Parece que Nissan decidió ir más allá de los requisitos. No esperó a que las autoridades obligaran una mejora. Prefirió chocar dos unidades del Magnite por voluntad propia. El resultado cambió el destino de este SUV compacto que, tras una transformación total en su equipamiento de seguridad, obtuvo cinco estrellas en las pruebas de impacto de Global NCAP.
El primer Magnite que se probó tenía dos bolsas de aire. Fue un desastre: apenas logró dos estrellas en protección para adultos y la misma calificación para los niños. Entonces Nissan decidió intervenir. Incluyó seis bolsas de aire, cinturones con tres puntos para todos los pasajeros, protección activa para peatones, y sumó control electrónico de estabilidad.
Después de todos estos cambios, sometió de nuevo el modelo a las pruebas voluntarias de Global NCAP. El resultado mejoró, pero no fue suficiente. En la segunda ronda, con todos los cambios aplicados en las unidades, el Magnite rompió su propio récord. Alcanzó cinco estrellas en protección para adultos y tres estrellas en la categoría infantil.
“Es muy positivo ver el enfoque de Nissan en mejorar el rendimiento de seguridad del Magnite. La calificación de cinco estrellas es relevante para los consumidores de Sudáfrica e India y demuestra lo que se puede lograr en un período relativamente corto cuando un fabricante se compromete plenamente con el proceso NCAP”.
Richard Woods, director ejecutivo de Global NCAP.
Luego de superar las pruebas de choque el Magnite se comenzó a vender con sus nuevas mejoras en India y Sudáfrica. A diferencia del modelo anterior que existía en aquellos paises, que apenas ofrecía lo mínimo, la nueva versión incorporó de serie más seguridad. Posteriormente el modelo llegó a México. Lo que llama la atención es que Nissan haya tomado la iniciativa. Chocar dos unidades no es barato. Pero esa inversión podría traer beneficios que van más allá del marketing: la confianza del consumidor.
Nissan Magnite en prueba de choque de Global NCAP.
La adaptación de Nissan Magnite a México
Aunque el Nissan Magnite se fabrica en India, su llegada a México implicó una adaptación completa por parte del equipo de ingeniería local. Consideraron desde el tráfico urbano hasta la altitud de ciudades como Toluca para ajustar cada componente. El objetivo fue claro: lograr un comportamiento más preciso, una conducción más cómoda y una respuesta mecánica optimizada para las condiciones del país.
La estructura del vehículo recibió materiales de ultra alta resistencia que cubren más de la mitad de la carrocería. También se mejoraron la suspensión, los frenos y el aislamiento acústico, con cambios visibles en la alfombra y en el piso del auto. Estas intervenciones permiten que el Magnite responda mejor en ciudad y carretera, mientras reduce el ruido en cabina y mejora la percepción general de calidad.
El motor de tres cilindros con turbo fue calibrado para ofrecer mejor eficiencia a distintas altitudes. Tanto la caja manual como la CVT fueron ajustadas para responder con fluidez en escenarios urbanos y rurales. Estos cambios no solo mejoran la experiencia al volante, también demuestran que Nissan apostó por una adaptación técnica real y no solo por importar un modelo global. Así que será muy interesante ver los resultados del Magnite cuando se enfrente a las pruebas de Latin NCAP.
Cortesía de Xataka
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