¿Se puede hacer una mudanza sin gastar un solo peso ni un mililitro de gasolina? Un grupo se ciclistas de la CDMX demostró que sí. Equipados únicamente de sus bicicletas, con varias mochilas, un pequeño remolque, varias refacciones de cámara de llanta, así como lazos y cinta industrial, 11 amigos se abrieron paso a través del tráfico de la alcaldía Benito Juárez para realizar esta labor.
La ruta más segura significó un traslado de 6 kilómetros de ida y vuelta entre las colonias Navarte Oriente, Narvarte Poniente y Del Valle Norte en las que se transportaron, entre otros, los siguientes objetos:
- 2 colchones.
- 2 mesas.
- 2 sillas,
- 10 bolsas de ropa y zapatos.
- 1 caja con libros.
- 1 caja con trastes.
- 1 sillón.
- 1 dispensador de agua de cerámica.
- Cobijas.
- Dos libreros.
- Despensa.
- 1pantalla de computadora.
- 1 lámpara de piso.
Todos forman parte de Bananas Bike, un club de ciclismo de la capital que realiza actividades para impulsar el uso de la bicicleta, organiza rodadas y además lleva a cabo talleres en los que enseñan el Reglamento de Tránsito, mecánica o formas de conducir en la calle. La única regla para realizar esta hazaña fue que no se podían utilizar ningún tipo de vehículos automotores.

¿Cómo es hacer una mudanza a bordo de bicicletas?
El sillón, los colchones y las mesas pudieron desarmarse o doblarse, por lo que bastó sujetarlos a la espalda de los más intrépidos, quienes los llevaron mientras pedaleaban. Entre bromas que recordaban a “El Pípila”, tuvieron que demostrar toda su habilidad para equilibrarse mientras se abrieron paso entre los carros, auxiliados de chiflidos y silbatazos para hacerse notar.
De acuerdo con la Encuesta sobre el servicio de mudanza local y foráneo elaborado por la Profeco en 2017, el costo de estos servicios puede ir de los 1,800 pesos a más de 5,000 pesos. Esta mudanza a través de un medio de traslado ecológico significó únicamente el esfuerzo físico y la maestría sobre las unidades.

“El punto dentro de todo era ayudar y creo que era que sí creíamos posible que se pudiera lograr, ya sea con 5 o con 10 personas”, dijo Diego, arquitecto que ayudó en la misión.
En el remolque, uno de ellos se encargó de llevar las cosas más frágiles y las cajas más pesadas. Si bien los traslados fueron cortos, la repetición de estos llevó a que los que se dedicaron de inicio a fin a la actividad acumularan mas de 40 kilómetros.
Las morrales fueron determinantes para este esfuerzo, ya que sirvieron para colocar varios artículos como ropa, una lámpara de piso desarmada e inclusive como soporte para llevar una de las mesas. Fue especialmente útil la mochila de uno de ellos, quien es repartidor de aplicación; además de ser cómoda, permitió cargar varias cosas de manera sencilla.

¿Es peligroso realizar una mudanza en bicicleta?
Llevar todos los artículos que había en las dos habitaciones, sala y cocina le llevó al grupo unas seis horas. Si bien en movimiento solamente se ocuparon tres horas y media, el acomodar, subir y bajar por escaleras o preparar los cargamentos fue lo que más retrasó la operación.
“A pesar de no tener el mejor equipo para llevar cosas, con ingenio y trabajo en equipo pudimos llevar a cabo la misión. La mejor parte es la experiencia de convivencia que se crea al ir todos juntos, cada quien con algo y aunque fuera algo cansado o tardado lo volvería a hacer con tal de ayudar a otro amigo”, dijo Édgar, quien es repartidor.

Los mayores problemas que se dieron durante esta ruta fueron los baches que había en algunas vialidades, así como las calles donde había más tráfico, ya que al llevar carga, los ciclistas no pudieron trasladarse entre los carriles cuando el tránsito se detenía y tuvieron que esperar como si estuvieran a bordo de un automóvil. A esto se suma la presencia de autos estacionados en la ciclovía de Obrero Mundial; no obstante, no hubo ningún hecho que hiciera peligrar su vida o poner en riesgo su integridad.
A fin de que las cosas salieran sin ningún tipo de complicación, los participantes usaron su equipo de seguridad, viajaron a velocidades que no superaron los 25 km/h y además sujetaron la carga con todas las precauciones posibles. El saldo fue blanco, sin ninguna caída, ponchado u objeto dañado o deteriorado.
“La verdad un día antes estaba preocupada de cómo iban a mover todas las cosas, pero nuestro ingenio hizo que moviéramos todas las bolsas, muebles”, dijo Helen, la dueña de todas estas posesiones.

La bicicleta no es solo para divertirse, es una fuente de movilidad y hasta trabajo
De acuerdo con la Secretaría de Movilidad, en la capital se llevan a cabo más de 456 mil viajes al día a bordo de bicicletas, 71 por ciento más de los que se hacían en 2018. Su presencia en la calle es cada vez más notoria para la ciudadanía gracias a servicios como Ecobici o a las ciclovías que se han construido en la Ciudad.
No es la primera vez que se lleva a cabo un acto como este, ya que hay servicios de mensajería que se encargan de realizar mudanzas y fletes sobre dos ruedas, aunque generalmente se hacen en bicis especiales para ello, las cuales son llamadas cargo. Pese a esto, sigue habiendo una tendencia a favor de las mudanzas a bordo de un vehículo automotor.

Para este esfuerzo, los Bananas Bike solamente usaron unidades de ruta y montaña, lo cual hizo más complicado los viajes, ya que estos vehículos están fabricados únicamente para trasladar a sus pilotos.
“Fue cansado por el peso y varias vueltas que tuvimos que dar, pero es parte de querer ayudar a unos amigos, que no solo es estar en los desmadres, también cuando hay necesidad. Si hubiera sido en fin de semana seguro llegan muchos más y hubiéramos hecho hasta la carne asada”, asegura David Rivera, creador de contenido en TikTok e Instagram.
Con este tipo de acciones, los ciclistas buscan que se haga consciencia sobre lo que significa la movilidad activa y buscar que la gente haga un análisis sobre la dependencia de los vehículos automotores. Si bien los ven como herramientas nuy útiles, descartan que sean la única opción para llevar a cabo todas sus actividades.
El mover todos estos objetos les resultó más cansado que hacerlo a través de una camioneta o autos particulares, pero en esta labor no solamente se evitó cualquier afectación al medio ambiente, sino que además los involucrados hicieron ejercicio, desarrollaron sus habilidades detrás del manubrio y dejaron en claro que la bicicleta no es solamente una forma de divertirse o llegar de un lado a otro.
Cortesía de El Heraldo de México
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