El gobierno de Israel aprobó una nueva campaña militar destinada a “ocupar y retener los territorios” dentro de la Franja de Gaza, asediada hace más de un año y medio. En conjunto con este plan de conquista del enclave y el desplazamiento forzado de su población, el gabinete de seguridad israelí validó la reanudación de la entrada de ayuda humanitaria mediante intermediarios privados estadounidenses.
Según una fuente oficial israelí, el plan contempla “la ocupación de Gaza, la retención territorial y el traslado de su población hacia el sur”, pese a que el Ejército ya controla parte del sur del enclave tras la reciente toma de Rafah. La propuesta, presentada por el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, Eyal Zamir, también prevé el desplazamiento de civiles y acciones para impedir que Hamas acceda a la ayuda. Horas antes de la reunión del gabinete, el Ejército anunció la movilización de decenas de miles de reservistas para intensificar su ofensiva contra el movimiento propalestino.
La hoja de ruta, aprobada por unanimidad, abandona “el método de incursiones” previo, para dar paso a “a la ocupación y permanencia” de la milicia israelí en los territorios de la Franja. También contempla “ataques contundentes contra Hamas”, que, según el gobierno, facilitarán una victoria definitiva. Otro de los puntos clave del plan es la posible reanudación del ingreso de ayuda a la Franja, “si es necesario”, luego de más de dos meses de bloqueo total a la asistencia humanitaria.
Emigración “voluntaria”
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reafirmó que las tropas permanecerán en cualquier zona de Gaza que ocupen con la nueva ofensiva terrestre. “Las fuerzas no entrarán y luego se retirarán. Ese no es el objetivo”, declaró en un videomensaje en su cuenta de X, calificando la operación como “contundente” y dirigida tanto a proteger a los civiles mediante desplazamientos como a golpear a Hamas con fuerza.
“La recomendación del jefe del Estado Mayor fue avanzar hacia la derrota de Hamas. Cree que esto ayudará también en la liberación de rehenes. Estoy de acuerdo. No cederemos en este esfuerzo”, añadió Netanyahu, quien también reafirmó su apoyo a la propuesta del presidente estadounidense, Donald Trump, de promover la emigración voluntaria de gazatíes hacia países como Jordania y Egipto, que han rechazado la iniciativa.
Además de una serie de “golpes poderosos” contra el movimiento islamista, una fuente del gabinete informó que la estrategia contempla una “ventana de negociación” para la liberación de rehenes, que se mantendrá abierta hasta el final de la visita de Trump a Medio Oriente, prevista del 13 al 16 de mayo.
Los ministros más radicales del Ejecutivo manifestaron su entusiasmo por el nuevo curso. El ministro de Finanzas y líder del Partido Sionista Religioso, Bezalel Smotrich, llamó a asumir sin rodeos la ocupación de las áreas conquistadas, pues estas no serán entregadas “ni siquiera a cambio de rehenes” como en otras ocasiones. “”Por fin vamos a ocupar la Franja de Gaza. Dejaremos de temerle a la palabra ‘ocupación’“, declaró el extremista en un evento del diario israelí Besheva.
Smotrich también celebró que Israel controle por completo la distribución de ayuda humanitaria, “para que no se convierta en suministros para Hamas”, y aseguró que la presencia militar no cesará, incluso si se firma un nuevo alto el fuego. “La única forma de liberar a los rehenes es someter a Hamas. Cualquier retirada provocará el próximo 7 de octubre”, concluyó.
Por su parte, el ministro de Comunicaciones, Shlomo Karhi, calificó el plan como “un paso valiente hacia la victoria total”, aunque insistió en que la verdadera solución pasa por implementar el plan migratorio que desplace toda la población de la Franja. “Éste es el plan correcto: ahora hay que ponerlo en práctica con vigor, constancia y sin pestañear”, valoró el funcionario
A su vez, el ministro de Cultura, Miki Zohar, confirmó que la meta es “la ocupación completa de la Franja”, incluso aunque “ponga en peligro a quienes permanecen en cautiverio”, en referencia a los 59 rehenes israelíes (24 de ellos vivos) que Hamas mantiene cautivos allí. “Hamas se dará cuenta de que no le queda más remedio que devolver a los rehenes y exiliarse de Gaza“, reflexionó Zohar.
Este nuevo escenario aleja la posibilidad de que pueda llegar a corto plazo un nuevo acuerdo de tregua, tras la ruptura del pacto previo, ya que la principal exigencia de Hamas es la retirada total de las tropas del enclave palestino.
“Chantaje político”
El movimiento islamista palestino condenó el nuevo plan como “chantaje político” y responsabilizó a Israel por la “catástrofe humanitaria” que sufren los 2,4 millones de habitantes de Gaza. A pesar del bloqueo instaurado desde el 2 de marzo, autoridades israelíes aseguran que “hay suficiente comida” en el enclave, contradiciendo las advertencias de la ONU y otras organizaciones humanitarias sobre una catástrofe alimentaria en curso.
La población de Gaza, agotada tras año y medio de guerra, se ve incapaz de hacer frente a una expansión de la ofensiva israelí en el enclave. “¿Quién es Hamas? Aquí toda la gente se está muriendo de hambre, no sólo Hamas”, denunció Bassem Al Shanbari, joven palestino de 24 años residente en Ciudad de Gaza. También expresó críticas al grupo islamista, al que culpa de la situación que atraviesa el enclave: “Nadie los quiere en el gobierno”.
El Consejo Noruego para los Refugiados calificó el plan israelí como “contrario a los principios humanitarios”. Por su parte, la Unión Europea (UE) también expresó su preocupación, alertando sobre un aumento del sufrimiento civil y pidió a Israel actuar con “máxima moderación”.
“La negociación es el único camino para liberar a los rehenes y detener las hostilidades”, declaró el portavoz de Exteriores de la Comisión Europea, Anouar El Anouni, quien exigió levantar el bloqueo y restablecer servicios esenciales.
Incluso entre los propios israelíes, la nueva estrategia del gobierno resulta problemática. “Es una forma irreflexiva de poner en peligro más vidas en ambos bandos”, opinó Tamar Lazarov, ciudadana israelí de 59 años.
El Foro de Familias de los Rehenes denunció que el gabinete de Netanyahu prioriza el control territorial sobre el rescate de cautivos. “Esta mañana el gobierno ha elegido el territorio por sobre los rehenes, al contrario de lo deseado por más del 70 por ciento de la población”, lamentó en un comunicado.
La ayuda como herramienta de guerra
Otro punto abordado por el gabinete fue la reanudación limitada del ingreso de ayuda humanitaria (alimentos, medicinas y combustible), con un nuevo modelo diseñado para “evitar que Hamas tome el control de los suministros“.
Este nuevo esquema contempla establecer entre cuatro y cinco centros de distribución en el sur de Gaza, y otro más en la zona militarizada de Netzarim. No habrá más cocinas comunitarias ni panaderías gestionadas por ONGs, sino que los alimentos serán entregados en paquetes individuales y en puntos de control militar.
La ONU y diversas ONG han rechazado este modelo, que elimina los almacenes de ayuda, reduce drásticamente el volumen de camiones (unos 60 diarios, frente a los 600 previos) y obliga a los civiles a desplazarse a zonas controladas por el Ejército para recibir asistencia. “Es una medida peligrosa que expone a los civiles al riesgo de violencia y arrestos arbitrarios, y refuerza el desplazamiento forzoso”, alertaron organismos humanitarios.
Cortesía de Página 12
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