Nosotras ya estamos aquí

La Dra. Elvia Rodríguez Villalobos es nacida en Saltillo Coahuila, médica de la Universidad de Guanajuato, oftalmóloga con especialidad en glaucoma por la Universidad de Guadalajara y fue la primera especialista con subespecialidad en llegar a Guanajuato hace más de cuatro décadas. Maestra e investigadora universitaria en los efectos oculares de la diabetes mellitus a mediano y largo plazo; y fundadora del diplomado en la educación en la vida saludable y autocuidado de la Diabetes Mellitus. Ha sido reconocida por sus pares habiendo sido Presidenta de la Sociedad de Oftalmología del Estado, reconocida por el Gobierno de Guanajuato y recibido el galardón del “Dr. Salvador Zubirán”. 

La Doctora Rodríguez Villalobos, además de ser esposa, madre y abuela, es amante de las artes y de la literatura contagiando y educando a los que la rodeamos, además que continúa ejerciendo la práctica privada de la especialidad, motivo por lo que se continua actualizando, habiendo acudido al Curso Internacional de “Glaucoma Hoy” en la ciudad de Guadalajara organizado por la Asociación de Glaucoma de Occidente los días 7-8 de noviembre de 2025.

Me comentó a su llegada su grata impresión de la feminización del sector salud, pues como ejemplo de este curso, se muestra cómo las mujeres no solo son mayoría en las aulas y pasillos, sino que lideran simposios, coordinan mesas académicas e impulsan la actualización médica a nivel nacional e internacional. Nombres como las doctoras Sara García y Otero, Brenda Alegría, Maria Luisa Zavala, Yesenia Dorantes, Karla Dueñas, Ana María Ponce, Daniela Díaz, Carolina Prado, Andrea Tornero y muchas más, sobresalen no por cumplir cuotas, sino por su excelencia, innovación y liderazgo en áreas de alta especialización, investigando, enseñando, publicando y formando parte del Sistema Nacional de Investigadores.

Nena (así el decimos a la Dra. Elvia Rodríguez por acá) conectó su impresión de la participación de tantas mujeres talentosas en el Curso Internacional con la descripción del libro publicado en 2018 de Rosa Montero titulado “Nosotras, historias de mujeres y algo más” que retrata y esboza la lucha de mujeres extraordinarias que cambiaron el rumbo de la hisotria. Ese mismo pulso percibió Nena en el sector salud mexicano donde la nuevas generaciones de médicas ya no se conforman con ser parte de la estadística, buscan influencia y reconocimiento en investigación, docencia y gestión hospitalaria. Ellas están al frente de decisiones clínicas complejas, dirigen cursos internacionales y marcan la pauta en investigación biomédica. Esa energía de talento, disciplina y liderazgo la ció encarnada en la perla de occidente, no como una anécdota, sino como una tendencia.

Ahora bien estimadas y estimados lectores, aquí algunas evidencias y no retórica. En México, casi dos tercios del personal del sector salud son mujeres; el observatorio de México, ¿Cómo Vamos? calcula 67% de participación femenina en 2022. Aun así, solo 6.08% de las mujeres del sector llegan a puestos directivos frente a 12.08% de los hombres, y persisten brechas salariales y de cuidados no remunerados. Estas cifras sintetizan una paradoja: mayoría numérica sin mayoría de decisión.

El patrón no es exclusivo de México. La Organización Mundial de la Salud estima que 67% de la fuerza laboral sanitaria y social del mundo está integrada por mujeres; invertir en este capital humano es una de las palancas más poderosas de empleo decente y de mejora de resultados en salud. Ahora, una buena noticia pues la tubería de talento ya cambió. En la principal institución formadora y prestadora de servicios del país, 53% de las y los médicos residentes del IMSS son mujeres. En la UNAM, 54.6% de quienes cursan posgrado en medicina son mujeres. Estos datos dibujan un relevo generacional con rosto de mujer que ya comenzó en los quirófanos, clínicas y aulas.

Si las protagonistas del futuro ya están aquí, hacen falta para que ese futuro llegue antes y para todas al menos cinco palancas para acelerar un avance real: 1) Paridad y metas medibles en jefaturas de servicio, direcciones de hospital, comités hospitalarios y consejos de administración del sector salud -más mujeres donde se decide-. No se trata de cuotas simbólicas, sino de criterios de mérito con sesgos reducidos (concursos ciegos, ternas balanceadas, paneles de evaluación diversos) y transparencia en cada proceso. Las organizaciones con liderazgo femenino suelen cerrar brechas más rápido y mejorar clima laboral.

2) La evidencia económica es contundente y se cuidar a quien cuida eleva la participación femenina y el crecimiento. Guarderías de alta calidad, horarios extendidos y licencias de paternidad efectivas reducen la “penalidad por maternidad”, clave para sostener carreras clínicas largas y exigentes -sistema nacional de cuidados como infraestructura sanitaria-.

3) Especialidades de alta complejidad con enfoque de acceso como la oftalmología, cirugía, oncología, urgencias y dirección hospitalaria requieren becas, mentorías y redes para médicas. El Curso de Glaucoma 2025 muestra lo que ocurre cuando se quitan las barreras surgiendo coordinaciones, cirugías y simposios liderados por mujeres y con resultados clínicos que hablan por sí mismos. Ese modelo debe replicarse en todos los congresos, residencias y servicios.

4) El observatorio documenta mayor informalidad y carga de cuidados no pagados para mujeres del sector salud. Necesitamos contratación estable, protección frente a violencia en el trabajo y trayectorias de carrera previsibles en las áreas clínicas, académicas y de gestión, con evaluaciones periódicas y ascensos claros. El beneficio no es solo justicia laboral: mejora retención, continuidad del cuidado y productividad hospitalaria -trabajo decente y seguridad clínica-.

5) Historia clínica interoperable, analítica predictiva, telemedicina y automatización administrativa liberan tiempo clínico y abren campos de liderazgo donde las profesionales ya son mayoría. Si además más mujeres dirigen proyectos de salud digital, la innovación incorporará desde el diseño las necesidades reales de pacientes y equipos – transformación digital con liderazgo femenino-.

Importa que el cambio no sea cosmético. La evidencia liga equipos diversos con decisiones más prudentes, diagnósticos más oportunos y menor error clínico. Donde hay jefas de servicio y directoras se acelera la adopción de guías, se cuidan mejor los indicadores de calidad y seguridad del paciente, y se escucha con más sensibilidad a niñas, mujeres mayores y poblaciones invisibilizadas. En glaucoma —y en las enfermedades crónico-degenerativas en general— esa combinación empática salva visión, años de vida y costos catastróficos familiares. Además, el impacto macroeconómico es innegable: subir la participación laboral femenina y sostenerla en profesiones intensivas en habilidades elevaría el producto interno bruto -PIB- y la productividad del país, ganando la salud y la economía.

Estaremos revisando y proponiendo normas y políticas públicas al Secretario de Salud ya la Secretaria del Consejo de Salubridad General, tres metas sencillas para los próximos años: 1) Paridad en comités clínicos y académicos de hospitales públicos federales y estatales. 2) Más participación femenina en jefaturas de servicio de especialidades críticas como urgencias, quirófano, oncología y oftalmología. 3) Cero congresos “solo de hombres” y que no haya panel o mesa redonda sin al menos 40% de expositoras, sin tokenismo -práctica de incluir a unas pocas personas de grupos minoritarios de manera superficial y simbólica para crear una falsa apariencia de diversidad, sin abordar los problemas estructurales subyacentes- y con moderación rotativa.

No partimos de cero pues las residentas hoy ya son mayoría en varias sedes, y los programas científicos —como el de glaucoma— prueban que la excelencia y la equidad no compiten: se potencian.

Rosa Montero escribió que contar estas vidas es una forma de desobediencia luminosa, aseveración que suscribe Nena. En salud, esa luz ya deslumbra: médicas, enfermeras, optometristas, investigadoras, gestoras y tecnólogas están definiendo la práctica clínica del presente. Nuestro deber —como sistema— es quitar obstáculos, medir avances y multiplicar liderazgos. El futuro promisorio no hay que esperarlo: ya llegó, y tiene el rostro, la voz y la sensibilidad con empatía de mujeres extraordinarias como Nena y Sara García y Otero. Coinspiremos con ellas para seguir avanzando.

Referencias:

  • [1] Programa Académico 2025: https://www.masporevento.com/evento/ver/Glaucoma_Hoy
  • [2] Observatorio: https://mexicocomovamos.mx/wp-content/uploads/2023/12/Observatorio-Mujeres-en-el-Sector-Salud.pdf
  • [3] OMS: https://www.who.int/es/news/item/13-03-2024-who-report-reveals-gender-inequalities-at-the-root-of-global-crisis-in-health-and-care-work
  • [4] Liderazgo: https://www.paho.org/es/noticias/12-8-2025-liderazgo-mujeres-sector-salud-corresponsabilidad-sostenibilidad-cuidados

*El autor es (www.ectorjaime.mx) es médico especialista en cirugía general, certificado en salud pública, doctorado en ciencias de la salud y en administración pública. Es Legislador y defensor de la salud pública de México, diputado reelecto del grupo parlamentario del PAN en la LXVI Legislatura.

Cortesía de El Economista



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