No todo está en el cerebro: así impacta el sistema inmunitario a la salud mental, según nuevo estudio genético

La mente, el cuerpo… y el sistema inmunitario: todo podría estar relacionado. Las explicaciones sobre los trastornos psiquiátricos como la depresión, la esquizofrenia o el trastorno bipolar se han centrado en el cerebro y sus neurotransmisores. Sin embargo, un nuevo estudio dirigido por la Universidad de Bristol propone una mirada diferente: el sistema inmunitario podría ser uno de los motores causales de estas condiciones mentales.

Los investigadores emplearon una técnica llamada aleatorización mendeliana, que aprovecha variaciones genéticas para analizar relaciones causales entre variables, sin la interferencia de factores de confusión. Así, analizaron datos de expresión génica y proteínas plasmáticas de más de 700 biomarcadores inmunitarios en sangre y cerebro.

El hallazgo fue contundente: 29 proteínas inmunitarias están potencialmente implicadas de forma causal en trastornos mentales: depresión, ansiedad, esquizofrenia, trastorno bipolar y enfermedad de Alzheimer. De ellas, 20 ya son objetivo de fármacos aprobados para otras enfermedades, lo que podría acelerar futuras terapias psiquiátricas.

Este enfoque sistémico rompe con la visión reduccionista que limita la salud mental al cerebro. El estudio sugiere que la inflamación y la inmunidad pueden alterar no solo circuitos neuronales, sino también mecanismos corporales que participan en la aparición de síntomas.

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Una de cada tres personas con depresión o esquizofrenia no responde a los tratamientos convencionales, lo que sugiere otras causas biológicas. Ilustración artística: DALL-E / Edgary R.

Del laboratorio al tratamiento: una nueva generación de fármacos

Uno de los aspectos más prometedores de este trabajo es su potencial terapéutico. Entre los biomarcadores identificados se encuentran proteínas como ACE, TNFRSF17, SERPING1, AGER y CD40, todas ellas dianas farmacológicas en enfermedades autoinmunes o cardiovasculares.

Esto significa que, en lugar de desarrollar tratamientos desde cero, es posible reorientar fármacos ya existentes para modular la respuesta inmunitaria en pacientes con depresión o esquizofrenia. Esta estrategia —llamada reutilización de medicamentos— puede acelerar considerablemente los ensayos clínicos y la llegada de terapias más eficaces.

Actualmente, uno de cada tres pacientes con depresión o esquizofrenia no responde a los tratamientos convencionales basados en serotonina o dopamina. Esto apunta a que, en esos casos, la raíz del trastorno podría estar en una disfunción inmunitaria más que en un desequilibrio neuroquímico.

Según los autores, este tipo de abordaje interdisciplinario —que integra genética, inmunología y neurociencia— puede transformar la medicina psiquiátrica hacia modelos más personalizados y eficaces.

Inflamación, cerebro y salud mental: una conexión cada vez más clara

Los resultados no emergen en el vacío. Varios estudios previos ya habían sugerido que la inflamación cerebral y sistémica puede inducir síntomas depresivos y psicóticos, incluso en ausencia de enfermedad psiquiátrica previa.

Este nuevo estudio da un paso más al establecer una relación potencialmente causal gracias al uso de aleatorización mendeliana. Además, los investigadores aplicaron análisis de colocalización genética, filtros de causalidad y pruebas de robustez estadística para reforzar la validez de sus hallazgos.

Entre los trastornos con mayor número de biomarcadores inmunitarios asociados destacan la esquizofrenia (57 señales), el Alzheimer (28) y la depresión (24). Estos datos refuerzan la hipótesis de que el sistema inmunitario no solo influye en el riesgo de desarrollar estas enfermedades, sino también en su progresión y respuesta al tratamiento.

Para avanzar, los científicos proponen validar los hallazgos con estudios en animales, bases de datos clínicas y ensayos farmacológicos en humanos.

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Reutilizar fármacos ya existentes podría ayudar a tratar enfermedades psiquiátricas vinculadas al sistema inmunitario. Ilustración artística: DALL-E / ERR

Del sistema inmunitario al cerebro: ¿cómo nace un síntoma?

La inflamación crónica de bajo grado se ha relacionado con cambios en neurotransmisores, plasticidad sináptica e incluso en la arquitectura cerebral. Esta línea de investigación propone que algunas proteínas inflamatorias podrían atravesar la barrera hematoencefálica o interactuar indirectamente con el sistema nervioso central, activando células inmunitarias del cerebro.

Uno de los mecanismos más explorados es la capacidad de ciertas citocinas proinflamatorias de modificar el metabolismo de la serotonina, dopamina y glutamato. Estas moléculas clave regulan el estado de ánimo, la motivación y la cognición.

En modelos animales, por ejemplo, se ha observado que la administración de lipopolisacáridos (LPS), que simulan una infección bacteriana, induce conductas similares a la depresión: apatía, disminución de la sociabilidad y pérdida de apetito. Estos efectos se revierten parcialmente al bloquear ciertas vías inflamatorias, lo que refuerza el vínculo entre respuesta inmunitaria y síntomas psiquiátricos.

Además, la neuroinflamación sostenida podría alterar procesos tan esenciales como la poda sináptica durante el desarrollo o la generación de nuevas neuronas (neurogénesis) en adultos. Estas alteraciones podrían explicar por qué algunos síntomas como el deterioro cognitivo, la pérdida de placer o los pensamientos intrusivos persisten incluso en ausencia de crisis agudas.

Salud mental
La inflamación en el cuerpo podría influir tanto en la salud física como mental, según revela el estudio genético del equipo de Bristol. Ilustración artística: DALL-E / ERR.

Una medicina más integrada para tratar la mente y el cuerpo

El equipo del MRC Integrative Epidemiology Unit de la Universidad de Bristol plantea un cambio de paradigma: considerar los trastornos mentales como enfermedades del cuerpo entero, no solo del cerebro. Esto implica repensar los modelos clínicos, terapéuticos y de salud pública.

Este estudio también pone en entredicho las viejas creencias de separación, mente y cuerpo, al mostrar que procesos inmunitarios pueden influir directamente en estados afectivos, cognitivos y conductuales.

En definitiva, el trabajo publicado en Molecular Psychiatry no solo identifica nuevas dianas terapéuticas, sino que ofrece una base biológica robusta para integrar la psiquiatría con la inmunología, y avanzar hacia un modelo de atención más holístico, personalizado y efectivo.

Referencias

  • Dardani C, Robinson JW, Jones HJ, et al. Immunological drivers and potential novel drug targets for major psychiatric, neurodevelopmental, and neurodegenerative conditions. Mol Psychiatry. 2025. doi:10.1038/s41380-025-03032-x

Cortesía de Muy Interesante



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