Muchos creen que sirven para lo mismo, pero las extensiones de luz tienen diferencias: así las identificas

La electricidad es de las cosas más delicadas del hogar. No solo porque de eso dependen nuestro internet, los electrodomésticos y hasta la línea blanca del hogar, sino también por la seguridad de nuestra casa. Si sobrecargamos algún contacto, podríamos poner en riesgo nuestra seguridad o la del hogar.

Uno de esos objetos con los que debemos tener cuidado son las extensiones eléctricas, que aunque no lo creas, no todas funcionan para lo mismo. Así es, las extensiones eléctricas podrían dañar o provocar una sobrecarga a tu consola si no tienes una opción adecuada, pero antes de que quemes todas las extensiones de tu casa, debes saber que hay solución y basta con saber distinguir cada tipo de cable.

Qué son las extensiones eléctricas y de qué tipo hay

Antes de describir los tipos de cable que existen, primero debemos saber qué son. Las extensiones eléctricas son un producto que nos permite llevar energía a dispositivos eléctricos de manera eficaz. Estas fueron diseñadas para proveer energía de manera temporal en los lugares donde no hay contactos donde quedan lejos del cable.

Entre los usos más comunes de las extensiones eléctricas están el ampliar el número de dispositivos conectados a la luz, por si un día te visitan amigos y familia que también quieren cargar su celular; usos exteriores, como iluminación, parrillas eléctricas o simplemente conectarte mientras estás acostado en el patio; y por último, conectar dispositivos de distintas ubicaciones, es decir, si no hay enchufes en tu sala, esto te ayudará a conectar al enchufe de la siguiente habitación.

Debes saber que las extensiones eléctricas se dividen por tipos y capacidad de amperaje. Cuando decimos que no debes conectar tu refrigerador a algún multicontacto, nos referimos a que no debes conectarlo a cualquier tipo. Por ejemplo, tenemos los sencillos, que suelen ser los más usuales y sencillos, con potencia de 10 amperios, ideales para ventiladores, lámparas o cargadores de teléfonos.

También están los delicados, que más allá de su amperaje, dependen totalmente de tener cierto grado de protección contra sobrecorrientes. Estos están pensados para conectar computadoras, televisores y consolas. Por último, están los grandes o para uso rudo, con amperaje de entre 15 amperios o 20 amperios, y hasta más, y son ideales para electrodomésticos, taladros, grandes aspiradoras o microondas.

En otras palabras, sea cual tu necesidad, para diferenciarlos o saber cuál escoger, lo primero será ver el tipo de extensión, así como el amperaje. Una vez que sabes esto, los tipos de extensión eléctrica tenemos son:

  • Simples: Son las más sencillas, las clásicas de color blanco o verde. Suelen venir con uno o más enchufes y potencia media desde 10 amperios y hasta 15 amperios.
  • Industriales o de uso rudo: Con más de 15 amperios, sus materiales son más resistentes y las identificas por tener un cable.
  • Con protección contra sobretensiones: Con capacidad de entre 10 amperios y 15 amperios y suelen tener una protección, que se identifica por un foco que señala esto, o bien, un switch para apagar y prender. 
  • Retráctiles: Suelen ajustar su longitud de acuerdo a tus necesidades y su amperaje depende de tu uso. 
  • Exteriores: Su cuerpo tiene materiales y recubrimiento totalmente resistentes al agua y condiciones externas, con más de 20 amperios y con cables largos.
  • Multipuerto: Además de enchufes, este tipo incluye puertos USB para tu teléfono. Su amperaje de de entre 15 y 20, y casi siempre se conjuntan con las especificaciones de aquellas con protección contra sobretensiones. 

Cortesía de Xataka



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