Nepal: subió a 30 el número de muertos en los disturbios

Las autoridades de Nepal informaron este miércoles que ya son 30 los fallecidos y más de 1.000 los heridos por los disturbios desatados a raíz de la prohibición del acceso a las principales redes sociales, unas protestas que continuaron incluso después de que el Gobierno anunciara la retirada de la medida y la dimisión del primer ministro, K.P. Sharma Oli. La violencia sigue en aumento en un país que permanece bajo fuertes restricciones y un toque de queda a nivel nacional.

Del total de muertos, cinco fallecieron durante un motín en una prisión y reformatorio juvenil del oeste de Nepal, donde 149 reclusos y 76 menores intentaron una fuga masiva. La Policía Armada abrió fuego para controlar la situación, lo que provocó esas muertes y dejó además a otras siete personas heridas, según informó el diario The Kathmandu Post

En otras cárceles se registraron fugas masivas, con una estimación de 7.500 presos escapados en todo el país, por lo que el Ejército nepalí ha tenido además que desplegar dispositivo de seguridad a gran escala, según informaciones recogidas por el diario Republica. Datos del Ministerio del Interior apuntan a que casi todos ellos han huido de las prisiones de Dillibazar, Chitwan, Nakkhu, Kanchanpur, Kailali, Jaleshwar, Kaski, Dang, Jumla, Solukhumbu, Gaur y and Bajhang.

Los disparos contra las protestas

Por su parte, la ONG Human Rights Watch (HRW) pidió al Gobierno de Nepal investigar los tiroteos de la policía que mataron a varios de los manifestantes que encabezaron las protestas de las últimas horas. “Las autoridades nepalíes deben investigar de manera rápida e imparcial el uso de la fuerza por parte de la policía, y sancionar o enjuiciar adecuadamente a todos los responsables de los abusos, independientemente de su rango”, apuntó la organización en un comunicado.

HRW aseguró que la policía utilizó en la capital gases lacrimógenos, cañones de agua y munición real contra las multitudes que se manifestaron, compuestas en su mayoría por jóvenes. Del mismo modo, también abrió fuego en Itahari, al sureste de Nepal, donde murieron dos personas, así como en otras ciudades. Y usó gas lacrimógeno en el Hospital Civil de Katmandú, donde fueron trasladados algunos de los heridos.

Según afirmó una fuente de seguridad a Human Rights Watch, había “órdenes de arriba” para responder de forma agresiva a las manifestaciones. “El Gobierno tiene un historial de silenciar al libertad de expresión en Internet, lo que viola el derecho a la libertad de expresión”, escribió HRW, que señaló que la policía nepal también tiene un historial de uso innecesario de fuerza letal contra las personas que realizan manifestaciones.

Las Fuerzas Armadas informaron la ampliación del toque de queda en las principales ciudades del país, especialmente en Katmandú, la capital, ante el recrudecimiento de los disturbios y los saqueos derivados de las protestas que comenzaron el lunes. “Seguiremos tomando medidas dependiendo de cómo evolucione la situación en materia de seguridad”, indicaron en un comunicado.

Las fuerzas alertaron así que “elementos anárquicos” se infiltraron en las protestas para llevar a cabo ataques incendiarios, actos de vandalismo y saqueos contra la propiedad pública y privada. “La comisión de delitos de este tipo en nombre de las protestas será abordado como cualquier otro y se tomarán medidas contundentes”, afirmaron.

El recrudecimiento de la violencia

Las protestas estallaron el lunes después de que el Gobierno prohibiera 26 redes sociales, una medida que la juventud nepalí interpretó como un ataque a la libertad de expresión, en un contexto de profundo descontento por la corrupción y la desigualdad. El Parlamento, la Oficina de la Presidencia, el Tribunal Supremo y las residencias de al menos dos docenas de ministros, entre ellas la vivienda privada de Oli, fueron incendiadas el martes, al igual que las oficinas del Kantipur Media Group, el mayor conglomerado de prensa del país.

Uno de los incendios se registró en el domicilio del exprimer ministro Jhalanath Khanal, ubicado en el barrio de Dallu, en Katmandú. Dentro de la casa se encontraba su esposa, Rajyalaxmi Chitrakar, quien quedó atrapada por las llamas. Vecinos y testigos relataron que, en un primer momento, los manifestantes impidieron el ingreso de los socorristas, y que recién cuando la situación se desbordó pudieron rescatarla, con quemaduras de extrema gravedad. Fue trasladada al Hospital de Quemaduras de Kirtipur, donde los médicos confirmaron horas más tarde su fallecimiento.

El ministro de Finanzas y viceprimer ministro, Bishnu Prasad Paudel, también fue víctima directa del linchamiento de los manifestantes. Según imágenes que se viralizaron en redes sociales, el funcionario fue perseguido en pleno centro de la capital por una multitud que lo golpeó, lo desnudó y lo tiró al río.

El próximo gobierno

Según informó la agencia de noticias Europa Press, la exjueza del Tribunal Supremo Sushila Karki ha sido elegida por los representantes de los manifestantes para convertirse en la próxima primera ministra tras la dimisión de Sharma Oli, un cargo al que podría acceder de forma interina si recibe el visto bueno del Ejército.

La magistrada de 73 años ha llegado a un acuerdo con los manifestantes tras una reunión que se extendió durante más de cinco horas y en las que los jóvenes han sopesado la idea de su nombramiento para frenar la crisis política que atraviesa el país asiático.

La propia Karki ha dicho estar preparada para asumir el cargo de forma interina, por lo que tendrá que abordar la cuestión con el jefe del Ejército, Ashok Sigdel, según informaciones del diario Jabarhub, que ha indicado que el equipo negociador se encuentra ya en el cuartel principal de las Fuerzas Armadas. Si Sidgel accede, Karki pasará a ser la nueva primera ministra y a pesar de que el propio Consejo Constitucional –presidido previamente por el ahora ex primer ministro– había sugerido su nombre para volver a ocupar la presidencia del Supremo poco antes del inicio de las protestas.

Horas antes de que se considerara el nombre de Karki, colectivos como Hami Nepal lanzaron una consulta en redes sociales para que la ciudadanía participe en la búsqueda de un líder, en un inédito ejercicio de democracia digital surgido del caos. “Queremos alguien capaz, responsable y con visión de futuro”, señalaron en un comunicado.

En un memorando conjunto difundido este miércoles, varios grupos coincidieron en reclamar la disolución del Parlamento, la formación de un gobierno interino neutral y la convocatoria de elecciones anticipadas en un corto plazo. Al mismo tiempo, numerosos colectivos se desvincularon de la violencia vivida en los disturbios con el lema “Esto no somos nosotros”, en mensajes compartidos masivamente para insistir en el carácter pacífico y apartidista de la protesta contra la corrupción.

También el alcalde de Katmandú, Balendra Shah, popular entre los jóvenes, alentó al movimiento a prepararse para negociar. “Ahora su generación debe liderar el país. Pero recuerden, el Parlamento debe disolverse antes de que las conversaciones puedan avanzar”, escribió en la red social Facebook. 

Cortesía de Página 12



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