescente.
-Miranda: Es el momento en el que ya ves a tu hijo nacer e irse a la escuela solo. Hacer su camino. La mirada del otro siempre es enriquecedora y a esta altura después de tanto ver y ver cada detalle mil veces necesitamos ya la mirada del público.
Una trama adolescente (y fuerte)
-La problemática adolescente y la búsqueda de un camino propio es algo tan atrapante y a la vez universal como los paisajes de Bariloche en los que ocurre la película.

-Zoe: Sí, sin dudas. Fue filmada en Bariloche y en Montevideo. Y desde la primera escena el contexto te atrapa. También siento que esos escenarios acompañan, pero la historia tiene que estar a la altura y no es nada fácil. La trama es antes que nada un drama propio de la edad de las protagonistas (18, 19 años). Está muy presente ese sentimiento bien adolescente de que nada te va a pasar, casi de inmortalidad, que no es otra cosa que inconciencia absoluta.
Comienza con algo más “light”, ¿no? Fuman marihuana, se ríen, la pasan bien, hasta que, de pronto, hay un momento donde la cosa se empieza a oscurecer, porque la ambición de ambas, pero sobre todo de Lena, es mucho más grande que la realidad que pueden manejar.
Incluso su propia amiga trata de ponerle un límite, pero Lena está tan cegada que no lo puede ver, y eso las pone en jaque. Es un poco la falta de límites, la falta de conciencia.

-Miranda: También la falta de amparo. Es una película que salvo “El pollo” (Ariel Staltieri), las figuras adultas no solo son irresponsables, sino que son villanos. Son quienes las maltratan y las ponen en situaciones peligrosas. Entonces están solas, digo, más allá del Pollo. Están solas.
Me parece interesante que el punto de vista de la película sea 100% el de ellas. Su mirada de adolescente, sus miedos, sus expectativas, sus sueños. Incluso sus peleas.
-¿Cómo nace el proyecto?
-Zoe: Fue hace 2 años. Yo soy amiga de More (la directora) desde que hicimos El fin del amor en el 2021. Unas vacaciones, yo acababa de estrenar Traslados y estaba buscando un próximo proyecto, y ahí ella me cuenta inocentemente, no sabía lo que le esperaba, una idea, una historia. Ni siquiera era un proyecto, porque ella en su cabeza no lo iba a hacer nunca. Y a mí me encantó esa historia. Me pareció muy diferente, muy divertida, una historia de mujeres, algo a lo que no estamos acostumbrados.
Y empezamos a pensar en personajes y quién podría ser la otra protagonista y me nombró a Miranda. Ahí le dije que tenía que ser ella sí o sí. La había visto trabajar, pero no nos conocíamos. Lo que no sabía es que nos íbamos a convertir en mejores amigas.
Mientras dice eso, Miranda agarra fuerte la mano de su amiga. Su relación es tan potente como la de sus personajes y eso se palpa en el aire.
-¿Y a vos, Miranda, cómo te llegó el proyecto?
-Miranda: A mí primero me escribió More, yo justo estaba en España cuando me mandó el guion. Me parecía que era como una historia que a mí me hubiese gustado mucho ver de adolescente. Siento que la adolescente que fui estaría muy feliz de poder contar esta historia.
A mí, a esa edad me encantaban las series de adolescentes rotos y nunca, yo por lo menos, había visto algo argentino así. Entonces me enganché un poco desde ahí. En ese momento me dijeron que Zoe era la productora y la coprotagonista. Ella vino a Madrid, una tarde nos conocimos y pasamos todo el día juntas. Desde ese momento que no nos separamos más. Nació una amistad increíble que llenó todo.
-Zoe: Me acuerdo de que una de las primeras cosas que nos dijimos es “contame tu secreto más oscuro” (risas).
-Miranda: Desde ese momento que hacemos noches de confesiones y nos contamos todo porque estamos conociéndonos todavía y eso es genial.
-Qué hermoso ese momento en el que ves nacer una amistad.
-Miranda: Es increíble.
-Zoe: Y es hermoso que te pase de más grandes, te da esperanzas de que todavía podés conocer a gente que vale la pena.

