Muchos creen que no es posible, pero en México sí puedes tener placas personalizadas: requisitos y costos

En México, la idea de personalizar las placas del auto con un nombre, una palabra ingeniosa o algo que te represente no es nueva. Muchos conductores lo han pensado, pero no todos saben que sí es posible en algunos estados, como el Estado de México, aunque no de la forma libre que algunos imaginan. El trámite se llama selección de placa y te permite elegir una combinación específica de letras y números, pero con reglas claras, costos definidos y solo si tu vehículo cumple con ciertas condiciones.

Este tipo de trámite responde a una necesidad común: darle identidad al coche. No se trata de colocar emojis o colores extravagantes. En realidad, todas las placas del país deben seguir la norma técnica NOM-001-SCT-2-2016, que dicta cómo deben verse para que las autoridades puedan identificarlas sin problemas. La forma, el tamaño de los caracteres y la disposición visual son elementos no negociables. Por eso, aunque el diseño puede cambiar entre estados, las características básicas no lo hacen.

El Estado de México es uno de los pocos que permite este tipo de personalización. Desde el portal de Servicios al Contribuyente puedes iniciar el trámite. Lo primero es registrarte y seleccionar la opción correspondiente. Luego se genera una autorización junto con un formato de pago por 1,686 pesos. Ese comprobante puede liquidarse en bancos, tiendas autorizadas o centros de tesorería. Después, toca acudir a un Centro de Servicios Fiscales para finalizar el trámite.

No todos pueden hacerlo. Debes estar al corriente en tus pagos de tenencia y refrendo. Además, es obligatorio estar inscrito en el RFC y contar con documentos legales que acrediten la propiedad del auto. La personalización no aplica para coches emplacados fuera del Estado de México, y tampoco se permite cualquier combinación: solo se pueden seleccionar cuatro número especiales.

Aunque suene atractivo, este tipo de trámite no implica que puedas modificar el diseño físico de la placa. Cada estado tiene libertad para elegir los colores o íconos de fondo, pero debe respetar los lineamientos técnicos de la SCT. Las placas deben ser claras, legibles, reflejantes y fáciles de leer por cámaras automatizadas. Esto se vuelve vital en una era donde la tecnología de vigilancia se ha vuelto parte del sistema vial.

La personalización vehicular tiene una carga cultural fuerte. Representa identidad, estilo e incluso estatus. Sin embargo, también choca con el marco normativo, que prioriza la seguridad y el control sobre la estética. Y en ese equilibrio entre gusto personal y funcionalidad legal, lo permitido es poco, pero existe. La clave está en conocer las reglas, cumplirlas y no caer en expectativas que la ley simplemente no contempla.

Foto de portada | Wikipedia

Cortesía de Xataka



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