
La noticia difundida ayer es preocupante: del 17 de agosto al 13 de septiembre los casos de gusano barrenador en México aumentaron 32%, al pasar de 5,086 animales contagiados a 6,703, según el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria.
La plaga llegó por dos vías: la dispersión natural de la mosca barrenadora y el contrabando de reses centroamericanas.
Las hembras barrenadoras vuelan 1.2 a 1.9 km por día y, con viento favorable, hasta 20 km lo que explica cómo la plaga hizo escalas desde Panamá —donde explotó en 2023— hasta alcanzar México en 2024.
El modo en que enferma al ganado es brutal: una hembra deposita hasta 400 huevos en heridas abiertas o cordones umbilicales; en 24 horas nacen larvas que devoran tejido vivo, abriendo perforaciones o barrenaduras que provocan pérdida de peso, infecciones y, en casos graves, la muerte.
El contrabando es otro motor del brote. El estudio “Estrategias y retos frente al resurgimiento del gusano barrenador del ganado”, publicado el 2 de julio de 2025 por el Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques del Senado, estima que cada año entran ilegalmente hasta 800,000 reses desde Centroamérica, muchas con aretes falsos del Sistema Nacional de Identificación Individual de Ganado. Ese mercado negro mueve 360 millones de pesos y solo prospera por la corrupción en aduanas y rastros.
La historia también pesa. En 2013, México y Estados Unidos, mediante la Comisión México-Estados Unidos para la Erradicación del Gusano Barrenador, cerraron de común acuerdo la planta productora de moscas estériles en Metapa, Chiapas, porque en 2003 el país había sido declarado libre. Hoy se corrige el error: la planta es rehabilitada y operará en el primer semestre de 2026 con capacidad para producir 100 millones de machos estériles semanales. La inversión asciende a 51 millones de dólares, 30 de México y 21 de EU.
El costo económico es enorme. Las exportaciones de ganado en pie a EU —más de un millón de cabezas en 2024— se desplomaron más de 80% este año tras el cierre fronterizo decretado en mayo. Para México, las pérdidas ya son de cientos de millones de dólares. En EU, el Departamento de Agricultura calcula que un brote interno costaría 4,300 millones de dólares.
En EU, la secretaria de Agricultura Brooke Rollins, ganaderos y legisladores acusan a México de negligencia y lo responsabilizan del brote. Olvidan, sin embargo, que el cierre de Metapa en 2013 fue una decisión binacional y que la mosca avanzó desde Panamá mucho antes de llegar a nuestro país. El caso es un nuevo motivo de fricción diplomática.
¿Cuánto tardará México en erradicar el brote? Con Metapa en operación y coordinación efectiva, el escenario optimista apunta a control en 2026 y erradicación entre 2027 y 2028. El realista la proyecta a 2029, y el pesimista advierte que el país jamás podrá erradicarlo si persisten la corrupción, la falta de disciplina y el cambio climático que favorece la reproducción del insecto.
En el gobierno de AMLO el brote se dejó crecer por desidia; con el de la presidenta Claudia Sheinbaum la reacción mejoró, pero aún está lejos de la contundencia necesaria porque el gusano barrenador se mueve más rápido que los burócratas de las instituciones que deberían frenarlo.
Facebook: Eduardo J Ruiz-Healy
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Sitio: ruizhealytimes.com
Cortesía de El Economista
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