Un contexto que las unió
-Zoe: También hubo algo que nos unió mucho, que es todo lo terrible que está pasando con las políticas culturales. Nosotros (todo el equipo) vivíamos algo fuera de lo normal. Estábamos trabajando y haciendo un proyecto hermoso en el medio en que ves a miles de colegas sin laburo.
El cine además de todo son muchísimas fuentes de trabajo, y eso parece que no se tuviera en cuenta. Entonces, no solo es importante hacer cine por el arte, es importante porque hay mucha gente trabajando y cada uno es esencial.
-Miranda: ¿Qué haríamos sin el arte? ¿Qué sería de la humanidad sin el arte? Lo vimos en la pandemia. Estuvimos encerrados consumiendo al audiovisual todo el tiempo porque era lo único que nos podía, no sé, alejar de la realidad, y mejorar un poco nuestros días.
-Hablaban de la soledad en la que vive parte de la juventud, por lo menos en la película, y ahora de la realidad del sector. ¿Hay una mirada social que subyace?
-Zoe: Obviamente que tenemos, y esta peli tiene, una mirada social. Después la ficción, a mí me gusta respetarla como tal y no tratar de adjudicarle tanto. De hecho, es una peli bastante atemporal porque More desde siempre quiso que en esta peli no haya pantallas. No hay celulares, ni tablets, ni nada. Como una cosa medio extraña, que le da un tiempo medio difuso.
-Miranda: Siento que estamos viviendo épocas muy individualistas. Entonces, no solo hacer cine, sino ir al cine y compartir ese momento es un hecho de resistencia. Que no sea prender la compu desde tu cama, de forma individual, sino buscar, juntarte con gente que no conocés, ver todos una misma pantalla es una declaración de principios. Creo que el cine es un acto de resistencia ante el individualismo.

-Zoe: Depende de nosotros que esto siga sucediendo. Que no perdamos al cine. Por eso digo que tomo mi parte de responsabilidad como productora, y que siempre que estén los recursos prometo utilizarlos para hacer arte. Cine, teatro, escribir o lo que sea. Es una promesa que me hice a mí misma y a mi gente.
Trabajando con Lali Espósito
-¿Cómo fue trabajar con un ícono como Lali Esposito?
-Zoe: Muy fácil. Ella hizo un personaje muy distinto al que le conocemos. Algo oscuro que nunca le habíamos visto, pero ella tiene muchísimo oficio. Además, como ser humano es increíble. La pasamos muy bien en el set, nos moríamos de risa. Ahora en un rato vamos a ir a verla y a bailarnos todo (se refiere al recital del sábado pasado en Vélez) y a disfrutar de lo que hace una artista tremenda, que por suerte es nuestra, es argentina.
-Miranda, tus papás son dos de los actores más importantes del país, hablábamos de la rebeldía del adolescente, ¿alguna vez te revelaste y sentiste que este camino no era para vos, o siempre supiste que querías actuar?
-Miranda: La verdad es que nunca lo dudé. Por ahí dudé a los seis años, que quería ser veterinaria, por una semana. Pero nada, yo desde que soy muy chica supe que la actuación era para mí. Y siento que también es por verlos a mis padres tan enamorados de este trabajo. Ellos me transmitieron ese amor y te digo hasta casi esa necesidad. Como son personas que la actuación le sale de los poros, y a mí me pasa un poco también. Siempre digo como que me actúo encima.
Y poder laburar de eso es como un privilegio. Porque yo soy muy consciente que no les pasa a todos los actores. Soy muy histriónica, muy sensible, igual que mis papás. Los dos son iguales en ese sentido. Muy distintos en casi todo, pero muy iguales en la emoción y el histrionismo.
-¿Ellos ya vieron la película?
-Miranda: No, todavía no la vieron. Vienen el lunes (por anoche) a verla, así que manejando esos nervios también.
-¿Son de corregirte?
-Miranda: No, de corregirme no, para nada. No son mis maestros. Yo tuve otros maestros de actuación. A ellos los tengo más como para que me aconsejen. A veces les pido consejos y a veces no sigo esos consejos que me dan porque son mis padres, ¿viste?
Cuando me interesan, los escucho, cuando no coincido, no coincido. Siento que, a pesar de que ellos son actores que tienen mucho recorrido y que saben un montón, a veces no sigo sus consejos. Quizá tiene que ver con que son mis papás y creo que hay algo de rebeldía en ese sentido.
-Te lo habrán dicho mil veces que el parecido con los dos, pero principalmente con tu mamá es increíble. ¿Es un trabajo para vos hacer tu propio camino?
-Miranda: No sé si es un trabajo extra. Sí creo que también agarro cosas de los dos, y los dos tienen formas muy distintas de abordar los personajes y de estudiar los proyectos. Siento que tomo un poco de los dos según voy necesitando. También en la construcción de crecer está seleccionar lo que tomás y lo que no.
-Quienes vayan a ver esta película, ¿qué le gustaría que se lleven?
-Miranda: A mí me gustaría que se sientan, de alguna forma, identificados con algo de la historia. Yo creo que va a suceder, ¿no? Pero siento que eso es lo más lindo. Y que se vayan distintos a como entraron. Eso sería genial.
-Zoe: Siento que es una película que apela un poco a la nostalgia de muchas generaciones. Me gustaría que eso se vea, y que suelten, por esa hora y diez minutos que dura, el celular y disfruten de algo hecho con mucho amor. Que se den el lugar para sumergirse en otro mundo, sin pantallas. Como mucho, cuando salen si les gustó arroben, y si no, muzzarella (bromea).
Cortesía de Clarín
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