
La presidenta Claudia Sheinbaum anunció el 6 de octubre de 2025 una transformación histórica: la creación de un sistema universal de salud que permitirá a cualquier persona atenderse en IMSS, ISSSTE o IMSS-Bienestar, sin importar su afiliación. El proyecto busca eliminar la fragmentación del sistema sanitario mexicano y garantizar la atención médica equitativa para toda la población.
Actualmente, el sistema de salud en México se encuentra dividido entre instituciones que atienden distintos sectores —trabajadores del sector privado, servidores públicos o personas sin seguridad social—, lo que ha generado inequidades y duplicidades en el gasto. El nuevo modelo plantea unificar la atención bajo un esquema de interoperabilidad, digitalización y financiamiento coordinado.
Un registro nacional y credencial única para todos
Como primer paso, a partir de enero de 2026 se implementará el registro nacional universal de salud y se emitirá una credencial única para todos los ciudadanos. Este documento servirá como llave de acceso al sistema y estará vinculado con un expediente clínico digital único que acompañará a cada paciente sin importar la institución donde reciba atención.
Según la hoja de ruta oficial, para 2027 se prevé que el sistema opere de forma plena, permitiendo que cualquier persona sea atendida indistintamente en hospitales o clínicas del IMSS, ISSSTE o IMSS-Bienestar.
Interoperabilidad y cámara de compensación financiera
El nuevo modelo contempla un esquema de interoperabilidad digital entre instituciones. Esto significa que los datos clínicos y administrativos deberán fluir en tiempo real mediante plataformas con estándares técnicos comunes, como FHIR o HL7, garantizando la continuidad en la atención y la protección de los datos personales.
Además, se creará una cámara de compensación financiera interinstitucional que permitirá que las instituciones intercambien recursos según dónde se brinde el servicio. Por ejemplo, si un derechohabiente del ISSSTE recibe atención en una clínica del IMSS, la prestación será compensada mediante este mecanismo financiero.
| Eje técnico | Objetivo | Inicio |
|---|---|---|
| Identificar a cada ciudadano con una credencial y expediente digital | Enero 2026 | |
| Interoperabilidad y digitalización | Permitir el intercambio de información entre IMSS, ISSSTE e IMSS-Bienestar | 2026-2027 |
| Cámara de compensación | Regular el flujo financiero entre instituciones por servicios prestados | 2027 |
Implicaciones en gobernanza y financiamiento
El proyecto implica reformar los marcos legales del IMSS, ISSSTE e IMSS-Bienestar para permitir la portabilidad de los servicios. También plantea la creación de un órgano rector que coordine los estándares de calidad, información clínica y financiamiento entre instituciones.
En materia financiera, el sistema migrará hacia un modelo de asignación de recursos por persona atendida y no únicamente por institución, lo que requerirá una reestructuración presupuestaria de gran escala. Para 2026, el presupuesto de salud propuesto ronda los 2.4 billones de pesos, cifra que dimensiona la magnitud del reto.
Riesgos y desafíos de la reforma
Expertos han señalado que la transición hacia un sistema universal conlleva desafíos importantes:
- Desigualdad de capacidades institucionales: el IMSS y el ISSSTE cuentan con infraestructura más robusta que IMSS-Bienestar, lo que podría generar saturación o desequilibrios en la atención.
- Rezago digital: la interoperabilidad entre sistemas aún no está garantizada, lo que puede afectar la continuidad clínica y la seguridad de los datos.
- Riesgos financieros: la cámara de compensación requerirá auditorías constantes para evitar desbalances o incentivos inadecuados.
- Adaptación cultural: médicos, administrativos y pacientes deberán adaptarse a un modelo de atención compartida entre instituciones.
Oportunidades de un sistema universal
A pesar de los retos, la propuesta ofrece beneficios potenciales de gran impacto: mayor equidad en el acceso, reducción de duplicidades administrativas, mejor aprovechamiento de recursos e impulso a la digitalización del sistema público de salud.
El expediente clínico digital único y la credencial universal también facilitarán el seguimiento médico continuo, la planeación epidemiológica y la asignación más eficiente de recursos. Con ello, México podría avanzar hacia un modelo de salud centrado en las personas, no en las instituciones.
Te puede interesar
El SAT desmiente versiones falsas sobre un nuevo impuesto al aguinaldo
Suscríbete a El Fiscoanalista (novedades y jurisprudencias en materia fiscal y laboral) y a nuestro canal de YouTube.
Cortesía de El Contribuyente
Dejanos un comentario: