Motive consiguió en 2025 las certificaciones de Apple y Google para RCS

Motive, una compañía de tecnologías para la gestión de dispositivos conectados, como los teléfonos celulares, consiguió en 2025 las certificaciones de Apple y Google para su servidor de derechos, con lo que su solución de administración para mensajería RCS podrá expandirse en forma nativa a las aplicaciones RCS de los sistemas operativos iOS y Android.

En octubre, la compañía participó en Futurecom, el principal evento de telecomunicaciones de América Latina, donde su Entitlement Server obtuvo la certificación completa de Apple y Google RCS.

Esta implementación fue una colaboración técnica con Google y Vivo, marca de Telefónica Brasil y uno de los primeros operadores Tier 1 del mundo en certificar y preparar el soporte comercial para Apple RCS.

Asimismo, en un foro de tecnología en Las Vegas, Motive y STMicroelectronics presentaron el desarrollo Tech Talk: “Redefiniendo el Onboarding eUICC: la ventaja estructural de Motive”, que consiste en cómo la compañía acelera la activación de dispositivos conectados mediante SIMs embebidas (eUICC).

Estas soluciones están diseñadas para simplificar operaciones, agilizar el onboarding de OEMs y habilitar nuevas oportunidades de monetización en el ecosistema IoT.

“Interactuar directamente con nuestros operadores socios es invaluable. Estos foros globales nos permiten escuchar, compartir avances reales y demostrar cómo Motive convierte la visión en ejecución, impulsando interoperabilidad, inteligencia e innovación en todo el ecosistema de telecomunicaciones”, afirmó Jeevithan Muttu, vicepresidente de Producto e I+D en Motive.

A lo largo de 2025, Motive mantuvo una presencia activa en los escenarios globales de la industria, reforzando su liderazgo en la transformación digital del sector. Desde Futurecom y Network X hasta MWC Las Vegas y otros eventos, la compañía colaboró con operadores y socios del ecosistema alrededor del mundo para avanzar en automatización, escalabilidad y el diseño de redes de próxima generación.

Cortesía de El Economista



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