A las 10:18 de la mañana del 31 de octubre de 2025, el silencio de la sala de incubación del Parque Jaime Duque se rompió con un sonido leve, apenas perceptible, pero cargado de significado, pues tras 66 horas de eclosión asistida y 62 días de incubación artificial, nació Ámbar, la tercera cóndor andina criada bajo este método en el país. Pesó 203 gramos y es la nueva integrante del Programa de Conservación del Cóndor de los Andes en Colombia, que busca recuperar una de las especies más emblemáticas y amenazadas del continente.
En contexto: ¡Qué alegría! Nació Wayra, una cría de cóndor andino que trae esperanza para la especie en Colombia
El hecho, celebrado por el equipo del parque y la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), es fruto de una labor científica y técnica que ha exigido precisión, vigilancia y resiliencia, sobre todo si se tiene en cuenta que la historia de Ámbar estuvo cerca de truncarse en sus primeros días, cuando su padre intentó romper el huevo al quinto día de incubación. Fue entonces cuando los especialistas decidieron intervenir para salvarla. “Rápidamente pudimos sacarlo del recinto y llevarlo a incubación artificial”, relató Fernando Castro, director de Gestión de Biodiversidad del Parque Jaime Duque.
“En ese momento detectamos una anomalía en las estructuras del huevo, especialmente en la cámara de aire, y modificamos nuestros protocolos para garantizar su desarrollo. El proceso se retrasó dos días y la ruptura de la cáscara tomó unas 34 horas, algo que no habíamos visto antes. Afortunadamente, el polluelo se ve bastante enérgico y su nacimiento marca un nuevo avance para la especie”, explicó el biólogo.
El procedimiento, que se extendió por casi tres días desde el primer picaje, requirió monitoreo constante de temperatura, humedad y ventilación. Al igual que con sus hermanos Rafiki (2023) y Wayra (2025), la primera alimentación se realizó 24 horas después del nacimiento, cuando el ave ya había absorbido completamente el vitelo. La dieta inicial, basada en pequeños ratones, facilitó la digestión y prepara al polluelo para su crecimiento.
Para Estefanía Gómez, directora de Gestión de Proyectos del Parque Jaime Duque, este nuevo nacimiento es más que un logro biológico: “Son resultados que nos llenan de emoción y que representan el trabajo de muchos años. No solo es la cría dentro del parque; también está todo el trabajo con comunidades rurales, los monitoreos en los páramos y el cuidado de los cóndores silvestres. Cada nacimiento es una nueva esperanza y un compromiso que necesita del apoyo de todos”.
Gómez recuerda que la incubación de un cóndor es un proceso complejo, lleno de incertidumbre. “Hay mucha angustia y nervios hasta el final. Verlo nacer es algo histórico y profundamente simbólico. Ámbar es el resultado de un esfuerzo humano, científico y económico que agradecemos a todas las personas que nos visitan y que apoyan este programa”, añadió.
Cabe recordar que el Parque Jaime Duque, ubicado en Tocancipá, Cundinamarca, lidera desde hace más de una década un programa de reproducción y conservación del cóndor andino en alianza con la CAR y otras entidades. Su objetivo es garantizar la supervivencia del ave nacional —declarada símbolo de Colombia en 1834—, cuya población silvestre se calcula entre 150 y 250 ejemplares. Las principales amenazas siguen siendo la pérdida de hábitat, el envenenamiento y la caza, problemas que los programas de cría y educación ambiental buscan revertir.
El nacimiento de Ámbar ocurre poco más de un mes después del de Wayra, segunda cría nacida por incubación artificial en el mismo parque. Ambas, junto a Rafiki, el primer polluelo nacido en 2023, simbolizan la continuidad de un proceso que ha requerido aprendizaje y cooperación. La experiencia acumulada permitió ajustar protocolos, mejorar la tasa de éxito y fortalecer la colaboración entre instituciones ambientales y científicas del país.
“Cada cóndor que nace bajo cuidado humano es una oportunidad para aprender y mejorar las técnicas que podrían asegurar la permanencia de la especie”, explicó Castro. “Por eso, e siguiente paso es acompañar su desarrollo, garantizar su salud y prepararla para que, cuando llegue el momento, pueda surcar los cielos andinos junto a sus hermanos”.
Entérese de más: Avistamiento histórico: 13 cóndores andinos fueron vistos en el páramo del Almorzadero en Santander
Más allá del laboratorio y las incubadoras, la fundación insiste en que la conservación también depende de la conciencia colectiva. “Necesitamos que la gente entienda que salvar al cóndor no es solo un asunto de zoológicos o científicos, es proteger un símbolo del país, una especie que representa la libertad, la fortaleza y la conexión con los ecosistemas de alta montaña”, concluyó Gómez.
Preguntas sobre este artículo:
Ámbar es la tercera cría de cóndor de los Andes nacida bajo incubación artificial en el Parque Jaime Duque, en Cundinamarca. Nació el 31 de octubre de 2025 con un peso de 203 gramos y se incorporó al Programa de Conservación del Cóndor de los Andes, que busca recuperar la población de esta especie en Colombia.
El nacimiento de Ámbar demuestra que los protocolos de incubación artificial aplicados en el Parque Jaime Duque funcionan y pueden contribuir a aumentar la población del cóndor andino, una especie en peligro crítico. Cada cría representa un avance en la reproducción controlada y en los esfuerzos por reintroducir individuos sanos en su hábitat natural.
Se estima que en Colombia sobreviven entre 150 y 250 cóndores andinos en libertad. La cifra refleja la fragilidad de la especie, amenazada por la pérdida de hábitat, el envenenamiento y la caza. Iniciativas como las del Parque Jaime Duque buscan revertir esta tendencia mediante programas de reproducción, educación ambiental y trabajo comunitario en los páramos.
Cortesía de El Colombiano
Dejanos un comentario: